La nueva radiografía del sistema de salud

El sistema de salud en Colombia está viviendo cambios importantes, producto de varios factores que merecen ser revisados. Mayores exigencias financieras para la continuidad de las EPS, la imperiosa necesidad de capitalización sectorial mediante la entrada de capitales frescos y el cambio de la gestión de no lucro a una enfocada por la rentabilidad y los resultados, son retos principales que se avizoran en el aseguramiento.

Con respecto al saneamiento financiero con los departamentos y distritos, vemos desde Gestarsalud una obligatoriedad clara para estos: deben asumir los pagos de todo lo que hubiesen requerido los usuarios sin capacidad de pago, por fuera de lo que contenía el POS hasta el 31 de diciembre de este año.

La estandarización de criterios para recibir esas cuentas, la validación de los servicios y reconocer las obligaciones dejaría de lado la ambigüedad entre ser entidades territoriales descentralizadas o federadas, que favorecía que cada cual podía desarrollar procesos, formatos diferentes e incluso desconocer su competencia o simplemente adoptar posiciones de no pago, lo que le imponía al régimen subsidiado a 35 pagadores, no siempre solventes, frente al régimen contributivo, que ha tenido un solo pagador, antes Fosyga, ahora Adres.

Romper esta dicotomía permitirá tener claridad sobre el monto que se requiera, luego de una exhaustiva revisión de las cuentas departamentales. Este es uno de los avances del régimen subsidiado de salud en esta senda de saneamiento, iniciada en el 2012 con municipios. Esperemos que el proceso sea expedito, real y efectivo.

Por otro lado, es preciso revisar qué ha pasado con el novedoso Modelo de Atención Integral (Mias), retomar los avances en guías y rutas de atención, así como fortalecer la capacidad resolutiva de la prestación, en especial la del talento humano para hacer efectivo el enfoque de gestión por resultados y los usuarios sientan el cambio.

Este modelo de gestión es necesario y perentorio, pero para que opere de manera adecuada es imperioso que avance el saneamiento financiero del sector para poder iniciar la consolidación y mejoramiento sistemático de los procesos misionales en entidades territoriales (EPS, IPS), así como la visibilización adecuada de sus resultados y, por ende, la recuperación de la confianza.

En el régimen subsidiado, en un hecho histórico, se logró que la Unidad de Pago por Capitación (UPC) de la población más pobre del país llegue al 95 por ciento del monto de la UPC de los usuarios del régimen contributivo. Sin duda, un avance muy importante. No obstante, seguiremos trabajando hasta igualar los dos regímenes en derechos, operación y financiación.

EN AMBAS ORILLAS

A la espera de los resultados financieros con corte a diciembre del año pasado, es importante tener claridad sobre la situación del mercado. Al respecto, la Superintendencia de Salud ha tomado medidas en 41 EPS, 11 de ellas del régimen contributivo y 30 en el subsidiado. Esto significa que el 36,3 por ciento de las EPS del contributivo está con medidas, porcentaje que llega al 53,3 por ciento en el subsidiado, lo que evidencia que las dificultades están en los dos regímenes y en todas las naturalezas jurídicas.

Sin embargo, hay que aclarar, la dificultad al momento de capitalizar no es igual, ya que es diferente según la naturaleza jurídica de la EPS, pues con el capital privado se pretende obtener un rendimiento, mientras que las empresas sin ánimo de lucro no pueden garantizarlo. Por ello, y para poder continuar en el mercado, estas debieron constituir sociedades comerciales que sí lo permitieran, por lo que la medida sectorial puso otro acento a la gestión: no solamente no tener pérdidas, si no obliga a generar utilidades.

Ahora, en cuanto a las medidas de control emitidas por la Supersalud hay evidencia de muy malos antecedentes a la hora de realizar las intervenciones. Esto demuestra que los problemas no siempre se solucionan cambiando o quitando las personas, sino mejorando los procesos y las condiciones que causaron las situaciones que llevaron a tomar acciones de mejora.

Ya en el 2017 veíamos alguna recuperación en unas EPS sometidas a medidas, esperemos el resultado oficial de diciembre pasado, tanto en EPS como en IPS, y revisemos, entonces, su evolución, porque necesariamente la perspectiva de una gestión con calidad estará ligado al saneamiento y estabilidad financiera de las organizaciones.

Por último, es de vital importancia haber incluido un mecanismo que impacte directamente sobre las personas responsables de las irregularidades y de los actos de corrupción, para evitar satanización de un tipo de organización. Esto ayudará a disminuir la polarización, porque hay que dejar en claro que lo que está en juego no es si una IPS o EPS es buena o mala, si no el buen funcionamiento del sistema en general y, por ende, la salud de los colombianos, que es dirigida y administrada por personas.

Escrito por: Elisa Torrenegra
Directora ejecutiva Gestarsalud

Vía: portafolio.co

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *