El cáncer de ovario es una enfermedad que afecta anualmente a alrededor de 240.000 personas en todo el mundo, de la cuales 50% mueren. Pese a no ser uno de los cánceres más frecuentes, sí resulta ser uno de los más críticos en el ámbito ginecológico. Según el más reciente estudio del Instituto Nacional de Cancerología, para el 8 de mayo de 2020 se registraron 1.438 casos de mujeres que padecían cáncer de ovario, una cifra alarmante.
Esta enfermedad se desarrolla cuando se encuentran células cancerosas en el tejido de uno o ambos ovarios, sin embargo, su detección no es fácil y depende de los síntomas que empiecen a aparecer. Si es detectado en las primeras etapas, la posibilidad de combatirlo es mucho más favorable, por eso resulta vital realizarse los exámenes de rutina, ya que esta práctica preventiva resultará clave para su tratamiento.
Al momento de iniciar la etapa de diagnóstico se debe preguntar sobre los posibles factores de riesgo, incluyendo sus antecedentes familiares y síntomas que generen la sospecha. Inicialmente, los estudios de análisis de sangre son fundamentales para asegurarse que el paciente tenga suficientes glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas.
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Si hay una masa pélvica, el médico tendrá que ordenar una ecografía e imágenes complementarias de tomografía y resonancia magnética para identificar si el tumor está creciendo hacia las estructuras cercanas y para hacer una biopsia de una metástasis sospechosa. De esta manera, se estaría identificando si el cáncer se ha propagado por otras zonas.
Reducir el riesgo del cáncer de ovario y lograr una detección temprana es una tarea de todos, es importante que las mujeres entiendan y comprendan los factores de riesgo que rodean esta enfermedad y que, ante cualquier síntoma de alarma, consulten inmediatamente a su ginecólogo de cabecera.
En el marco del Día Mundial del Cáncer de Ovario, que se conmemora hoy, Siemens Healthineers considera esencial hacer visible los síntomas de alarma que puede generar esta enfermad, con el fin de poder realizar una detección temprana que permita iniciar con tratamientos oportunos:
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- Presencia de una sensación recurrente de presión o dolor en el abdomen, la pelvis, la espalda o las piernas.
- Constante hinchazón del abdomen.
- Náuseas, indigestión, gases, estreñimiento o diarrea.
- Sensación de fatiga o falta de aire.
- Ganas constantes e incontenibles de orinar.
- Sangrado vaginal inusual.
Ángela Piñeros, gerente de negocios para Oncología de Siemens Healthineers, indica que si bien es cierto que no todas las mujeres presentan los mismos síntomas, pues se trata de una enfermedad que no es fácil de detectar, se recomienda que ante cualquier anomalía de salud se consulte inmediatamente a un médico.
Es fundamental volver una práctica constante el asistir a los controles programados, esto se convierte en la ficha clave para iniciar un tratamiento oportuno que resulte efectivo.