La escala de riesgo de contagio por Covid-19 en el transporte

Con cada vez más circulación de personas en la calle, resulta imprescindible conocer los factores que entran en juego a la hora de reducir las probabilidades de exposición al virus SARS-CoV-2.

Por: Infobae.

Los expertos advierten que el riesgo de exposición al virus SARS-CoV-2 se mantiene igual de vigente, a pesar del relajamiento y el reciente paso del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio al momento en que se permite el desarrollo de la mayoría de las actividades económicas y sociales. Mantener los dos metros de distancia entre los transeúntes parece una misión imposible, al ser cada vez mayor el número de gente circulando en la vía pública, viajando todos los días al trabajo, al club o simplemente a ver amigos o familiares.

Es por esto que es probable que muchas personas viajen utilizando diversas formas de transporte que inevitablemente las pondrán en contacto relativamente cercano con otros. Muchas empresas de tránsito han establecido rutinas de limpieza frecuentes, pero la evidencia sugiere que la transmisión aérea del nuevo coronavirus representa un peligro mayor que las superficies. Se cree que el virus se transmite principalmente a través de pequeñas gotículas, llamados aerosoles, que cuelgan en el aire y a través de gotas más grandes que caen al suelo a menos de dos metros aproximadamente. Aunque ningún modo de transporte público es completamente seguro, existe algunas formas concretas de reducir el riesgo, ya sea e un avión, tren o autobús, o incluso en un automóvil compartido.

Aviones

Foto: elcomentario.ucol.mx.

A simple vista, los viajes aéreos pueden parecer la receta perfecta para la transmisión de Covid-19: involucran a decenas o cientos de personas en un espacio confinado, a menudo durante horas. Pero la gran mayoría de los aviones tienen excelentes filtros de partículas de aire de alta eficiencia (HEPA), que capturan más del 99% de las partículas en el aire, incluidos microorganismos como el SARS-CoV-2. Cuando sus sistemas de recirculación están en funcionamiento, la mayoría de los aviones comerciales de pasajeros traen aire exterior en una dirección de arriba hacia abajo, entre 20 a 30 veces por hora.

Esto da como resultado una mezcla 50-50 de aire exterior y recirculado y reduce la posibilidad de propagación aérea de un virus respiratorio. Muchas aerolíneas ahora requieren que los pasajeros usen una máscara facial o tapaboca durante los vuelos, excepto durante las comidas, y algunas están inhabilitando los asientos del medio para permitir una mayor distancia entre las personas. Las empresas también han implementado rigurosos procedimientos de limpieza entre vuelos. ¿Cómo se traduce esto en un riesgo general?

Para Sebastian Hoehl, investigador del Instituto de Virología Médica de la Universidad Goethe de Frankfurt en Alemania, quien es coautor de dos artículos sobre la transmisión del COVID-19 en vuelos específicos que fueron publicados en JAMA Network Open y New England Journal of Medicine, “la cabina de un avión es probablemente uno de los lugares más seguros en los que se puede estar”.

Aún así, un número limitado de estudios de casos ha encontrado que la transmisión limitada puede tener lugar a bordo. Una de esas investigaciones siguió un viaje de 10 horas desde Londres a Hanoi a partir del 1 de marzo, encontró que probablemente 15 personas estaban infectadas con COVID-19 durante el vuelo y que 12 de ellos se habían sentado a un par de filas de un solo pasajero sintomático en clase ejecutiva. (Los resultados se publicaron este mes en la revista Emerging Infectious Diseases de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos).

En definitiva, con los vuelos el riesgo de Covid-19 realmente se reduce a qué tan cerca uno se sienta a otras personas y por cuánto tiempo. Si todos usan o no una máscara y qué tan contagiosos son los pasajeros en ese momento. Si un pasajero está sentado cerca de una persona que está “eliminando” activamente el virus, especialmente si es un vuelo largo o no usa barbijo, hay una mayor probabilidad de que contraiga la enfermedad. Pero si está sentado relativamente lejos de los demás y todos se cubren la nariz y boca, su riesgo probablemente sea bastante bajo. Sin embargo, estar en un aeropuerto abarrotado o tomar un taxi para llegar allí podría ser una preocupación mayor.

Trenes y subterráneos

En la primera ola, el nuevo coronavirus arrasó la ciudad de Nueva York, alcanzando un pico de miles de casos nuevos por día en abril. Inicialmente, algunos investigadores culparon al bullicioso metro de la metrópoli, que transportaba a 5,5 millones de viajeros en un día laborable típico anterior a la pandemia, por convertirlo en el epicentro de la pandemia en los EE. UU. Pero revisiones posteriores de la evidencia sugieren que los sistemas de transporte masivo no han sido los principales impulsores de difundir.

En agosto, el medio New York Times preguntó a varias agencias de transporte internacional si algún evento de propagación se había relacionado con el transporte público y dijeron que ninguno lo había hecho. Un informe de septiembre de la Asociación Estadounidense de Transporte Público (APTA) examinó la propagación del coronavirus en ciudades de todo el mundo que tenían sólidos sistemas de transporte público. No encontró correlación entre el uso del transporte masivo y la transmisión del virus. Muchas de las ciudades en cuestión requerían que los viajeros llevaran barbijo.

Autobuses

Foto cortesía: Universidad de Los Andes

Muchos ómnibus tienen sistemas de HVAC (calefacción, ventilación y aire acondicionado) similares a los de los trenes subterráneos y trenes, con un factor adicional: es más probable que los autobuses tengan ventanas que se abran. Las ventanas, así como las rejillas de ventilación abiertas del techo, permiten que entre aire fresco al vehículo.

Además, en un sistema urbano (a diferencia de un viaje de larga distancia), los autobuses hacen paradas frecuentes. Hacerlo permite que el aire exterior entre cada vez que se abren las puertas. En un estudio de caso de un autobús en China , un pasajero con el nuevo coronavirus pudo infectar a muchos otros pasajeros, incluidos los que estaban sentados a siete filas de distancia. Sin embargo, parecía haber menos riesgo de transmisión para las personas que estaban sentadas cerca de ventanas y puertas que podían abrirse.

El informe de la APTA sugirió que los viajeros deben reducir el riesgo usando tapaboca y manteniéndose a dos metros de distancia y que los vagones de tren deben estar bien ventilados. La mayoría de los trenes subterráneos y de las principales ciudades recirculan constantemente una mezcla de aire fresco y aire interno, los cuales pasan a través de un filtro clasificado en la escala MERV (valor de informe de eficiencia mínima). Los filtros MERV-13 son menos eficientes que los filtros HEPA, pero la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. los recomienda para reducir el número de partículas virales en el aire. Varios sistemas de metro y tren utilizan filtros MERV de menor calificación que aún son capaces de al menos reducir el volumen de coronavirus en el aire.

Taxis, plataformas tecnológicas de movilidad y autos particulares

Antes de la pandemia, muchas personas no se lo pensarían dos veces antes de pedir un auto de viaje compartido o tomar un taxi. Pero ahora, la idea de estar en un espacio tan cerrado con un extraño puede parecer una propuesta de vida o muerte. Es casi imposible que los conductores y los pasajeros permanezcan a dos metros de distancia en un automóvil, por lo que la transmisión es definitivamente posible. Un estudio de NEJM en marzo informó sobre un taxista tailandés que se enfermó y dio positivo por el coronavirus después de conducir a algunos turistas que habían estado tosiendo pero con un barbijo. Sin embargo, faltan datos confiables sobre la frecuencia de transmisión de COVID en los automóviles.

Mantener las ventanas abiertas y asegurarse de que el sistema de aire esté configurado para tomar aire exterior en lugar de reciclarlo debería reducir el riesgo. Usar una máscara probablemente también ayude, y por ejemplo algunas compañías de viajes compartidos requieren que los conductores y los pasajeros lo hagan. Estas empresas también han dejado de ofrecer carpool, por lo que los pasajeros solo están expuestos al conductor y a cualquier persona de su propio grupo. Algunos conductores incluso han instalado un protector de plástico entre los asientos delanteros y traseros.

Pero como es el caso de los autobuses, estas barreras probablemente solo protegerían contra gotas más grandes, no contra aerosoles. Los viajes más cortos, especialmente los de menos de 15 minutos, presentan un riesgo menor que los largos. Y mantener la conversación al mínimo también podría reducir el peligro porque se sabe que hablar libera aerosoles que pueden propagar el virus. Si la tasa de transmisión comunitaria en su región es baja, es probable que tomar un taxi ocasional o un automóvil compartido no sea un gran riesgo, siempre que se use una máscara y se mantengan las ventanas abiertas tanto como sea posible.

2 comentarios

  1. Buenas tardes Bendiciones soy enfermera profesional y trabajo en el hospital SanCristobal de cienaga en la pagina del Adres aparece que no el numero de documento no aparece en el Rethus o que el numero de documento no coincide en la base de datos, me informaron el el hospital que ya se realizaron las correciones pero sigue apareciendo la misma información y por lo tanto no he recibido el bono Covid, mi pregunta es si me van a realizar la el pago de este bono?

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