Hoy se conmemora el Día Mundial sin Tabaco, una fecha necesaria para insistir sobre la necesidad de eliminar este vicio que se ha convertido en una de las pandemias más largas y peligrosas que ha sufrido la humanidad en su historia. Los avances en la lucha mundial para ayudar a erradicar el tabaquismo son valiosos y significativos, pero siguen faltando esfuerzos contundentes para lograr controlar la situación, sin acudir a la búsqueda de alternativas que, en realidad, empeoran la realidad del tabaquismo en el mundo.
El tabaquismo es considerado la primera causa de muerte evitable en el mundo, ocasionando alrededor de 8 millones de defunciones anuales, de las cuales 7 millones de muertes se registran en consumidores directos y alrededor de 1,2 millones en fumadores indirectos. De no hacer nada, indican cifras internacionales, en el 2030 el consumo de tabaco matará a 10 millones de personas cada año; el 70 % de estas defunciones ocurrirá en los países en vía de desarrollo.
Cifras de una encuesta realizada por la Asociación Argentina de Tabacología (AsAT), a la que accedió Infobae, el 65 % de las personas desconoce que las partículas dañinas derivadas del cigarrillo tardan más de un año y medio en irse del hogar, aunque se fume en el balcón o en el patio.
Los especialistas aseguran que ese humo llamado de ‘tercera mano’ tarda más de 19 meses en irse de los entornos cerrados y, a medida que pasa el tiempo, las partículas se vuelven más tóxicas y perjudiciales para la salud, sobre todo para los niños, quienes en estudios internacionales demostraron tener mayor prevalencia de muerte súbita y más predisposición de sufrir patologías respiratorias, entre otras afecciones por causa del tabaco.
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Según explica Infobae, el humo de primera mano es el que inhala el fumador: genera un daño local en las vías áreas y también general, en función de su absorción por forma sistémica. El humo de segunda mano es el que respira la persona que no está fumando y comparte el mismo ambiente (fumador pasivo): es la suma del humo exhalado por el fumador más el producto de combustión de la colilla de cigarrillo. Se estima que el humo de tabaco contiene unos 7.000 componentes, de los cuales casi 70 son sustancias tóxicas cancerígenas; también hay venenos como el arsénico y el cianuro y metales pesados como el mercurio y el plomo que son altamente tóxicos.
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El humo de tercera mano corresponde a todas las partículas -pequeñas, menores de 25 micrones- provenientes del humo de segunda mano a las cuales se le suman otras generadas mediante reacciones químicas entre la nicotina exhalada y productos del aire ambiental, que se depositan en todas las superficies de los lugares donde hubo tabaquistas.
En 1987, la Organización Mundial instituyó el Día Mundial sin Tabaco todos los 31 de mayo, con la intención de llamar la atención de los países hacia la epidemia del tabaquismo y promover la conciencia sobre los efectos letales que la adicción al tabaco provoca en el cuerpo.
La Encuesta Nacional de Consumo de Sustancias Psicoactivas en su versión 2019 reveló que durante los últimos seis años Colombia consolidó la disminución del consumo de tabaco al pasar del 12,9 % en 2013 a 9,8 % en 2019.
Nubia Bautista, subdirectora de Enfermedades No Transmisibles de Ministerio de Salud y Protección Social, explicó que, si bien en el país el 82 % de las personas no fuman, sigue existiendo un número importante de muertes por enfermedades atribuibles al consumo del tabaco. Las malas condiciones de salud, dadas por el tabaquismo, se han mostrado más vulnerables frente a la COVID-19.
«Fumar daña muchos órganos del cuerpo y causa enfermedades cardíacas, Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) y varios tipos de cáncer, entre ellos, el de pulmón, garganta y riñón. Las mujeres, además, tienen menos probabilidad de quedar embarazadas y corren mayor riesgo de aborto y probabilidad de embarazos ectópicos y que su bebé nazca prematuramente, con labio leporino, paladar hendido y peso anormal».
Óscar Castro, coordinador de la Especialización de Psicología Clínica de la Fundación Universitaria Sanitas, expone las tres técnicas más actuales para dejar de fumar:
1. Grupos de terapias psicológicas
Tienen dos maneras de intervención: a nivel grupal y a nivel individual. En las terapias grupales se establecen parámetros, que son los objetivos que tienen los miembros del grupo, y se hacen compromisos específicos. Las intervenciones se realizan de manera grupal para que cuando se presenten dificultades con alguno de los miembros, estos mismos puedan servir como modelos o como modelados frente a los demás. Por su parte, las terapias individuales, son aquellas que tienen procesos cognitivo-conductuales donde se identifican cuáles son los contextos que más están haciendo vulnerable a la persona y así ayudarlo a solucionar el problema.
2. Terapias sustitutiva con nicotina
Con esta lo que se intenta es darle nicotina al sujeto por medio de otras vías y dispositivos diferentes al cigarrillo, para que el individuo pueda disminuir a nivel biológico la ansiedad de fumar.
3 Uso de un medicamento
Existe un fármaco que ayuda a las personas a dejar de fumar ya estudios han demostrado una eficiencia de un 40% aproximadamente, lo que hace el fármaco es sustituir en el mapeo cerebral el efecto que llega a producir el fumar, reduciendo los niveles de ansiedad para que la persona disminuya la conducta de consumir cigarrillos.
Consumo de tabaco en cifras
- El 82 % de las personas en Colombia no fuman. A pesar de esto, 34.800 personas mueren por enfermedades atribuibles al consumo del tabaco.
- De las 21.765 muertes, 3.076 son causadas por los cánceres de tráquea, bronquios y pulmón.
- 8.595 muertes causadas por las enfermedades isquémicas de corazón son atribuibles al consumo de tabaco.
- 4.337 muertes causadas por enfermedades cerebrovasculares son atribuibles al consumo de tabaco.
- 4.584 muertes causadas por las enfermedades crónicas de las vías respiratorias inferiores son atribuibles al consumo de tabaco.
- De acuerdo con la Encuesta Nacional de Sustancias Psicoactivas en Escolares (2011), la prevalencia actual en jóvenes de 11 a 18 años es de 9.78 %, hombres 11.86 % y mujeres 7.85 %. Por grupos de edad, los jóvenes de 16 a 18 años son los mayores consumidores (17,36 %).
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Bautista expuso los principales retos frente al consumo de tabaco en Colombia y la implementación de la Ley 1335 de 2009. «A partir de los datos suministrados en el caso a favor de la inversión en control de tabaco, documento elaborado por la OMS OPS, PNUD y RTI internacional en el 2019, hemos podido enfocar y seguir trabajando en las acciones de política pública para el control del tabaco en Colombia, destacando cuatro medidas de gran impacto para seguir en el camino de la reducción de la prevalencia de tabaco».
Estas consisten en aumentar los impuestos al tabaco, vigilar el cumplimiento de los ambientes 100% libres de humo de tabaco, aumentar el tamaño de las advertencias sanitarias y establecer el etiquetado estandarizado en todos los productos de tabaco y sus derivados.