Aliadas de la vacunación contra la COVID-19: pruebas serológicas y de antígeno

Se estima que los casos de COVID-19 se están estabilizando, de ahí la importancia de agudizar los protocolos de seguridad y de buscar estrategias que ayuden al país a contener la propagación y evitar un nuevo pico, que según declaraciones de la alcaldesa podría darse en abril.

Si bien la vacuna es la solución más esperada para controlar los efectos del nuevo coronavirus, mientras se completa la inmunización en Colombia, otro aliado estratégico es la prueba para detectar el virus. Y es que aún persisten algunos mitos en relación con las pruebas rápidas, como las serológicas o las de antígeno.

En palabras de Francisco Vélez, director ejecutivo para Latinoamérica de Siemens Healthineers, «la pregunta principal que se hacen los ciudadanos es si se pueden utilizar las pruebas serológicas para saber si se padece o no de COVID-19 en un momento específico. La respuesta es no. Así como lo expresó el Ministro de Salud, Fernando Ruíz, este tipo de pruebas son complementarias pero no diagnósticas».  

La prueba serológica mide los anticuerpos que indican que el cuerpo ha respondido al virus, pero no puede distinguir si esto se debe a una infección activa o no.

Las prueba serológica se realiza a través de una muestra de sangre que se le toma al paciente. Foto cortesía: uniandes.edu.co.

En los primeros días de una infección, cuando el cuerpo todavía está construyendo su respuesta inmune, es posible que no se detecten los anticuerpos, lo que puede dar como resultado un falso negativo en las pruebas serológicas.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las pruebas rápidas de antígenos se deben usar cuando no se dispone de equipo de laboratorio especializado o personal de laboratorio para responder rápidamente a los brotes de COVID-19.

La prueba de antígeno se realiza a través de hisopado nasofaríngeo. Foto: Alcaldía de Bogotá.

Son ideales para aplicar en comunidades cerradas y semicerradas (como escuelas, residencias, prisiones o lugares de trabajo); cuando se dispone de recursos limitados y para apoyar las investigaciones de brotes o donde existe una transmisión comunitaria generalizada.

En general, estos dos tipos de pruebas se utilizan, principalmente para:

  1. Entender cómo se desarrolla el virus y la respuesta inmune del cuerpo ante la enfermedad.
  2. Ayudan a comprender si una persona que se ha recuperado de una infección tiene un menor riesgo de reinfección si se expone nuevamente al virus.
  3. Son eficientes a la hora de detectar pacientes que pueden haber tenido la infección pero que nunca tuvieron síntomas.
  4. Encontrar a personas que hayan desarrollado anticuerpos y que puedan calificar como donantes de sangre para pacientes con enfermedad grave de COVID-19, como se ha evidenciado en los últimos meses.

Las pruebas rápidas de antígenos, además, podrían llegar a ser una buena opción para los viajeros internacionales que ingresan al país por vía aérea, ya que es una prueba rápida que entrega resultados en solo 15 minutos, no requiere personal o equipo de laboratorio especializado y se puede realizar en el lugar, incluso en entornos no clínicos, siempre que un profesional de la salud pueda administrar la prueba.

Asegura el experto de Siemens Healthineers que, «aunque el resultado sea positivo, por ningún motivo se debe dejar de usar el tapabocas o practicar distanciamiento social, ya que no hay información concluyente que indique que tener anticuerpos contra la COVID-19 ofrezca inmunidad o evite que una persona se vuelva a infectar».

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *