La Organización Mundial de la Salud informó que las primeras fases de vacunación contra la COVID-19, dentro de un contexto de suministro limitado, deben dar prioridad a los trabajadores sanitarios y sociosanitarios, a los mayores de 60 años y a los residentes y el personal de las residencias.
«Dado que se prevé que la oferta sea muy limitada en la etapa inicial, todos los países deben decidir quién debe vacunarse primero para maximizar el impacto de las dosis limitadas en la reducción de la carga de la enfermedad en el contexto de cada país. En función de la disponibilidad de vacunas, la epidemiología de las enfermedades y el tamaño y la proporción de cada grupo prioritario, los países pueden decidir, durante la etapa inicial de la inmunización, dar prioridad a más de un grupo a la vez».
La mayoría de los países del mundo están dando prioridad en sus planes de vacunación al personal sanitario y a los adultos mayores con comorbilidades. Sin discusión los grupos etarios que se han visto más afectados con la nueva enfermedad son las personas con enfermedades de base y los ancianos. De ahí parte la recomendación del máximo ente sanitario del mundo.
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Pero países como Indonesia le han dado otra lógica a la priorización de su población para la inoculación contra el nuevo Coronavirus. Allí, en lugar de vacunar a las personas mayores en la primera fase de aplicación, las primeras dosis -después de los trabajadores de la salud- serán para los trabajadores de entre 18 y 59 años.
El profesor Amin Soebandrio, quien ha asesorado al gobierno en su estrategia de ‘la juventud primero’, sostiene que tiene sentido priorizar la inmunización de los trabajadores, pues son ellos «quienes salen de la casa a todas partes y luego por la noche regresan a sus hogares con sus familias. Estamos apuntando a aquellos que probablemente propaguen el virus», dijo a BBC Indonesia.
Según su lógica, este enfoque le dará al país la mejor oportunidad de lograr la inmunidad colectiva, algo que ocurre cuando una gran parte de una comunidad se vuelve inmune a través de las vacunas o de la propagación masiva de una enfermedad.
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El ministro de Salud de Indonesia, Budi Gunadi Sadikin, defendió la estrategia e insiste en que no se trata solo de la economía, sino de proteger a las personas y de apuntar primero a aquellos que probablemente contraigan y propagan más la enfermedad. «Nos estamos enfocando en personas que tienen que encontrarse con mucha gente como parte de su trabajo: mototaxistas, policías, militares. Entonces, no quiero que la gente piense que esto se trata solo de la economía. Se trata de proteger a la gente».
En este sentido Colombia ha sido fiel discípulo de la Organización Mundial de la Salud. La evidencia científica demostrada hasta ahora es la base a partir de la cual se ha priorizado a la población colombiana, que comenzaría a inocularse el próximo 20 de febrero.
Dionne Cruz, presidenta de la Asociación Colombiana de Salud Pública, explicó que su despacho fue uno de los que apoyó la priorización propuesta por el Ministerio de Salud, y que luego fue aprobada para la vacunación en el país. Considera, a pesar de que algunos pocos países le dan otra lógica, que las poblaciones priorizadas en el Plan Nacional de Vacunación deben ser las más vulnerables ante la enfermedad.
«Si analizamos las tasas de mortalidad e impacto que tiene la COVID-19 vamos a encontrar que la afectación es mucho más grande sobre las personas mayores de 60 años, que sobre el resto de la población. Es evidente que hay una letalidad y mortalidad asociada a la nueva enfermedad mucho mayor en estas personas. Si queremos proteger a quienes han puesto las cuotas más altas de tragedia tenemos que inmunizarlos. Por esas poblaciones, definitivamente, hay que arrancar».
El Plan Nacional de Vacunación de Colombia está estructurado en dos fases y cinco etapas.
En la primera etapa se vacunarán:
- A las personas mayores de 80 años.
- Talento humano en salud; profesionales de la salud en servicio social obligatorio; médicos residentes y sus docentes en el marco de los convenios docencia – servicios y médicos internos, de los prestadores de servicios de salud de mediana y alta complejidad y de los establecimientos de sanidad de las Fuerzas Militares y de la Policía Nacional, que realizan su trabajo en los servicios de:
a. Cuidado intensivo e intermedio adulto, pediátrico y neonatal en donde se atienda COVID-19.
b. Urgencias en donde se atienda COVID-19.
c. Hospitalización en modalidad intramural y extramural en donde se atienda COVID-19.
d. Laboratorio clínico, laboratorio de salud pública, laboratorio del Instituto Nacional de Salud y de universidades, únicamente el personal que toma (intramural y extramural), manipula y procesa muestras de COVID-19.
e. Radiología e imágenes diagnósticas.
f. Terapia respiratoria que atienda pacientes con COVID-19.
g. Transporte asistencial de pacientes.
- Talento humano en salud que tienen un contacto directo de atención en salud especializada a pacientes sintomáticos respiratorios intra y extramural, siempre que dicha atención implique un contacto estrecho y prolongado con la vía aérea expuesta del paciente.
- Talento humano de servicios generales, vigilancia, celaduría, administrativo y de facturación, que realizan su trabajo en los servicios de cuidado intensivo e intermedio adulto, pediátrico y neonatal en donde se atiende COVID-19; urgencias en donde se atienda COVID-19 y hospitalización en modalidad intramural y extramural en donde se atienda COVID–19, así como el talento humano encargado de la distribución de alimentos en el área intrahospitalaria; del traslado de pacientes en el ámbito intrahospitalario y de las labores de lavandería, mantenimiento y transporte, de los prestadores de servicios de salud de mediana y alta complejidad y de los establecimientos de sanidad de las Fuerzas Militares de Colombia y de la Policía Nacional de Colombia.
- Talento humano en salud del servicio de vacunación contra el COVID-19.
- Talento humano que realice autopsias o necropsias, incluido el personal del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
- Técnicos y epidemiólogos de las entidades territoriales y del Instituto Nacional de Salud, que realicen rastreo en campo, búsqueda activa de casos de COVID-19 en campo, investigación epidemiológica de campo y toma de muestras que involucren contacto con casos sospechosos y confirmados de COVID–19.
- Talento humano en salud que por su perfil profesional tenga un contacto intenso mucho más frecuente y en condiciones de urgencia con la vía aérea expuesta de los pacientes.