Ayuno es el acto de abstenerse total o parcialmente de comer o beber, por un periodo de tiempo determinado. Sus motivos pueden ser variados; entre los que se cuentan los religiosos, como manifestación de rebeldía o protesta, como técnica curativa de corriente natural o para cumplir con algún esquema dietético en el que se busca bajar de peso o como alternativa alimenticia. Recientemente, varias investigaciones han encontrado diferentes beneficios de los estados de ayuno. Los estudios se han centrado en condiciones de ayuno intermitente o restricción calórica y los beneficios que se han encontrado van desde neurológicos y prevención del Alzheimer, hasta metabólicos, cardiovasculares y cerebrovasculares.
Los expertos aseguran que cualquier persona sana tolera ayunos de entre 16 y 24 horas, pero a medida que pasan los días se observa mayor variación individual.
Una tendencia alimenticia que ha tomado fuerza en el mundo nutricional y cuya principal intención es la de lograr que las personas bajen de peso es el ayuno intermitente. Se trata de un término que describe un periodo en el que se alternan tiempos de ayuno y alimentación. Los expertos aseguran que no se trata de una dieta en sí misma, aunque puede ser utilizado junto con una restricción calórica para la pérdida de peso.
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Los tres métodos de ayuno intermitente más comunes
El ayuno en días alternos (o ayuno interdiario), el ayuno periódico y la alimentación diaria con restricción durante unas horas del día. El ayuno intermitente puede ser similar a una dieta de restricción de calorías y se le ha estudiado en el siglo XXI como una práctica que podría reducir el riesgo de enfermedades relacionadas con las dietas, como el síndrome metabólico, aseguran investigaciones relacionadas con prevención de enfermedades cardiovasculares.
Según un trabajo publicado por el portal de salud Vitónica, una de las grandes preguntas sobre el ayuno intermitente tiene que ver con la posibilidad de consumir algo durante las horas de ayuno o si, por el contrario.
«Para empezar, es importante destacar que, siempre que estemos realizando ayuno intermitente, tendremos que beber más agua, especialmente durante las horas de ayuno y asegurarnos de mantenernos hidratados. Pero, además de esto, podemos consumir líquidos que no contengan calorías: agua saborizada con hierbas o limón – natural y sin azúcar, té, café u otras infusiones, siempre y cuando no contengan ningún tipo de leche ni azúcar. Lo único que se le puede añadir es edulcorante, siempre que no sea calórico».
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Técnicamente, también se pueden tomar gaseosas que sean cero y no contengan azúcares ni calorías. En cualquier caso, el consumo habitual de estas bebidas no es recomendable, insiste la publicación.
Las evidencias científicas no han encontrado que el ayuno intermitente genere perjuicios o sea dañino. Sin embargo, sí hay casos en los que no se recomienda seguirlo:
- Mujeres embarazadas, en periodos de lactancia.
- Personas menores de 18 años, ya que tienen unas necesidades calóricas más altas.
- Tampoco está indicado en personas con enfermedades metabólicas ni en personas que padezcan un trastorno de la alimentación.
- Además de esto, puede no ser recomendable en personas que padezcan insomnio o ansiedad ya que, al principio, puede generar todavía más problemas de ese tipo.
Cualquier persona sana tolera sin problemas ayunos de entre 16 y 24 horas, tiempo que puede ir aumentando en la medida que el cuerpo es expuesto, paulatinamente, a más horas de ayuno. Hay ayunos intermitentes de entre 24 y 48 horas, pero estos no están recomendados como práctica habitual. Un ayuno sano, según las investigaciones no debe superar las 24 horas.
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En palabras de la doctora Carolina González, nutrióloga del Centro de Nutrición y Diabetes de Clínica Alemana, a la larga, los ayunos constantes significan un problema serio de salud, que comienza con algunos síntomas derivados del hecho de que el organismo, a falta de glucosa, debe hacer un cambio y utilizar los cetoácidos como combustible cerebral.
«Al principio habrá irritabilidad, después se puede tener somnolencia, mareos, problemas de baja de presión-que se llama hipotensión- y, finalmente, se puede llegar a tener problemas cardiovasculares y que se haga algún tipo de arritmia».
Sea cual se la decisión del paciente, los ayunos intermitentes jamás deben ser una decisión personal que no esté acompañada por la asesoría de un profesional de la nutrición, que conozca, a fondo, la condición física y de salud de cada persona. Sólo así, de manera controlada e informada, podría resultar una decisión beneficiosa para la salud.