El 3 de febrero, el Ministerio de Salud y Protección Social anunció la firma de un acuerdo de confidencialidad para la adquisición de dosis de la vacuna rusa Sputnik V. «Nosotros estábamos pendientes, como con todas las vacunas, de que se publicaran los estudios con la evidencia sobre la eficacia y seguridad de las vacunas. Al igual que con todas las vacunas, ese ha sido el mismo proceso, así como con las que vengan de aquí en adelante», informó el ministro de Salud Fernando Ruíz.
Y es que la reconocida revista científica The Lancet publicó que los ensayos de fase III muestran un fuerte efecto protector consistente en todos los grupos de edad de los participantes. Según la publicación, la vacuna utiliza un enfoque de adenovirus recombinante heterólogo que utiliza adenovirus 26 (Ad26) y adenovirus 5 (Ad5) como vectores para la expresión del pico del coronavirus 2 (SARS-CoV-2) del síndrome respiratorio agudo severo proteína. «El uso de dos serotipos variables, que se administran con 21 días de diferencia, está destinado a superar cualquier inmunidad de adenovirus preexistente en la población».
Esta publicación ha sido determinante para la confianza que genera el antídoto para el mundo, pues, la rapidez con la que fue comercializada creó un escepticismo grande en la comunidad científica y en muchos países. Según The Lancet, los primeros datos de la fase 1 y 2, publicados en septiembre de 2020, mostraron resultados de seguridad prometedores y dieron una indicación de que la respuesta inmune estaba en un nivel consistente con la protección.
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El informe provisional de los datos de la fase 3 demuestra «la eficacia de la vacuna basada en el número de casos confirmados de COVID-19 de 21 días después de la primera dosis de la vacuna, se informa como 91.6 % (IC 95% 85.6–95.2) y la disminución sugerida de la gravedad de la enfermedad después de una dosis es particularmente alentador para las estrategias actuales de ahorro de dosis”.
Aunque este desarrollo no requiere las temperaturas extremas de conservación de Pfizer, sí necesita guardarse a temperaturas bajas, de alrededor de 8°C.
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El compuesto ruso utiliza la técnica del vector viral, inyectándose un virus diferente y menos dañino con genes de la proteína espiga del coronavirus para crear una respuesta inmunitaria.
El aval de la revista The Lancet les ofrece a los países del mundo otra posibilidad de biológico, que, ante la limitada oferta existente, resulta un alivio para las estrategias de abastecimiento.
El gobierno ruso reporta que muchas de las ocho millones de dosis ya fabricadas se enviarán a los países que las ordenaron meses antes. Una docena de países ha mostrado su interés, entre ellos Hungría e Irán, y también un buen número de estados latinoamericanos como México, Paraguay, Venezuela y Colombia. En Argentina y Bolivia ya se ha empezado a inocular a la población con este desarrollo.