A finales de abril, un gran anuncio llenó de esperanzas a la región suramericana: Argentina será el primer país de la región en producir la vacuna rusa Sputnik V contra la COVID-19. El anuncio se hizo desde Moscú, por el fondo soberano de inversión de la Federación Rusa, tras un acuerdo con el laboratorio argentino Richmond.
La empresa farmacéutica laboratorios Richmond Sacif ya produjo el primer lote de la vacuna rusa contra el nuevo coronavirus, que deberá ser controlado por el Centro Gamaleya- el productor y creador del antídoto- pero se espera que la producción a gran escala en el país comience el próximo mes de junio.
En su momento, el presidente del país gaucho, Alberto Fernández, consideró que el acuerdo representa «una gran oportunidad para avanzar en la lucha contra la pandemia, no solo en Argentina, sino también en América Latina».
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El laboratorio contó con el respaldo técnico y financiero del ministerio de Desarrollo Productivo de Argentina, que le otorgó un crédito equivalente a unos 300.000 dólares y le dará asistencia financiera por otros 138.312 dólares más.
El 23 de diciembre de 2020, Argentina fue el primer país de Latinoamérica en registrar y aprobar la Sputnik V, un día antes de recibir el primer cargamento con 300.000 dosis, que permitió el 29 de diciembre comenzar el proceso de vacunación en el país.
La reconocida revista científica The Lancet publicó que los ensayos de fase III muestran un fuerte efecto protector consistente en todos los grupos de edad de los participantes de las pruebas de la vacuna rusa. Según la publicación, el biológico utiliza un enfoque de adenovirus recombinante heterólogo que utiliza adenovirus 26 (Ad26) y adenovirus 5 (Ad5) como vectores para la expresión del pico del coronavirus 2 (SARS-CoV-2). «El uso de dos serotipos variables, que se administran con 21 días de diferencia, está destinado a superar cualquier inmunidad de adenovirus preexistente en la población». Este ha sido el aval para que el antídoto ya sea aceptado en más de 60 países en todo el mundo.
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¿Cómo avanza Colombia en la producción de vacunas?
El 5 de marzo, en entrevista con El Espectador, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, informó que su despacho le presentó a cuatro países y a tres compañías farmacéuticas una propuesta formal para instalar la capacidad de producir vacunas en Bogotá.
«Lo hicimos al gobierno británico y a AstraZeneca; al ruso, que produce Sputnik V; al chino, que produce Sinovac, y al norteamericano, que produce Johnson & Johnson. Con nuestro equipo científico determinamos que con esas tendríamos mejor chance junto con los laboratorios de salud pública, el instituto de biotecnología, la industria farmacéutica local y las facultades de química farmacéutica; esa alianza público-privada capaz de invertir en conjunto para ser uno de los sitios de producción de vacunas para el mundo. Bogotá está dispuesta a invertir recursos para hacer uno de los centros de producción mundial de vacunas contra la COVID-19«.
La propuesta se hizo en conjunto con el Gobierno nacional, sin embargo, explicó López, que la iniciativa la toma Bogotá al decirles a esos cuatro países y a esas compañías farmacéuticas que la ciudad está dispuesta a invertir en conjunto con su sector académico y el privado para montar un centro de producción de vacunas.