Cerca de una de cada tres personas experimentó fatiga y una de cada cinco deterioro cognitivo después de la infección.
Redacción Gestarsalud
Una revisión sistemática y metaanálisis publicado por ‘Brain, behaviour, and inmunity’ evidenció que la fatiga y el deterioro cognitivo junto con otras manifestaciones neuropsiquiátricas persistentes como la depresión son las secuelas más comunes de la infección con coronavirus, en un cuadro conocido también como ‘post covid’ o ‘covid largo’.
El estudio indica, de entrada, que más del 30 por ciento de las personas afectadas por covid-19, incluidos los casos asintomáticos y aproximadamente el 80 por ciento de los pacientes hospitalizados, experimentaron secuelas posteriores a la infección.
Al respecto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha propuesto recientemente para estos eventos el nombre de ‘condición post covid’ y la define como síntomas persistentes que generalmente ocurren tres meses después en personas con infección previa confirmada o probable por el nuevo coronavirus. Estos síntomas pueden persistir durante al menos dos meses y pueden no explicarse con un diagnóstico alternativo.
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¿Qué dicen los principales hallazgos de la revisión?
En general, 53 de los 81 estudios revisados informaron que las mujeres tuvieron un mayor riesgo de desarrollar síntomas de post covid (incluida la fatiga y el deterioro cognitivo, en algunos casos).
También se identificó una menor incidencia de fatiga y deterioro cognitivo, respectivamente, entre los niños en comparación con los adultos.
Por otra parte, los factores asociados con una mayor incidencia de síntomas post covid en los estudios incluyeron, además del sexo femenino, la edad avanzada, la mayor gravedad de la enfermedad aguda y las comorbilidades preexistentes.
“En esta revisión sistemática y metaanálisis de 81 estudios establecimos que aproximadamente un tercio de los individuos incluidos experimentaron fatiga persistente y más de un quinto de los individuos exhibieron deterioro cognitivo 12 o más semanas después del diagnóstico de covid-19”, explican los autores.
¿Cuáles fueron los resultados para fatiga y deterioro cognitivo?
Para el caso de la fatiga, la proporción de personas que la experimentaron fue de 32 por ciento, es decir, una de cada tres. Y si bien, una proporción mayor de mujeres informó fatiga en comparación con los hombres, la diferencia entre subgrupos no fue estadísticamente significativa (0,46 de mujeres frente a 0,30 de hombres).
Por otro lado, el análisis de subgrupos para la categoría de edad reveló que una proporción significativamente mayor de adultos experimentaron fatiga en comparación con los niños (0,34 de adultos frente a 0,11 de niños).
Asimismo, la proporción de personas que experimentaron deterioro cognitivo fue de 22 por ciento, es decir una de cada cinco, con una proporción mayor de mujeres que lo manifestaron en comparación con los hombres (0,56 de mujeres frente a 0,36 de hombres).
Además, hubo una proporción significativamente mayor de adultos que experimentaron deterioro cognitivo en comparación a los niños (0,23 de adultos frente a 0,09 de niños).
Así las cosas, la revisión identificó que aproximadamente un tercio de las personas experimentaron fatiga persistente y más de una quinta parte de las personas experimentaron deterioro cognitivo 12 o más semanas después del diagnóstico confirmado de covid-19.
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Otros hallazgos
La revisión también mostró que las personas presentaron deterioro funcional posterior al covid-19, es decir deterioro de las actividades incluidas dificultades para realizar tareas diarias, el cuidado personal y la movilidad, en un rango del 21 al 63 por ciento.
Por otra parte, se evidenció un deterioro social en un rango de personas del 5 al 15 por ciento; y entre el 16 y el 28 por ciento afirmaron que no pudieron participar en actividades deportivas o recreativas.
Finalmente, la revisión explicó que la fatiga y el deterioro cognitivo parecen perdurar y pueden empeorar con el tiempo en individuos susceptibles.
Limitaciones
Los autores mencionaron en el artículo algunas limitaciones que se deben tener en cuenta. Primero, dicen, algunos estudios fueron observacionales, por lo tanto, no se pueden inferir relaciones causales. «En segundo lugar, la mayoría de los estudios no determinaron si los resultados estaban presentes antes de la infección por covid-19 (…) por lo tanto, no podemos excluir la posibilidad de que la fatiga y el deterioro cognitivo precedieran a la infección», anotaron.
«En tercer lugar, como la mayoría de los estudios se basaron en personas hospitalizadas, los resultados pueden no ser representativos para la mayoría de las personas afectadas por covid-19. Además, la fatiga y el deterioro cognitivo pueden ser consecuencias del estrés crónico y/o depresión resultante de los desafíos de la pandemia, más que el resultado de una infección», aclaran.
Es de resaltar que si usted cree tener síntomas de post covid es importante que consulte con su EPS para garantizar una atención adecuada de estos padecimientos. Recuerde que estos tratamientos están cubiertos por el sistema de salud.
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