Por: equipo técnico de Gestarsalud
La discusión sobre el dónde están los recursos de la salud ha estado en la agenda pública, y emergen los argumentos de quienes plantean un desequilibrio estructural y de quienes se quejan de los problemas de flujo de recursos y crecientes pasivos. Algunas voces sugieren el desvío de estos recursos.
En primera instancia, es importante destacar que la administración de los recursos de salud se lleva a cabo de manera transparente. Los reconocimientos de UPC son informados por la ADRES y son púbicos. En el régimen subsidiado en salud y en las EPS intervenidas se da el giro directo que permite saber a donde llegaron los recursos.
En cuanto a los recursos que se giran desde tesorería, las EPS tienen la obligación de tener cuentas maestras y todos transitan por el sistema financiero y es posible hacer el rastreo de cada peso. Las EPS a su vez divulgan mensualmente en sus páginas web el desglose de los pagos a terceros, detallando montos, beneficiarios, métodos de pago, entre otros aspectos relevantes. Es decir, cualquier ciudadano puede revisar hacía donde se están yendo los recursos de la salud de su EPS.
Con base en la información pública provista por las EPS, Gestarsalud ha desarrollado un aplicativo de fácil acceso y uso para todos los ciudadanos. A través de esta herramienta, la ciudadanía puede consultar de manera fácil el monto de los recursos girados por las EPS agremiadas a Gestarsalud, a IPS, gestores farmacéuticos, operadores logísticos y otros proveedores de salud, además, tendrán acceso a detalles sobre el modo de pago y la distribución geográfica de estos recursos.
Las cuentas claras
Hasta septiembre de 2023, las EPS agremiadas a Gestarsalud recibieron un total de $17,1 billones en recursos de todos los conceptos. De este monto, giraron un total de $16,3 billones, distribuidos así: el 79% se giraron a IPS (públicas, privadas o mixtas), el 13% a Operadores Logísticos y Gestores Farmacéuticos, y el restante a otros proveedores de salud (Gráfica 1).
Lo anterior representa un giro del 95,10%. En otras palabras, por cada $100 pesos recibidos, las EPS destinaron $95,1 pesos para cubrir las atenciones y tecnologías en salud de sus afiliados. Los $4,9 pesos restantes son utilizados por las EPS para garantizar su funcionamiento, monto que es inferior al que permite la Ley 1438 de 2011 para los gastos administrativos (Gráfica 2).
Los recursos de la UPC que se deben destinar a la salud se han invertido en salud, incluso, en mayor proporción al porcentaje de obligatoria destinación; sin embargo, el monto de recursos que el Gobierno Nacional reconoce a las EPS no es suficiente para cumplir con todas las obligaciones derivadas de la atención en salud de sus afiliados.
Con una siniestralidad superior al 100%, el giro del 95% de los recursos disponibles en las EPS no es suficiente para cubrir la totalidad de las atenciones requeridas. Desde hace algunos años la siniestralidad de las EPS agremiadas es superior al 100% y a septiembre de 2023 iba en un 101,04%.
Esta situación está afectando la capacidad que tienen las EPS de asumir sus obligaciones. El indicador de endeudamiento, es decir la relación entre pasivos y activos, viene aumentando. En 2022, de las EPS agremiadas a Gestarsalud llegaba al 85,61% y en septiembre de 2023 ya iba por el 89,35% (Gráfica 3), es decir que los pasivos son cada vez más altos en comparación con los activos de las EPS.
Uno de los factores que incide en esa siniestralidad, es el aumento en la demanda y la frecuencia en el uso de los servicios, al igual que los costos de insumos, tecnologías y medicamentos, crecimiento que no se ve reflejado en los ingresos de las EPS por concepto de UPC.
Para verlo en cifras, revisemos lo que pasó en 2022, cuando, por ejemplo, sólo 7 de nuestras EPS, que reúnen a una población de 9.130.729 afiliados realizaron más de 210 millones de atenciones.
Más del 80 % de los afiliados a nuestras 7 EPS agremiadas accedieron a los servicios de salud, y en cuanto a la frecuencia de uso por afiliado, en promedio fue de 17,34 mostrando un aumento constante año tras año. Entre 2019 y 2022, este crecimiento ha sido de 4 puntos.
A la problemática de la falta de recursos se suma una razón. Parte de los recursos de las EPS hoy están en cuentas por cobrar. La cartera con las EPS agremiadas a Gestarsalud hoy asciende a 2,6 billones de pesos por concepto de recursos que debe girar el Estado para atender prestaciones que no se financian con la UPC. El no pago y el desequilibrio en la operación, ha generado pérdidas en varias entidades afectando el patrimonio de las EPS y los indicadores de capital mínimo y patrimonio adecuado.
En conclusión, el país tiene una desfinanciación estructural y esta continuará con o sin reforma; se requiere en el corto plazo la revisión de la UPC, acelerar los trámites para que se pague lo que se debe de presupuestos máximos, operar todos los mecanismos para que los recursos lleguen con mayor prontitud al prestador de servicios y proveedor de tecnologías de salud y que se activen mecanismos para otorgar liquidez inmediata al sector que puede ejecutar la ADRES conforme a la ley. En el largo plazo se requiere pensar estructuralmente en el financiamiento y sostenibilidad.
Cuentas claras, transparentes y supervisadas
El control sobre cada peso de la salud, lo hacen el Estado a través del Ministerio de Salud y Protección Social, la Superintendencia Nacional de Salud y de la ADRES; además de los órganos de control, quienes mantienen permanente vigilancia y auditoría sobre las EPS.
Desde hace varios años las EPS reportan a la Superintendencia Nacional de Salud más de 35 reportes de información financiera y administrativa, la cual en su mayoría tiene una periodicidad mensual. De esta manera, existe trazabilidad de cada peso que se paga. Adicionalmente, están las auditorías, revisiones e información de la que puede disponer el Estado para realizar todas las verificaciones necesarias.