Que la reforma sea un gran pacto por la salud

Por: Carmen Eugenia Dávila

Directora ejecutiva de Gestarsalud

El Gobierno Nacional proclama que son tiempos de cambio y reclama un mandato programático para introducir modificaciones sustanciales y estructurales en los diferentes aspectos de la vida nacional, entre ellos, la salud. Y eso está muy bien. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en el país y también en el sistema de salud. Son tiempos de reforma y esto implica nuevas oportunidades para mejorar, corregir e innovar.

 

No hay que temer al cambio. No obstante, hay que entender que en salud estamos ante un derecho fundamental y que de las decisiones y políticas públicas dependen cada día la salud, la vida y la tranquilidad de 50 millones de colombianos y, en consecuencia, no se puede improvisar. No nos podemos equivocar, ni en el diagnóstico, ni en el objeto, ni en el proceso, pues, entonces, el cambio podría ser destructivo, regresivo, quizás catastrófico, para la vida de muchos usuarios del sistema.

 

En ese sentido, vale la pena preguntarse, una vez conocido el texto de la reforma a la salud propuesta por el Gobierno, ¿a quién beneficia el cambio?

 

El centro del sistema no son los hospitales, ni las EPS, ni lo público, ni lo privado, ni las instituciones públicas; son los usuarios. Por eso el cambio debe centrarse en la gente, en mejorar su experiencia en el sistema y mejorar su estado de salud.

 

Si el cambio se centra en el usuario, no tiene sentido acabar con el seguro de salud, cualitativamente superior y más garantista que un sistema de prestación de servicios, porque, si somos claros, la propuesta del gobierno es esa, acabar la seguridad social, aunque a veces se niegue o se maquille. Porque sí, cuando desaparece quién responde por el seguro, desaparece también el seguro.

 

Cuando hemos alcanzado la cobertura universal de la seguridad social en salud es absurdo borrar esa lucha de 30 años y quitarle a la gente el seguro de salud para someterse a un sistema prestacional público lleno de incertidumbres.

 

Al acabar con el seguro individual de las personas se pierde mucho y se gana muy poco. Y va en contra del orden constitucional acabar con un derecho irrenunciable de todos los habitantes del territorio nacional. Por el contrario, cada vez más debemos asegurar el acceso a los servicios contenidos en el plan de beneficios y, con ello, el goce efectivo del derecho fundamental a la salud.

 

Hemos mencionado solamente la pérdida del aseguramiento, pero en el proyecto del Gobierno el usuario pierde también la libre elección y la integralidad de la atención.

 

Si el gran perdedor es el usuario, ¿cómo no ajustar la propuesta?

 

La otra pregunta es cómo hacer una reforma tan trascendental, de una manera democrática, participativa y, a la vez, con un fuerte sustento técnico. Hasta el momento el proceso no ha sido, propiamente, participativo. El poco sustento técnico, las estadísticas con interpretaciones no muy claras y la casuística exagerada han servido para sustentar una u otra postura del debate.

 

Pero todavía hay tiempo.

El programa de Gobierno inscrito en la registraduría por el hoy presidente Gustavo Petro propone un gran pacto nacional por la salud y la vida. Ese gran pacto debe incluir a todos los colombianos y no sólo a los 11 millones de los votantes a su favor. Estamos listos para aportar y discutir sobre una base técnica. 

 

La salud, como derecho fundamental, como servicio público, y como sistema eficaz y sostenible atañe a todos los colombianos. No es un asunto de mayorías, es un tema capital, que reclama diálogo, consensos, evidencia, amplia consulta y recursos para lograr, de verdad, construir sobre lo construido, progresividad y no regresividad.

 

Hay acuerdos tácitos, casi que obvios, sobre fortalecer atención primaria, mejorar las condiciones del talento humano, el acceso en zonas rurales y la oportunidad en los servicios especializados. Construyamos juntos un consenso más amplio y hagamos una gran reforma.

 

Como gremio donde confluyen organizaciones en su mayoría de origen popular, mutual y cooperativo, construidas por personas de la economía popular o con capital público queremos aportar al debate, a la reforma y a la mejora del sistema de seguridad social en salud. Incluyendo también a las entidades con más experiencia en la prestación de servicios y organización de los mismos.

 

Hagamos ese gran pacto, esa gran síntesis del pensamiento colombiano sobre cómo mejorar el sistema de seguridad social en salud para avanzar en la garantía del goce efectivo del derecho fundamental a la salud. Existen varias iniciativas sobre el particular. Juntémonos para hacer lo mejor por los habitantes del país.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *