Son muchas las preguntas que surgen aún sobre la COVID-19 y más sobre la vacunación. Una de las dudas más frecuentes tiene que ver con la prudencia o no de vacunarse teniendo síntomas o siendo un paciente positivo.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos son muy claros al respecto. La respuesta es no. No se vacune. «Las personas con COVID-19 que tienen síntomas deben esperar para vacunarse hasta haberse recuperado de la enfermedad y hasta que reúnan los criterios para suspender el aislamiento. Las personas sin síntomas también deben esperar hasta que reúnan los criterios para vacunarse. Esta pauta alcanza también a las personas que se enferman de COVID-19 antes de su segunda dosis de la vacuna».
Según indica la Organización Mundial de la Salud (OMS), puede ofrecerse la vacunación a las personas que ya han padecido la enfermedad y la han superado.
«A pesar de ello, dada la limitación en las existencias de vacunas contra la COVID-19, puede que las personas prefieran aplazar su vacunación hasta seis meses desde el momento de la infección por SARS-CoV-2. A medida que se disponga de más datos sobre la duración de la inmunidad, después de la infección, podrá ajustarse ese período de tiempo. No se recomienda realizar pruebas de una posible infección en el pasado para decidir sobre la conveniencia de la vacunación».
Vacunarse teniendo síntomas, sospechas o diagnóstico positivo, es tan delicado que en la UCI de una clínica de Valledupar, según reporta el periódico El Heraldo, se encuentra un médico de 64 años, priorizado para recibir la vacuna, quien no reportó que tenía síntomas de a enfermedad. Al galeno se le aplicó el biológico el 22 de febrero y un día después acudió a urgencias. Fue en ese momento que informó que tenía síntomas respiratorios, de más de cinco días.
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En Colombia, cuando recién se estructuró el Plan Nacional de Vacunación, no estaba contemplada la posibilidad de vacunar a personas sobrevivientes de la nueva enfermedad, pues, se suponía que la inmunidad generada por la patología era duradera. Estudios recientes han demostrado que, hasta ahora, la inmunidad puede durar hasta nueve meses, por lo general seis, razón por la cual el Gobierno de Iván Duque decidió incluir en la vacunación a aquellas personas que tengan 90 días o más de haber superado la enfermedad.
La OMS insiste en que las vacunas seguras y eficaces van a suponer un cambio radical, pero en el futuro cercano es necesario e imprescindible seguir llevando mascarilla, mantener el distanciamiento de social, evitar aglomeraciones y aplicar todas las medidas sanitarias.
«Estar vacunados no significa que podamos tirar por la borda las medidas de precaución y ponernos a nosotros mismos y a los demás en peligro, sobre todo porque todavía no está claro el grado en que las vacunas pueden proteger, no solo contra la enfermedad, sino también contra la infección y la transmisión». Aún hay mucho qué descubrir del SARS-CoV-2.