No hay indicios sobre mutaciones del SARS-CoV-2 que cambien su comportamiento

La pandemia del Covid-19 ha estado marcada por una particular situación que la diferencia de enfermedades masivas o calamidades de otros tiempos: la globalización. Esa masa de información que parece no parar, genera de manera inmediata, matrices de opinión diarias. Todo es noticia y, peor aún, todo genera pánico entre quienes desconocen una realidad absoluta sobre una de las enfermedades más mediáticas de la historia.

Este fin de semana el mundo convulsionó al conocer sobre una nueva cepa, al parecer más contagiosa que las anteriores, del nuevo coronavirus. En Colombia el Instituto Nacional de Salud (INS) ya había informado que en el país circulan dos tipos; en otras partes del mundo existen otras más. La nueva, llamada B.1.1.7, apareció en Reino Unido, país que ha quedado prácticamente aislado del resto mundo, en un intento de los demás países por evitar que este nuevo enemigo entre a sus fronteras.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ayer se pronunció al respecto. Michael Ryan, director ejecutivo del Programa de Emergencias de la OMS, en rueda de prensa aseguró que la nueva cepa no está fuera de control. “Hemos registrado un R0 (tasa de reproducción del virus) mucho más elevada que 1,5 en diferentes momentos de esta pandemia, y lo hemos controlado. Esta situación, en ese sentido, no está fuera de control”.

Vacuna del Covid-19 puede combatir nueva cepa del virus

Por su parte, el director general del organismo, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo que por ahora no hay pruebas que demuestren que la nueva cepa sea más mortal o provoque una enfermedad más grave. “Estamos trabajando con científicos e investigadores para ver cómo se comporta el virus”. El experto insistió en la necesidad de frenar la propagación de la nueva enfermedad, pues “cuanto más se le permita diseminarse, más probabilidades hay de que siga mutando”.

Foto cortesía: Reuters

Según han explicado los expertos, los virus mutan todo el tiempo. Lo importante es que no lo hagan en una forma que cambie su comportamiento.

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En una entrevista hecha por BBC Mundo al bioingeniero Harry Al-Wassiti, al profesor de biología farmacéutica Colin Pouton y a Kylie Quinn, investigadora de ciencias biomédicas en la Universidad RMIT, los científicos aseguraron que de momento no hay indicios de que se estén dando mutaciones que cambien el comportamiento del virus; aunque es posible que en el futuro los cambios en el virus hagan que la vacuna sea menos efectiva.

“Si eso sucede, se necesitaría una nueva vacuna. Esto no es algo inusual. Cada año se diseña una nueva vacuna contra la gripe para combatir las cepas que están circulando. Y la tecnología ARN de la nueva vacuna es muy sencilla de modificar, así que no debería ser un problema grave”, aseguraron.

Resulta pertinente recordar que, aunque la vacuna de Pfizer plantea un gran desafío por requerir de ultracongelación, es un biológico diseñado para enseñarle al sistema inmune a combatir el nuevo coronavirus. Se le denomina ARN, pues utiliza un fragmento pequeño del código genético del virus para introducirlo al cuerpo humano. Es primera vez que una vacuna de este tipo es aplicada en personas.

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Con respecto a la nueva cepa, por ahora, no hay de qué preocuparse. El autocuidado es la mejor manera de evitar que los contagios se sigan dando y, por ende, las mutaciones. De seguir los desarrollos de vacunas como hasta ahora, en un tiempo no muy lejano la inmunidad de rebaño se habrá dado y la pandemia del Covid-19 será una página más de la historia del mundo.

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