Scrolling hace referencia al acto de deslizar verticalmente una pantalla táctil, propia de la estructura y ecosistema de los dispositivos móviles actuales. Doom, por su parte, se refiere al hecho de condenar. ‘Doomscrolles’ se le ha definido a aquellos que ejercen esta práctica, dañina y viciosa.
Dean McKay, profesor de psicología de la Universidad de Fordham, además, especialista en comportamiento compulsivo y desórdenes de ansiedad, le explicó a BBC Mundo, que ese terror, visto desde el confort del hogar del espectador, tiene un efecto potencialmente calmante. En el contexto de la pandemia de la COVID-19, en el que comenzó a conocerse el término, la gente necesitaba información, dijo McKay.
«Al principio, porque había muy pocos datos sobre el virus y después porque las personas se vieron atrapadas en un ciclo noticioso sin final sobre la nueva amenaza sanitaria. Esto parece razonable, pero la mayoría de gente sigue con la mano deslizando en su celular más allá de haber averiguado cualquier información valiosa».
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Por su parte, Graham Davey, profesor emérito de psicología en la Universidad de Sussex, le detalló al Observatorio de Innovación Educativa de México que el exceso de información sobre una situación negativa puede tener efectos psicológicos adversos. «Nuestros estudios muestran que el cambio en el humor general exacerba las preocupaciones personales de los lectores, aún si esas preocupaciones no están directamente relacionadas con las noticias que reciben».
Asegura que es difícil para las personas dejar de consumir tantas noticias negativas porque, además de ser entretenido, el cerebro humano está diseñado para poner atención a noticias que asustan o agitan, a este principio se le llama sesgo negativo.
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En declaraciones al medio de noticias Health, el investigador del Instituto Neurológico del Estado de Ohio, Ken Yeager, explicaba recientemente que, en realidad, el doomscrolling tiene una explicación evolutiva. «Se debe a que los seres humanos estamos programados para sentirnos atraídos por lo negativo. Esto nos permite estar alerta».
«Si nuestros antepasados no hubiesen estado atentos a todo lo malo que ocurría a su alrededor, quizás la especie lo hubiese tenido mucho más difícil para sobrevivir. Es precisamente el mismo motivo por el que la ansiedad puede considerarse beneficiosa desde un punto de vista adaptativo, siempre que no suponga un perjuicio. El problema es que, del mismo modo que la ansiedad puede desbocarse, la atención hacia lo negativo también. Y las redes sociales y los medios de comunicación tienen un papel esencial en que esto ocurra».
Ken Yeager, investigador del Instituto Neurológico del Estado de Ohio.
Hasta ahora no existe una solución para detener por completo el problema del doomscrolling, pero sí un conjunto de hábitos para disminuir tanto el tiempo que se invierte en el consumo de malas noticias como sus efectos:
- Iniciar y mantener conversación en redes en vez de solo consumir contenido puede ser de ayuda para reducir el estrés producido por las noticias negativas. Un estudio, que data de 2016, mostró que los usuarios que pasan más tiempo solamente leyendo y consumiendo contenido en forma pasiva, sin iniciar conversación, son más propensos a desarrollar estrés que las personas que son más proactivas al momento de consumir contenido.
- Conversar y exteriorizar las preocupaciones, con la intención de generar un sentimiento de acompañamiento y lograr menos tensión al momento de navegar contenidos.
- Depurar las aplicaciones y la calidad del contenido que se consume.
- Mantener hábitos de consumos de noticias más saludables y limitar los tiempos de consumo.