Consumo en el país comienza a los 13 años y 6 de cada 10 dicen que es fácil conseguir, según estudio nacional.
Redacción Gestarsalud
Entre el 22 de abril y el 13 de septiembre del 2021, con la pandemia de fondo y muchos jóvenes viendo sus clases desde casa, el 40 por ciento de los estudiantes de colegio que participaron en una encuesta nacional reconocieron haber consumido licor alguna vez en la vida.
Este dato representa una caída de 30 puntos frente al 70 por ciento que encontró en el 2015 la misma encuesta realizada por la Corporación Nuevos Rumbos.
Se trata, en realidad, de la tercera edición de este estudio sobre consumo de alcohol en menores de edad y esta vez se llevó a cabo en una muestra de 11.500 alumnos de grados sexto a once en siete ciudades del país.
Además de la caída en la proporción de exposición al licor, otros resultados importantes fueron que aumentó de 12 a 13 años la edad de inicio de consumo y una disminución en el número de jóvenes que consume alcohol con sus amigos.
Sin embargo, al tiempo aumentó considerablemente (de 50 a 70 por ciento) la cifra de menores que tomaron licor con sus padres y otros familiares; “comportamientos relacionados con la pandemia y las medidas que los llevaron a pasar un mayor tiempo en casa”, indica el estudio.
“El comportamiento social de los adolescentes durante la pandemia se vio severamente restringido, lo que se reflejó en una disminución de los indicadores de consumo de alcohol. Lo que no debemos olvidar es que somos los adultos los responsables de cuidar a los menores de edad, y eso significa no darles alcohol, no venderles, hacer cumplir las normas y no hacernos los ciegos cuando sepamos que están tomando”, señaló Augusto Pérez, Fundación Nuevos Rumbos.
En el panorama por ciudades, la investigación revela que Medellín es la ciudad donde los adolescentes tienen los niveles más altos de consumo, mientras en Bogotá los menores de edad ingieren licor más días seguidos y en Cali donde menos beben antes y durante la jornada escolar.
Tunja es la ciudad donde los jóvenes más consumen bebidas alcohólicas junto a sus padres y otros familiares y Piedecuesta donde hay más venta libre de alcohol a menores. Villavicencio y Barranquilla, mientras, son los territorios donde menos adolescentes se han embriagado.
En cuanto al acceso, la encuesta revela que seis de cada 10 reportaron que era fácil o muy fácil conseguir alcohol; el 17 por ciento de los menores que accedieron al licor lo hicieron comprando a través de plataformas digitales; y aunque se redujo en un 7 por ciento el acceso al alcohol en tiendas de barrio y licoreras con respecto a la encuesta del 2015, la mitad de los encuestados que habían ingerido licor dijo que ese era el sitio donde lo compraban.
Por otra parte, se evidenció un mayor control por parte de los padres de familia, mayores reticencias para vender a menores de edad y menos gusto hacia el alcohol por parte de los adolescentes.
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La presentación de los resultados del estudio se llevó a cabo durante la firma oficial del “Gran Pacto por la prevención del consumo de alcohol en menores de edad” promovido por la Fundación Bavaria, la Corporación Nuevos Rumbos, Fútbol con Corazón y Fundación Selección Colombia, entre otros aliados, con el objetivo de fomentar el trabajo articulado alrededor de la cero tolerancia frente al consumo de alcohol en menores de edad.
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