Sí, los desarrollos de las vacunas contra la COVID-19 se han dado en un tiempo récord, sin embargo, la seguridad ha primado en cada una de las fases y procesos. Mucha información falsa se ha gestado en torno a los biológicos y a las distintas tecnologías que han surgido para erradicar al SARS-CoV-2, una de ellas tiene que ver con la fertilidad.
En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha aclarado el tema. «Las fases de los ensayos clínicos de las vacunas que han recibido autorización para uso de emergencia han demostrado que recibir la vacuna no afecta la fertilidad, es más, algunas participantes en los estudios clínicos quedaron embarazadas durante el estudio. Ninguna vacuna de la que se sospeche que puede afectar la capacidad de una persona para concebir ha sido o será aprobadaW.
Asegura la OMS, y con esto coinciden los distintos sectores y gremios sanitarios del mundo, que la seguridad es uno de los objetivos principales de los ensayos clínicos de vacunas y ha sido el eje central para la vacuna contra la COVID-19.
«Cuando un participante en un ensayo presenta una enfermedad inexplicable, la cual puede o no estar relacionada con la vacuna que se está evaluando, es normal investigar. Es habitual suspender de manera temporal los ensayos clínicos de vacunas, mientras los científicos siguen recabando información. Esto demuestra que tanto los fabricantes como los científicos están haciendo todo lo posible para asegurar que la vacuna sea segura y eficaz».
Como se ha explicado antes, todas las vacunas pasan por tres fases diferentes de estudio antes de que puedan ser aprobadas para su uso en la población. Las fases tienen por objetivo garantizar la seguridad y la capacidad de la vacuna para proteger contra la enfermedad (eficacia), así como otras cuestiones relacionadas con ella, incluidas cuántas dosis se necesitan y cuándo deben administrarse.
Asegura la OMS que las vacunas que se están desarrollando contra la COVID-19 están siguiendo estas mismas fases, pero en algunos casos las fases se solapan o aceleran cuando se dispone de información suficiente.
Una vez que las vacunas contra la COVID-19 se aprueban para su uso en la población general, el monitoreo de la seguridad continúa. Este seguimiento es un componente habitual de los programas de inmunización y se realiza con todas las vacunas que existen.
«Es cierto que las vacunas contra la COVID-19 se han desarrollado más rápido que cualquier otra vacuna, pero todas las vacunas candidatas contra la COVID-19 están pasando por los mismos ensayos clínicos, en los que la seguridad y la eficacia son prioritarias. Debido a que la COVID-19 ha afectado al mundo entero, ha habido una colaboración global y un incremento en el financiamiento público sin precedentes que ha permitido que las vacunas contra la COVID-19 se desarrollen con más rapidez», asegura la OMS.