Síndrome de Asperger: el ambiguo trastorno que afecta la manera de concebir el mundo y las relaciones humanas

Sumidos en un entorno incomprensible; las personas con Asperger forman parte de una pequeña porción de la población que no es capaz de comprender muchas dinámicas de la cotidianidad y de los relacionamientos humanos. Su condición es uno de los tantos diagnósticos que se desambiguan del Trastorno del Espectro Autista (TEA) y sus variantes radican en la manera de concebir el mundo y sus dinámicas.

Las personas con el TEA presentan alteraciones en su desarrollo, que aparecen en edades precoces y persisten en diferentes grados de complejidad durante toda la vida. El Asperger es una de las tantas formas en las que se puede presentar el Autismo y sus manifestaciones se dan, sobre todo, a la hora de las interrelaciones sociales.

Explica el diario El País que las principales características de una persona con Asperger se manifiestan en torno a la comunicación social: las dificultades para comprender y utilizar las claves de la comunicación no verbal (gestos, expresiones faciales, tono de voz, etc.) y los mensajes sutiles que se transmiten a través de este canal; el uso formalmente adecuado del lenguaje, que provoca dificultades para comprender las bromas, los chistes, las metáforas, los enunciados con doble sentido o los sarcasmos, entre otros.

La flexibilidad de pensamiento y comportamiento es otra de las limitantes que tiene una persona con Asperger: preferencia y fidelidad por las rutinas que, en ocasiones, siguen de manera rígida y repetitiva; la presencia de intereses muy concretos, limitados y específicos sobre los que la persona puede acumular mucha información y a los que dedica mucho tiempo, y la aparición de patrones concretos y rígidos de pensamiento y comportamiento, que dificultan la realización de tareas que requieren flexibilidad o búsqueda de alternativas para la resolución de problemas.

Imagen cortesía: Hospital Centro Médico Alteño.

Según la Organización Mundial de la Salud a nivel global 1 de cada 160 niños tiene el Trastorno del Espectro Autista. El caso de Colombia se indica con reserva por la falta de cifras oficiales que miden y evalúan la prevalencia del autismo en el país. Los problemas de conducta en personas con autismo son muy frecuentes, aparecen en edades tempranas, se incrementan hasta la edad adulta y permanecen a lo largo del tiempo, con una prevalencia del 57-90 %.

En 2007 se declaró el 18 de febrero como “Día Internacional del Síndrome de Asperger”, en conmemoración del nacimiento de Hans Asperger, quien descubrió esta condición. Pero no fue hasta 1994 que el Síndrome de Asperger fue incluido en el Manual Estadístico de Diagnóstico de Trastornos Mentales en su cuarta edición (DSM-IV). Para su quinta edición había desaparecido, englobándose dentro de los Trastornos del Espectro del Autismo.


Explica Haidy Sánchez Mattsson, a El Espectador, que el Trastorno del Espectro Autista es clasificado como una discapacidad, dado que, si bien algunas personas con autismo pueden vivir de manera independiente, otras tienen discapacidades graves que necesitan constante apoyo y atención a lo largo de su vida. Considerando que la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD) incluye el derecho a la salud, en esta convención se pide a los gobiernos que «reconozcan que las personas con discapacidad tienen derecho a disfrutar del más alto estándar de salud, sin discriminación por motivos de discapacidad». La convención menciona además la accesibilidad, habilitación y rehabilitación.

Foto cortesía: Valcourt Behavioral Health.

En Colombia es necesario que se invierta en estudios investigativos en la población con autismo, para que se realicen caracterizaciones que indiquen cuántas personas tienen el diagnóstico en el país y así poner en relieve la situación actual de las familias que tienen a algún integrante con el diagnóstico.

Esta es la única manera de lograr que en las políticas públicas se orienten a modificar la situación de estas personas, teniendo en cuenta sus necesidades de servicios integrales en salud, atención, rehabilitación y la colaboración con el sector educativo, laboral y social. Es necesario abordar todos los frentes para poder incluirlos, realmente, a la sociedad, de una manera proactiva y segura.

Los expertos coinciden en que el Síndrome de Asperger, como otros autismos, es un trastorno del desarrollo cerebral, donde interactúan causas genéticas y ambientales para dar lugar a un anómalo funcionamiento del sistema nervioso central.

No se sabe exactamente cuál es el problema, y muchas causas distintas pueden dar lugar a la aparición de comportamientos autistas, pero cada vez parece más claro que hay dificultades en el desarrollo y funcionamiento de las conexiones entre neuronas que producen un procesamiento de la información cualitativamente distinto. La maduración y conformación del cerebro parecen alteradas, se producen de forma irregular y a destiempo a veces, con un inicio de los problemas, probablemente, ya en el primer-segundo trimestre de la vida intrauterina.

Greta Thunberg, la activista medioambiental sueca, que desde hace poco más de tres años decidió enfrentarse a los líderes mundiales más poderosos a través de discursos cargados de argumentos en los que exige comportamientos y políticas más responsables para la protección del planeta, fue diagnosticada con el síndrome de Asperger cuando tenía 11 años. Además del Asperger también le fue diagnosticado trastorno obsesivo – compulsivo y mutismo selectivo (una condición que sólo le permite hablar cuando es necesario). Ella es consciente de su diagnóstico y considera su condición como un superpoder.

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