Muchas dietas promueven el ayuno para bajar de peso además de asegurar otros beneficios para la salud. ¿Es cierto?
Redacción Gestarsalud
Seguramente usted ha escuchado hablar del ayuno intermitente, que es un tipo de dieta que se ha puesto de moda y que involucra patrones de alimentación en los que no se come uno o dos días a la semana; cada dos días; sólo durante ciertas horas o durante al menos 12 horas todos los días.
La gran pregunta es ¿funciona el ayuno intermitente para bajar de peso o para otros beneficios en la salud?
Para empezar, hay que decir que el ayuno intermitente no se encuentra dentro de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), agencia que por el contrario sí recomienda la realización de actividad física y una dieta saludable balanceada y constante para prevenir la obesidad y otras enfermedades crónicas o no transmisibles.
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Dicho eso, una mirada a la literatura científica permite encontrar, en primer lugar, que una revisión sistemática publicada por Cochrane Library, llamada “Ayuno intermitente para la prevención de enfermedades cardiovasculares», buscó determinar el papel del ayuno en la pérdida de peso y en la prevención y reducción del riesgo de enfermedad cerebrovascular.
Para lograr esto, los expertos revisaron estudios que compararon el ayuno intermitente con la alimentación habitual, es decir, alguien que come los alimentos que quiere cuando quiere, en contra de alguien que limita la cantidad de alimentos que consume.
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“Queríamos averiguar si el ayuno intermitente afectaba la mortalidad, la mortalidad cardiovascular, el riesgo de accidente cerebrovascular, ataque o insuficiencia cardíacos. También analizamos si el ayuno intermitente afectaba el peso corporal y los niveles de azúcar en la sangre”.
Fue así como se encontraron 18 estudios relevantes que incluyeron 1.125 mayores de 18 años, algunos con factores de riesgo y algunos sin factores de riesgo.
¿Qué revelan los resultados sobre el ayuno?
Según los autores, no se encontraron datos de efectos del ayuno sobre la mortalidad, la mortalidad cardiovascular o el riesgo de accidente cerebrovascular, ataques o insuficiencias cardíacas.
Y si bien se encontró que las personas pueden perder más peso con el ayuno intermitente comparado con la alimentación habitual durante tres meses, no hubo tal diferencia cuando se compararon los resultados del ayuno intermitente con las dietas de restricción calórica (aquellas que no restringen el consumo de alimentos sino la cantidad de los mismos en las diferentes comidas).
También se encontró que el ayuno intermitente no pareció afectar los niveles de azúcar en sangre en comparación con la alimentación habitual durante tres meses. De hecho, las pérdidas de peso y los cambios en los niveles de azúcar en la sangre informados en los estudios fueron tan pequeños que no se consideraron clínicamente significativos.
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Por otra parte, sólo cuatro estudios informaron efectos no deseados del ayuno intermitente: algunas personas que participaron informaron dolores de cabeza leves; y sólo un estudio informó sobre el bienestar de las personas mostrando un pequeño aumento en las puntuaciones de bienestar físico. “Es probable que nuestros resultados cambien si se dispone de más pruebas”, enfatizan los autores.
En este contexto, la Asociación de Dietistas del Reino Unido y el Instituto Americano para la Investigación del Cáncer coinciden en reconocer que a pesar de que se han visto beneficios potenciales para la salud con el ayuno, esta práctica puede provocar importantes efectos adversos como irritabilidad, dificultad en la concentración, trastornos del sueño, deshidratación, deficiencias nutricionales, entre otros y se desconocen aspectos de seguridad y sus consecuencias para la salud a largo plazo.
Así las cosas, si bien la restricción calórica en algunos estudios en animales ha mostrado reducir el riesgo de aterosclerosis, la desregulación metabólica y la disfunción cognitiva, no existe seguridad acerca de los efectos del ayuno intermitente sobre los eventos clínicos como la mortalidad, el infarto de miocardio y la insuficiencia cardíaca debido a la falta de datos para estos resultados.
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Según los expertos, se necesita investigación adicional para comprender qué grupos de pacientes se beneficiarían y no del ayuno intermitente (por ejemplo, pacientes con diabetes o trastornos de la alimentación), así como el efecto sobre los resultados a más largo plazo, como la mortalidad por todas las causas y el infarto de miocardio.
Finalmente, vale la pena anotar que un estudio publicado en la revista JAMA Internal Medicine halló que los adultos con sobrepeso a quienes se les indicó que todos los días ayunaran durante 16 horas y que hicieran todas sus comidas entre el mediodía y las 8:00 p. m., no obtuvieron ningún beneficio relevante, pues únicamente bajaron en promedio de 90 a 1.600 gramos y la mayor parte del peso que eliminaron no fue de grasa corporal, sino de masa magra y músculo.
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