Según datos del Instituto Nacional de Salud, en enero del 2022 se registraron 1.365 niños con desnutrición moderada y severa.
Redacción Gestarsalud
El informe que caracteriza la situación epidemiológica de la desnutrición aguda, moderada y severa en menores de cinco años en el país, elaborado por el Instituto Nacional de Salud, dejó en evidencia que en las primeras cuatro semanas del 2022 se registraron 1.365 casos en Colombia, de los cuales 1.009 fueron por desnutrición moderada y 356 por desnutrición severa.
Esas cifras representan un aumento del 39,6 por ciento frente al mismo periodo del año pasado, del 17 por ciento frente al 2020 y del 51 por ciento con respecto a lo observado en 2019.
(Le recomendamos: Colombia está en alto riesgo de sufrir una crisis de hambre en 2022, según informe de FAO)
El dato de enero del 2022 también equivale a una prevalencia de desnutrición aguda moderada y severa de 0,3 por cada 100.000 menores de cinco años. Según estos datos, el 14,4 por ciento de los niños identificados con desnutrición eran menores de 6 meses (197 casos), 19,8 por ciento tenía entre 6 y 12 meses (270 casos) y 65,8 por ciento tenía más de 12 meses (898 casos). Por otra parte, el 3,4 por ciento (46 de los casos totales) eran niños extranjeros residentes.
Así mismo, el informe revela que en los niños el número de casos fue 754 (55,2 %) y en niñas fue 611 (44,8 %). Adicionalmente en la población indígena se registraron 189 casos, que representan el 13,8 por ciento del total, y el 60 por ciento de los niños notificados estaban afiliados al régimen subsidiado del sistema de salud, lo que indica que eran de la población más vulnerable del país.
(Lea también: ¿Qué es la Ley Jacobo y por qué es importante en el día del cáncer infantil?)
Uno de cada cuatro niños reportados (25,8 por ciento) con desnutrición tuvo que ser hospitalizado y las ciudades con más casos en enero fueron Bogotá (374), seguida de Antioquía (109), Cundinamarca (105), La Guajira (80) y Norte de Santander (54).
Datos preocupantes
Hernando Baquero, pediatra neonatólogo, expresidente de la Asociación Colombiana de Neonatología y decano de ciencias de la salud de la Universidad del Norte, expresa que estos datos son realmente preocupantes ya que “ninguna cifra para esta condición es aceptable porque en esa edad es donde se construye no solamente el crecimiento físico sino también toda la maduración o las herramientas que luego van a permitir que a través de la educación ese niño aprenda con facilidad, tenga una salud óptima y sea capaz de aportar a la sociedad”.
(Lea también: El impacto nocivo de la publicidad de alimentos ultraprocesados en niños)
El especialista advierte, además, que las cifras deben preocupar a todos porque “los niños son el futuro de nuestro país y cualquier impacto que tenga su desarrollo psicosocial en esta edad los puede marcar de por vida”. Baquero explica que si bien las cifras denotan un incremento de alguna manera exagerado con respecto al año anterior, se debe tener en cuenta que los datos del 2021 están marcados por la pandemia de covid-19 en la que mucha gente no acudió a los servicios de salud, no se hizo el diagnóstico, se apartó de un seguimiento adecuado y además se experimentó una crisis social.
«Definitivamente detrás de todo esto lo que hay lógicamente es el gran impacto económico que tuvo la pandemia en nuestro territorio y en general en los países, obviamente de forma marcada en los países en vía de desarrollo como el nuestro», explica Baquero. «Estos registros de pandemia muestra un incremento por encima de lo esperado como se está evidenciando en algunos sitios de la geografía y en general para todo el país», agregó.
La otra explicación que podría afectar esta cifra es el mismo distanciamiento social que hizo que los controles de crecimiento y desarrollo se retrasaran de alguna manera y esto, según Baquero, tiene como consecuencia que no se pudieron detectar estos casos de forma temprana, lo cual conlleva a alteraciones iniciales que al no ser atendidas se manifiestan con estos casos de desnutrición severa en la población.
(Vea también: El estrés postraumático, una realidad de las familias sobrevivientes al covid-19)
“Cuando se ve comprometida la seguridad alimentaria de los hogares como lo están mostrando las cifras del INS, incluso en las ciudades capitales, uno prácticamente puede deducir que los niños no están recibiendo un adecuado aporte calórico proteico y esto se ve reflejado en que empiezan a crecer los casos de desnutrición aguda, moderada y severa”, advierte el pediatra.
Además, explica que estas cifras pueden corresponder a lo que se llama técnicamente una sindemia, que es la confluencia de estas epidemias que se potencian y que tienen un efecto mayor que si cada una actuara de manera independiente.
(Le puede interesar: Se estima que 55.000 niños colombianos podrían haber quedado huérfanos en la pandemia)
¿Qué se debe hacer para atender esta situación?
Un primer gran paso que sugiere Baquero es visibilizar está situación, por ejemplo, con informes como los del instituto Nacional de Salud (INS), pero, luego, considera indispensable atender cada caso, buscarlos de manera activa e intervenirlos, “algunos los vamos a poder recuperar rápidamente y otros van a tomar mucho más tiempo”.
Los casos se deben intervenir de manera rápida, oportuna y urgente porque esto se puede revertir, y lo que no podemos permitir es que esto siga avanzando y se conviertan en casos de desnutrición crónica donde ya los impactos son permanentes para estos niños”.
(Le puede interesar: Estas son las EPS mejor calificadas por los colombianos)