El pico de Ómicron incrementó la mortalidad a niveles de hace varios meses. ¿Por qué? Análisis.
Redacción Gestarsalud
Luego de varios meses de relativa calma en sus principales indicadores, la pandemia del covid-19 en Colombia volvió a entrar en ascenso hacia un nuevo pico, el cuarto, esta vez causado principalmente por la circulación de la variante Ómicron, según confirmó el Instituto Nacional de Salud (INS).
Y si bien las cifras por ahora parecen lejanas a las alcanzadas en la tercera ola -que entre abril y agosto del 2021 causó la mayoría de las muertes de la pandemia-, el país observa un incremento en la mortalidad que vale la pena analizar.
Primero, ¿cómo estamos?
Las muertes reportadas por covid-19 vienen subiendo exponencialmente desde comienzos de año, a un ritmo cercano a 100 por ciento frente a la semana anterior. En la semana del 3 al 9 de enero fueron 312 fallecimientos reportados, del 10 al 16 de enero fueron 658 y del 17 al 23 de enero 1.244. En total, contando las 779 informadas entre lunes, martes y miércoles, ya son 3.077 víctimas en 26 días de este 2022.
Por fecha de ocurrencia (un indicador distinto al de reporte), la curva de mortalidad confirma un ascenso a partir del 4 de enero, cuando se empezaron a registrar más de 65 fallecimientos diarios. Hoy en Colombia ya se comenzaron a presentar días con más de 200 muertes por covid-19 y seguramente ese nivel seguirá subiendo, según apuntan expertos.
Es claro, como en picos anteriores, que las muertes que conoce el país cada tarde son resultado de las infecciones registradas al menos dos o tres semanas atrás, por lo que es probable que los fallecimientos de los últimos días obedezcan a las interacciones de final de año, sobre todo de la celebración del año nuevo.
Y en ese sentido, aun faltan por ver los desenlaces de las infecciones contraídas en las dos primeras semanas del año, cuando hubo una alta movilidad de personas.
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Una lupa
En una mirada más cercana a las muertes reportadas este año se puede observar que entre el 20 y el 30 por ciento se presentaron en el Valle del Cauca (una de cada cuatro) y responden al pico de casos que registró este departamento desde diciembre y que estuvo remarcado por las interacciones presentadas en las últimas semanas del 2021.
De hecho, la curva de mortalidad por fecha de ocurrencia evidencia que las defunciones por covid-19 en Cali estaban camino a alcanzar los niveles máximos de la tercera ola de la pandemia, cuando se registraban cerca de 40 fallecimientos diarios.
De acuerdo con las cifras de los últimos días, en Bogotá y Medellín se presentan entre el 10 y el 20 por ciento de los fallecimientos reportados y el resto se reparten en regiones como Huila, Tolima, los santanderes y el eje cafetero.
Con la lupa puesta en los fallecimientos también se aprecia otra realidad: la mayoría de las víctimas eran personas de avanzada edad y con comorbilidades de riesgo. En concreto, cerca del 90 por ciento de los decesos informados cada día se presentaron en personas mayores de 50 años. En el reporte del lunes 24 de enero, por ejemplo, solo cinco de las 237 personas que murieron tenían 49 años o menos.
En comparación
Al llevar estas cifras y compararlas con otros picos se hace notoria, en primer lugar, la diferencia de la mortalidad reportada frente al número de casos reportados que se presentaban en picos anteriores. En la peor semana de la pandemia (del 20 al 26 de junio del 2021), por ejemplo, se reportó un número similar de casos al actual (entre 23.000 y 33.000), pero más de 600 muertes. Hoy la mortalidad diaria reportada está en menos de la mitad.
Ahora, por fecha de ocurrencia, las muertes diarias que se están presentando actualmente en el cuarto pico son todavía una tercera parte de las registradas en el momento más crítico de la pandemia (645 muertes el 24 de junio del 2021).
Es muy importante aclarar que en esta nueva ola, a diferencia de las anteriores, el aumento de la mortalidad no ha estado relacionado con una saturación de las unidades de cuidados intensivos ni de las hospitalizaciones generales e intermedias. Y si bien los porcentajes de ocupación de estos servicios vienen creciendo sostenidamente y se han triplicado a lo largo del año, los pacientes del covid-19 aun representan la minoría frente a otras causas.
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Ahora sí, algunas posibles explicaciones
¿Por qué vienen subiendo las muertes por covid-19 en Colombia? Las cifras recientes pueden explicarse por varias causas, según explicaron expertos a Gestarsalud. Por un lado, aun hay muchas personas que no cuentan con la protección que dan las vacunas. Según datos del Ministerio de Salud, más de 11 millones de habitantes no habían recibido ninguna dosis y cerca de 9 millones estaban pendientes de la segunda dosis. Además -y muy importante- solo 5’196.394 personas, de las 30’396.132 mayores de edad (el 17 por ciento), había recibido sus dosis de refuerzo.
Este punto es clave porque, aunque está comprobado que las personas no vacunadas tienen mucho más riesgo de morir frente al covid-19 que aquellas con dos dosis, los refuerzos son necesarios para fortalecer la inmunidad de las vacunas que cae al cabo de seis meses, sobre todo en los mayores de 60 años, como indicó un estudio oficial en Colombia.
Las cifras de Cali pueden ser un buen ejemplo de esto. Para comienzos de diciembre, antes de su pico, esta capital solo había cubierto con dos dosis al 53 por ciento de su población. En otras palabras, más del 45 por ciento de los ciudadanos tenían una protección insuficiente frente al virus.
Esa realidad la confirman algunos médicos de unidades cuidados intensivos consultados por Gestarsalud, quienes afirmaron que la mayoría de las personas que han atendido este año por covid-19 no estaban vacunadas o tenían esquemas incompletos.
Las características de esta ola marcada por Ómicron también pueden explicar estas muertes. Por un lado está que esta variante del coronavirus, dominante hoy en el mundo, es varias veces más contagiosa que las versiones originales, pero produce menos síntomas graves y muertes. Sin embargo, tal como explicó la epidemióloga Zulma Cucunubá hace algunas semanas, un aumento exponencial de casos con una variante menos severa causará, necesariamente, un incremento de la mortalidad en números absolutos.
“A pesar de ser menos letal que variantes anteriores del covid-19 como Delta, Ómicron es más transmisible y cuando hay un aumento de casos y alcanza a más personas también suben las muertes, sobre todo en las poblaciones sin vacunar, sin esquemas completos y de mayor riesgo”, explica la doctora Cucunubá, de la Universidad Javeriana y el Imperial College de Londres.
En todo caso, la doctora Cucunubá es clara en decir que las infecciones por Ómicron son menos letales que las causadas por Delta, pero tan peligrosas como las versiones originales del virus, por lo que no se puede asumir una falsa percepción de menos riesgo y las medidas de autocuidado deben mantenerse.
Otro dato muy revelador es que de acuerdo con la vigilancia epidemiológica que realiza el INS, aun hay circulación de Delta en el país y esta variante más letal todavía puede ser responsable de cerca del 5 por ciento de las infecciones.
Rodrigo Restrepo, líder de gestión en salud de Gestarsalud, expone que también se debe tener en cuenta que la mortalidad por covid-19 depende de varios factores de riesgo, como la edad, la presencia de ciertas enfermedades, la respuesta inmunológica individual, el estado vacunal, los antecedentes de infección y la consulta temprana ante la presencia de signos y síntomas de alarma como dolor en el pecho y sensación de ahogo.
En ese sentido el mensaje es a no bajar la guardia, mantener las medidas de bioseguridad, con énfasis en el uso permanente de las mascarillas apropiadas (no de tela) y bien colocadas (cubriendo nariz y boca de forma permanente cuando se use) en lugares de riesgo, así como conservar el distanciamiento físico, evitar aglomeraciones y completar los esquemas de vacunación.
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