Un artículo de investigación publicado en la revista Science reitera la importancia del uso del tapabocas dentro de los vehículos, como método para evitar el contagio dentro de las unidades. Según la publicación, la cabina de un automóvil de pasajeros representa un escenario de riesgo elevado de transmisión de patógenos, entre los que destaca el SARS-CoV-2.
En el detallado estudio se presentaron los resultados de simulaciones numéricas para evaluar cómo el microclima en la cabina de un automóvil, puede propagar especies patógenas entre los ocupantes, para una variedad de configuraciones de ventanas abiertas y cerradas.
“El uso de máscaras faciales y el uso de escudos de barrera para separar a los ocupantes ofrecen un primer paso eficaz para reducir las tasas de infección. Sin embargo, los aerosoles pueden pasar a través de todos, pero la mayoría de los filtros de alto rendimiento y las emisiones de virus a través de aerosoles de tamaño micrométrico relacionados con la respiración y hablar; la tos y el estornudo, son prácticamente inevitables. Incluso con medidas de protección básicas como el uso de máscaras, el microclima en la cabina durante estos paseos no cumple con una variedad de pautas epidemiológicas con respecto a la separación ocupante-ocupante y la duración de la interacción para un espacio confinado. Los modelos preliminares indican una acumulación de la carga viral dentro de la cabina de un automóvil para recorridos tan cortos como 15 min, con evidencia de la viabilidad del virus en aerosoles de hasta 3 horas”.
Revista Science.
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Para evaluar los riesgos que se corren al ocupar un vehículo dos o más personas, asegura la investigación, es fundamental comprender los complejos patrones de flujo de aire que existen dentro de la cabina de pasajeros de un automóvil y, además, cuantificar el aire que podría intercambiarse entre un conductor y un pasajero. Aunque se ha reconocido el peligro de la transmisión mientras se viaja en un automóvil, las investigaciones publicadas sobre el flujo de aire detallado dentro de la cabina de pasajeros de un vehículo son escasas.
Varios trabajos han abordado los patrones de flujo en el interior de las cabinas de automóviles, pero sólo en la configuración de todas las ventanas cerradas, que se emplea con mayor frecuencia para reducir el ruido en la cabina. Un medio para minimizar las partículas infecciosas es conducir con algunas o todas las ventanas abiertas, para mejorar el aire fresco que circula en el interior del vehículo.
En resumen, “los patrones de flujo y los campos de concentración escalar obtenidos de las simulaciones representativas de dinámica de fluidos computacional (CFD) del estudio demuestran que establecer un flujo de ventilación cruzada dominante dentro de la cabina del automóvil es crucial para minimizar el transporte de partículas infecciosas entre los ocupantes del automóvil”. Con este patrón de flujo establecido, las posiciones relativas del conductor y el pasajero determinan la cantidad de aire transmitida entre los ocupantes.
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Según Science, tal vez no sea sorprendente que la forma más efectiva de minimizar la contaminación cruzada entre los ocupantes sea tener todas las ventanas abiertas. Esto establece dos rutas de flujo de aire distintas dentro de la cabina del automóvil que ayudan a aislar los lados izquierdo y derecho y maximizar el cambio de aire por hora (ACH) en la cabina de pasajeros. Sin embargo, conducir con todas las ventanas abiertas puede no ser siempre una opción viable o deseable y, en estas situaciones, hay algunos resultados no intuitivos que se revelan en los cálculos.
“El escenario de todas las ventanas cerradas, con solo aire acondicionado proporcionando intercambio parece ser la opción menos efectiva. Quizás lo más sorprendente es que una opción intuitiva: abrir las ventanas adyacentes a cada ocupante es efectiva, pero no siempre es la mejor entre las opciones de ventilación parcial”.
Lo cierto es que, la mejor manera de abordar un vehículo y minimizar los riesgos de contagio se reducen en: utilizar tapabocas en todo momento durante el viaje; en lo posible, propiciar la circulación de aire externo con las ventanas abiertas y ocupar el vehículo con la menor cantidad de personas posibles.