Milena es una mujer de 36 años, profesional, madre de dos niños, trabajadora, ama de casa, esposa, hija. Hace seis meses, cuando apenas iniciaba su labor profesional en el mismo lugar y a la misma hora que cumplía su obligación como mamá, esposa y ama de casa, comenzó a ver cómo su cabello se caía. Antes le había pasado durante la lactancia de sus dos hijos. Ahora, aparentemente, no había motivos para tal síntoma. Lumbalgias frecuentes se sumaron a la caída del cabello y una sensación de tristeza que, además, le hacía sentirse ingrata con las bendiciones que la rodean (hijos, hogar, esposo, trabajo, comida y salud).
Nada más peligroso que el miedo a Dios. Ser mal agradecido con lo que te rodea podría convertirse, además, en una carga espiritual aún más pesada que las cotidianas. Sin duda Milena atravesaba por el Síndrome Burnout, una condición que es catalogada como una patología laboral y relacional, que en la actualidad ha afectado a las mujeres trabajadoras, ya que se enfrentan a exigencias que, en muchas ocasiones, no pueden controlar. El Burnout genera desgaste en todas sus dimensiones y una alteración disfuncional en el actual cotidiano.
En la práctica se manifiesta con síntomas físicos y emocionales (dolores de espalda, ansiedad, problemas gastrointestinales y falta de motivación). Todo parece ser parte del agotador día a día que, en tiempo de pandemia, ha empeorado, pero resulta ser más peligroso de lo que se cree.
Algunos países contemplan la patología en sus leyes, por ser un riesgo que debe ser prevenido. No es un juego de resistencia, ni de la entereza que deben tener las mujeres ante su rol de madres y columna vertebral del hogar, se trata de una respuesta natural y propia de la mente y el cuerpo humano antes sobrecargas físicas y emocionales.
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Recientemente, la organización de apoyo a la mujer Lean In con Survey Monkey, señala, gracias a los resultados de un estudio, mayores niveles de ansiedad entre las mujeres por la sobrecarga laboral que ha traído consigo la pandemia, por el hecho de trabajar desde casa y cumplir al mismo tiempo con las tareas del hogar y maternales. Paloma Carvajalino, psicóloga clínica y especialista en trastornos emocionales y del estado de ánimo, asegura que en sus consultas los casos de Síndrome de Burnout han aumentado en la población femenina, desde que comenzó la pandemia.
“La razón es evidente. El exceso de actividades ha recaído mucho más en la mujer. La responsabilidad laboral ahora está combinada con la sobrecarga doméstica y el cuidado de los hijos, que además implica un ejercicio académico. Además, en la sociedad colombiana hay un número importante de madres solteras y cabeza de familia. Todo en un mismo lugar y en un mismo momento”.
Paloma Carvajalino, psicóloga clínica y especialista en trastornos emocionales y del estado de ánimo.
Asegura la especialista que los casos del Síndrome Burnout han aumentado por el cansancio emocional y físico resultado de la obligación de cumplir con todo de manera efectiva, eficiente y al mismo tiempo. Quienes sufren la patología manifiestan episodios de ansiedad, cansancio emocional (insomnio, pérdida de la motivación, trastornos alimenticios, irritabilidad), cansancio físico y enfermedades subyacentes. «Esta es la forma que el cuerpo tiene para expresarse de la manera más común. La ansiedad se manifiesta con la sensación de angustia y preocupación permanente. Ha habido aumento en la ingesta de alimentos y también falta de apetito. Todo termina afectando la salud física».
Lilibeth, amiga de Milena, comparte con ella los desaciertos del día a día. Es madre de tres niños, trabajadora y ama de casa. Un día, a través de la pantalla, discutió con la maestra de su hijo de seis años. Fue un motivo tonto, si se quiere, pero su mente estalló con la primera oportunidad que se le presentó. Ella desconoce qué el Síndrome de Burnout. Considera que es la desconsideración externa la causante de su disgusto diario.
El machismo no solo es una manifestación agresora o controladora por parte del hombre o de la mujer sumisa. Hay muchas barreras que aún quedan en la manera cómo los individuos manejan el rol de la mujer y del hombre dentro de la sociedad.
Es difícil aún para las madres concebir que el papá también es capaz de cuidar a la cría durante sus primeros días o años de vida.
La culpa ataca. Y, más allá de ella, la posibilidad de pensar que ambos están en la capacidad de ser proveedores, cuidadores y domésticos en la misma proporción.
El esposo de Milena, un hombre educado, respetuoso, profesional y muy trabajador y responsable, le comentaba que hay algo en la naturaleza que no se puede alterar en esta vía por la equidad de género. «Lo natural es que la mamá esté con su hijo durante, por lo menos, el primer año de su vida». Pero, aseguran los expertos en salud mental, que el ser humano es un ser de adaptación; si la mamá debe regresar al trabajo y el papá, por el contrario, tiene la posibilidad de ser el cuidador, el bebé, sin dudarlo, se adaptará a él tanto como a su mamá.
La escritora, periodista y autora del libro Can’t Even: How Millennials Became the Burnout Generation, Anne Helen Petersen, describió el ‘burnout’ como algo más allá de agotamiento físico o psicológico, es el sentimiento de estar exhausto de la vida misma, pero a pesar de ese agotamiento, seguir adelante, sin descansar.
Teniendo en cuenta que desde el inicio del confinamiento muchas personas han tenido que adaptarse a una serie de nuevos y agotadores cambios laborales, Liberty Seguros compartió una serie de recomendaciones para abordar este síndrome y hacerlo más llevadero.
- Teletrabajar no es estar todo el día disponible: al no tener una rutina ‘normal’ las horas de trabajo se han incrementado. Especialistas recomiendan seguir manteniendo horarios para poder planificar de mejor forma el día. Realizar teletrabajo no significa que se dejen de lado los descansos, las comidas, compartir con la familia, el ejercicio y el sueño.
- Realizar modificaciones en su nueva oficina: cuando se trabaja con el computador hay que tener en cuenta que la pantalla debe estar a la distancia de un brazo de la cara, según lo recomienda la Academia Americana de Oftalmología. Por su lado, el contraste y el brillo de la pantalla no debe ser más brillante que el de la habitación donde se está.
- Desconectarse es importante que una vez finalice la actividad laboral haya una separación total o parcial del trabajo. Es decir, distanciarse psicológicamente de tareas o cosas pendientes para enfocarse en otras actividades, que previo a la cuarentena se realizaban. El teletrabajo no es un obstáculo para leer un libro, hacer ejercicio o mirar las series que tanto se disfrutan en familia.
- Busque tiempo a solas: dedique entre cinco y diez minutos de tiempo para estar a solas. Este lapso es suficiente y necesario para mejorar la salud mental y emocional propia y la de la familia. En este espacio, se puede disfrutar del silencio total o de la música que más le guste.
- Negociar la pareja y distribuir las obligaciones domésticas y paternales.
- Según corresponda, de acuerdo con la edad, los niños también deben tener una carga de responsabilidad en los quehaceres del hogar.
- Conversar, buscar ayuda profesional. Practicar alguna actividad que le permita salirse de su rutina. Esta debe ser del agrado de la mujer.