El Gobierno nacional ha establecido acuerdos y negociaciones para garantizar la inmunidad contra la COVID-19 de, al menos, 35 millones de colombianos para finales de este 2021. Las dosis, que empezarían a llegar al territorio nacional en la medida que las farmacéuticas tengan la disponibilidad del antídoto, contemplan un plan de vacunación completo (dos dosis en las vacunas que así lo requieren). Y es que, el refuerzo de esta vacuna es tan importante como la primera administración para poder generar la inmunidad necesaria contra el SARS-CoV-2.
De ahí parte la importancia de que las políticas de inmunización de los Estados aseguren las dosis exigidas por las farmacéuticas para proteger completamente a las personas. Durante una entrevista hecha por CNN en Español al profesor de Biología Evolutiva Michael Worobey, de la Universidad de Arizona, el experto asegura que la primera dosis de las vacunas, que están diseñadas para dos dosis, debe generar una respuesta inmune desde cero. “El cuerpo produce anticuerpos, pero también comienza a generar células inmunes llamadas células B para producir anticuerpos dirigidos. Esto lleva tiempo y un proceso conocido como maduración”.
En detalle el catedrático hizo la siguiente interpretación: terminas con una población de células B finamente ajustada. Luego, la segunda vez que le das la inyección a una persona, esas células están sentadas como un ejército de clones y pueden comenzar a producir inmediatamente una gran respuesta inmune.
El sistema inmunológico se activa con la primera dosis de las vacunas. La segunda dosis ayuda a desarrollar una respuesta inmune más larga y duradera.
En el caso de la vacuna desarrollada por Pfizer/BioNTech- la primera con aprobación de uso de emergencia en Colombia y que se espera sea la primera que se aplique en el país- la segunda administración es esencial para poder garantizar los resultados evidenciados en los estudios de fase III. Además, la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) ha indicado que es prematuro sugerir cualquier tipo de cambio en la cantidad de dosis de las vacunas y por eso se necesitan las dos aplicaciones.
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Por su parte, Thomas Geisbert, profesor y experto en amenazas virales emergentes en la rama médica de la Universidad de Texas, explicó que los síntomas secundarios, como fiebre, inflamación y dolores musculares, son un buen indicio en la predicción de que las vacunas brindan mejor inmunidad que la misma enfermedad. Los síntomas indican que el sistema inmunológico se está acelerando y la vacuna realmente está funcionando. Todo forma parte de las señales de que las células inmunitarias, llamadas células T, están enviando una alarma en forma de sustancias químicas de señalización, llamadas citocinas.
Lo cierto es que la vacunación completa- con las dos dosis en el caso de que se requiera- acelera el proceso de inmunización, proporcionando a las personas una protección más rápida y amplia que la otorgada por la inmunidad natural de la enfermedad.
Jaime Ordóñez, médico, PhD en Epidemiología, MSc. en Economía de la Salud e investigador senior en True Consulting, fue muy claro al referirse a la segunda dosis de la vacuna COVID-19: no aplicarse la segunda dosis es como si no se hubiera vacunado. Para el médico experto, una cosa es que los ensayos clínicos hayan observado que después de 10 días de aplicarse la primera dosis hayan comenzado a subir los anticuerpos de algunos pacientes, y otra muy distinta es que con una sola dosis sea suficiente para disminuir el riesgo.
“La totalidad de los resultados de todos los estudios con los que se concluyó la eficacia de las vacunas fue en pacientes que recibieron las dos dosis, es decir, no existen datos sobre si aplicar una sola dosis genera protección”.