¿El Ómicron vino de un ratón? Ojo a lo que dice esta investigación

Según un estudio, las mutaciones de la variante Ómicron indicarían una trayectoria evolutiva entre especies, en este caso entre seres humanos y roedores.

Redacción Gestarsalud

El origen de Ómicron se ha convertido en un tema controvertido y de debate entre las comunidades científicas porque esta variante del coronavirus tiene múltiples mutaciones frente a las versiones iniciales del covid-19.

Ahora, un estudio publicado en ‘Journal of genetics and genomics’ planteó que esta variante pudo haber surgido por un proceso de «spillback», es decir un regreso del virus Sars-Cov-2 desde ratones a los seres humanos. O en otras palabras, una mutación saltó de humanos a ratones y luego volvió a los humanos nuevamente.

“Nuestros resultados sugieren que el progenitor de Ómicron pasó de humanos a ratones, acumuló rápidamente mutaciones favorables a la infección de ese huésped y luego regresó a los humanos, lo que indica una trayectoria evolutiva interespecies para la epidemia de Ómicron», explicaron los autores.

En este punto es importante recordar que la variante Ómicron del nuevo coronavirus se detectó e informó por primera vez en Sudáfrica el 24 de noviembre de 2021, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) la designó como una variante de preocupación por sus mutaciones que la hacen más transmisible.

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Sobre el estudio

El análisis de este estudio se basó en tres hipótesis con respecto a la historia evolutiva de Ómicron.

La primera hipótesis dice que Ómicron podría haberse “propagado crípticamente” (es decir, de una manera insospechada o difícil de comprender) y circulado en una población con pruebas virales insuficientes.

La segunda hipótesis dice que Ómicron podría haber evolucionado en un paciente inmunosuprimido con covid-19 que proporcionó un huésped ideal para que el virus evolucionara.

Y la tercera hipótesis es que Ómicron podría haber acumulado mutaciones en un huésped no humano y luego saltar a los humanos.

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¿Qué dicen los resultados?

Así las cosas, los autores explican que las dos primeras hipótesis asumen que Ómicron adquirió estas mutaciones en humanos, denominadas colectivamente “hipótesis del origen humano”, y que de hecho representan las hipótesis más populares en estos casos.

“De acuerdo con este fenómeno, virus pertenecientes a diferentes órdenes (por ejemplo, poliovirus, se descubrió que el virus del Ébola y el SARS-CoV-2) exhiben espectros moleculares similares de mutaciones cuando evolucionan en la misma especie huésped, mientras que los miembros de la misma especie de virus exhiben espectros moleculares divergentes cuando evolucionan en diferentes especies huésped” explican los autores.

Lo anterior se refiere a que los cambios moleculares que se ven en los virus que mutan dentro de la misma especie (por ejemplo la especie humana, o chimpancé, o aves, etc) se ven similares. Un ejemplo sería, si el virus 1 y el virus 2 mutan dentro de un humano tienen espectros moleculares similares (mecanismos de mutación similares), pero si el virus 1 muta en el chimpancé y el virus 2 en el humano, tendrán espectros moleculares diferentes.

Mientras, la tercera, que indica Ómicron adquirió mutaciones en una especie no humana, es una nueva hipótesis a tener en cuenta a futuro en la vigilancia viral y secuenciación en animales, especialmente en aquellos que tienen contacto cercano con los humanos, indicaron los investigadores.

Sobre esta hipótesis el estudio menciona: “Descubrimos que el espectro molecular de las mutaciones de Ómicron previas al brote era inconsistente con la rápida acumulación de mutaciones en humanos, pero más bien sugería una trayectoria en la que el progenitor de Ómicron experimentó un evento zoonótico (una enfermedad que puede transmitirse entre animales y seres humanos) inverso de humanos a ratones en algún momento durante la pandemia, muy probablemente a mediados de 2020”.

E indican los autores que “estas mutaciones se acumularon en un ratón huésped durante más de un año antes de volver a los humanos a fines de 2021”.

Además, enfatizan que, si bien los seres humanos siguen representando el mayor reservorio conocido del nuevo coronavirus, parece probable que surjan variantes adicionales dada la capacidad de este virus para saltar entre varias especies.

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