Pese a sus graves consecuencias, son pocos los avances para la reducción de la prevalencia a nivel mundial, según estudio en ‘The Lancet’.
Redacción Gestarsalud
La prevalencia de anemia en mujeres en estado de embarazo de 15 a 49 años es una de las mayores preocupaciones de salud a nivel global y, de hecho, su reducción se configura como uno de los indicadores de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU para el año 2030, debido a su impacto económico y de salud en las sociedades.
Esta enfermedad, causada por deficiencias nutricionales, las enfermedades infecciosas e inflamatorias y trastornos genéticos de la hemoglobina, fue responsable en el 2019 del 22 por ciento de las muertes maternas, sin contar las consecuencias físicas de quienes la padecen.
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Y de acuerdo con un estudio que acaba de ser publicado por la revista ‘The Lancet’, los avances en el mundo para mitigarla no han sido suficientes.
Este estudio expuso las estimaciones nacionales, regionales y mundiales de anemia entre el año 2000 y el 2019 en niños de 6 a 59 meses, mujeres no embarazadas de 15 a 49 años y mujeres embarazadas de ese mismo rango de edad.
Vale recordar que los niños nacidos de madres con anemia están en riesgo de enfrentar retraso en el crecimiento, en la cognición y en el desarrollo motor.
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Pongamos la lupa en los resultados
Las fuentes de datos de este estudio comprendieron exámenes de salud, nutrición y encuestas domiciliarias que incluían la medición de la hemoglobina de niños de 6 a 59 meses o mujeres de 15 a 49 años, o ambos.
Así, en el 2019 el 40 por ciento de los niños de 6 a 59 meses en el mundo tenían anemia, solo ocho puntos porcentuales menos que en el 2020.
En mujeres no embarazadas de 15 a 49 años la prevalencia también cambió poco en esas dos décadas, al pasar del 31 al 30 por ciento; mientras que en las embarazadas de esas edades esta enfermedad disminuyó del 41 al 36 por ciento.
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En el 2019, a nivel mundial, el 21 por ciento de los niños de 6 a 59 meses tenía anemia leve, el 18 por ciento tenía anemia moderada y el 1 por ciento tenía una forma grave de la enfermedad. La prevalencia de anemia en esta población varió según la región, siendo África occidental y central la prevalencia más alta y los países de ingresos altos la prevalencia más baja durante todo el período de análisis.
Llama la atención que las regiones con una mayor prevalencia de anemia en estos niños también tenían una mayor proporción de personas con anemia moderada o grave.
Y si bien en el 2000 la prevalencia de anemia en niños de 6 a 59 meses superó el 80 por ciento en nueve países de África occidental y central y en Yemen y estuvo por encima de 70 por ciento en otros 19 países de África oriental, occidental y central; para el 2019 ningún país tenía una prevalencia superior al 80 por ciento en infantes y solo en 11 países (Yemen y otros diez de África occidental y central) superaba el 70 por ciento.
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Por otra parte, en Estados Unidos y otros países de altos ingresos la prevalencia de esta condición se situó a lo largo de este siglo en cerca del 6 por ciento.
Los autores concluyen que la anemia moderada y grave disminuyó en la mayoría de las poblaciones y ubicaciones geográficas, lo que indica un cambio hacia la anemia leve.
“A nivel mundial, regional y en casi todos los países, el progreso en la lucha contra la anemia en mujeres de 15 a 49 años es insuficiente para alcanzar la meta mundial de nutrición de reducir a la mitad la prevalencia de la anemia para 2030, y la prevalencia de la anemia en los niños también sigue siendo alta. Se necesita una mejor comprensión de las causas específicas de contexto de la anemia y la implementación de calidad de acciones multisectoriales efectivas para abordar estas causas”, concluyen los autores.
¿Qué se está haciendo?
Como destacan los autores, es un hecho que la conciencia sobre la anemia y sus consecuencias para la salud y el desarrollo de mujeres y niños ha aumentado en la última década. Por ejemplo, en 2012, la Asamblea Mundial de la Salud (AMS) aprobó objetivos globales para la nutrición de madres, lactantes y niños pequeños, con el compromiso de reducir a la mitad la prevalencia de anemia en mujeres en edad reproductiva (15 a 49 años) para 2025.
Así mismo, la OMS y UNICEF propusieron extender este objetivo hasta 2030 para alinearlo con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, y en 2020, se agregó la prevalencia de anemia en mujeres de 15 a 49 años como indicador de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
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