Aunque no es considerada una de las enfermedades con mayor probabilidad de complicación ante un cuadro diagnóstico de COVID-19, sufrir una crisis de asma resulta delicado en el contexto sanitario actual. Los protocolos establecidos en los centros clínicos y hospitalarios, al momento del ingreso de un paciente por urgencias discriminan por los síntomas respiratorios y dividen a los pacientes en dos grupos: No COVID y COVID.
Evitar crisis asmáticas resulta imperante para que una persona asmática evite ingresar a un hospital y tener contacto con sospechosos o positivos para el nuevo coronavirus.
Hoy es el Día Mundial del Asma, una enfermedad respiratoria crónica, generada por la inflamación constante de las vías respiratorias que causa obstrucción en los pulmones y dificultad para respirar y que, pesar de los avances de la ciencia, continúa siendo una de las patologías más frecuentes, al punto de ser considerada un problema de salud pública.
En la actualidad, reconocer las secuelas y complicaciones que el asma puede producir se vuelve de vital importancia, tanto para prevenirlas como para evitar acudir a una clínica u hospital. Los pacientes asmáticos sí resultan ser una población vulnerable y con altas probabilidades de complicaciones y muertes por COVID-19 si se comparan con la población general.
En palabras de María Paula Ávila, gerente médica de Inmunología para Sanofi Colombia, en aquellos pacientes con pobre control de la enfermedad se recomienda mantener un seguimiento clínico, pues se han descrito episodios de exacerbación grave por el no control de la enfermedad, que pueden llevar a un paciente a manejo por el servicio de urgencias y exponerse al riesgo hospitalario de contagio por COVID-19. En este sentido, invita al paciente asmático a mantener sus controles mensuales con su especialista, con el fin de mantener la adherencia a su tratamiento.
«Es fundamental crear conciencia en todos los actores sobre el impacto del asma y las oportunidades para mejorar el cuidado de los pacientes, por eso, si se logra un buen entendimiento entre lo que el paciente necesita, lo que se le ofrece y cuáles son esas dolencias que está teniendo, se producirá un efecto de mejoría».
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 340 millones de personas sufren de asma en el mundo, e independientemente de su grado de desarrollo, es una enfermedad que está presente en todos los países, pero en los de ingresos bajos y medios-bajos se registran más del 80 % de las muertes por esta afección.
En Colombia, el asma es la segunda enfermedad respiratoria crónica más frecuente, después del EPOC. Una de cada ocho personas en el país tienen este diagnóstico.
En el marco de la conmemoración del Día Mundial del Asma, la Fundación Neumológica Colombiana realizó a través de Facebook Live el conversatorio Conceptos Erróneos Acerca del Asma Infantil.
Según el Ministerio de Salud y Protección Social, el asma hace parte del grupo de enfermedades crónicas de las vías respiratorias inferiores, que son la tercera causa de muerte en el país. Tan solo en el 2019 murieron 29,7 personas por cada 100.000.
Cifras del asma en Colombia
• Se estima que 5.272.038 personas podrían tener asma.
• En 2016 murieron por asma 180 personas; de ellas más del 70 % eran menores de 70 años.
• Para el período 2009-2016 de las personas que consultaron por asma, el 20 % fueron atendidas en urgencias y el 4 % se hospitalizaron.
• El promedio de estancia hospitalaria por asma es de cinco días.
• El asma es la novena causa de años vividos con discapacidad.
Además de la manifestación de síntomas como dolor u opresión del pecho, sibilancias o tos, el asma también puede llegar a incidir en la capacidad escolar y laboral de las personas, pues sus síntomas pueden generar despertares nocturnos y tempranos y dificultad para conciliar el sueño, que a la vez resultan en una disminución de la calidad de vida de los pacientes y de sus cuidadores.
La doctora María Paula Ávila reitera la importancia de vigilar cada uno de los síntomas mediante un registro, a través de la utilización de escaleras de control del asma como el test para control de asma (ACT) o el cuestionario para el control, con cinco preguntas sobre el asma (ACQ5), con las cuales se logra determinar, según la sintomatología que señale el paciente, si es oportuna y necesaria la intervención de otro profesional sanitario para lograr el control más integral.