La prueba rápida de antígenos para detectar infecciones activas por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, en muchos casos no requiere instrumentación y los resultados se obtienen en hasta 15 minutos, por lo que es una herramienta valiosa para hacer testeos a gran escala en una variedad de ámbitos poblaciones y así mejorar la sensibilidad de los sistemas de vigilancia epidemiológica y reactivación de actividades.
Está comprobado que las pruebas rápidas de antígenos proporcionan información esencial en un momento del ciclo de la infección en el que existe un mayor riesgo de que las personas transmitan el virus. Para su ejecución, se requiere de una muestra nasofaríngea a través de un hisopado para realizar la prueba de diagnóstico rápido. A través de este procedimiento, las pruebas de antígeno detectan una proteína del virus para determinar si la persona está infectada en ese momento.
Según la información científica y las validaciones realizadas por el Instituto Nacional de Salud, las pruebas de antígeno tienen una sensibilidad menor que la RT-PCR, considerada como el estándar de oro; sin embargo, su utilidad se basa tanto en la rapidez de la entrega de los resultados, así como su fácil implementación en los laboratorios clínicos.
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Las características de esta prueba sumado a su bajo costo en comparación con la RT-PCR, la convierte en una opción muy eficiente para la sostenibilidad de los sistemas de salud. Esto ha permitido que tanto la Comunidad Europea como la Organización Mundial de la Salud hayan validado y ofrecido lineamientos para la implementación de las pruebas de antígeno para la detección del nuevo coronavirus, y que actualmente se utilicen en varios países a nivel comunitario, clínicas ambulatorias, puntos de aislamiento y en hospitales.
Estas pruebas también permiten optimizar el diagnóstico de pacientes en relación con los tiempos de las pruebas RT-PCR. Así, es posible reorientar los recursos sanitarios hacia las áreas más requeridas, a fin de ganar en eficiencia frente a la multiplicidad de diagnósticos y tratamientos que deben mantenerse vigentes en el marco de la pandemia.
Ganar tiempo en la obtención de los resultados de las pruebas es fundamental para evaluar con mayor precisión la cantidad de casos activos que van apareciendo en tiempo real, agilizando la implementación de políticas sanitarias adecuadas, en particular para establecer eventuales medidas preventivas adicionales y cercos epidemiológicos.
Finalmente, estas pruebas son consideradas de gran utilidad y un aliado a la hora de proyectar e implementar las políticas de salud pública al dar información vital (infecciones activas) y veraz para proteger la salud de las grandes poblaciones de los centros urbanos que deben mantener un razonable nivel de actividad.