Banco Mundial ofrece soluciones de cara a las complicaciones económicas y sanitarias planteadas por el Covid-19

El Banco Mundial ha publicado su informe semestral, titulado en esta oportunidad “El costo de mantenerse sano”, en cuyo documento analiza el impacto económico de la pandemia del Covid-19 en la región y la necesidad de mejorar la cobertura y la calidad de los sistemas de atención de la salud.

Al respecto, Martín Rama, jefe para América Latina y del Caribe del Banco Mundial, explica que la región latinoamericana es la más golpeada por la crisis del nuevo Coronavirus. El número de muertos por millón de habitantes está entre los más altos del mundo y la magnitud de la crisis económica es enorme también, pese a los programas de apoyo y de respuesta puestos en marcha por la mayoría de los gobiernos para apoyar a sus poblaciones.

“Estamos viendo ya las consecuencias sociales: tasas de desempleo que suben, ingresos que caen. Algunos países, como Uruguay han tenido un costo menor. Otros países como los del Caribe han tenido un costo relativamente bajo en términos de vida y un costo enorme en términos económicos porque dependen del turismo y éste ha colapsado. Brasil, por ejemplo, ha tenido un costo muy alto en términos de salud, pero un costo menor en términos económicos. En nuestra región son los países andinos los que han sufrido más y la pregunta es, si la vacuna no está lista en un futuro cercano, ¿cómo hacemos para minimizar estos costos?

Indica el informe del Banco Mundial que la pandemia ha generado costos elevados en términos de vidas humanas y las fuertes medidas necesarias para frenar su progresión han deprimido drásticamente la actividad económica. La vacuna sigue siendo la mejor esperanza para salir de esta crisis, pero está claro que los países de América Latina y del Caribe deberán esperar meses o quizás años, antes de que esto suceda. Mientras tanto, los encierros prolongados pueden volverse cada vez más insostenibles.

En este sentido, propone el Banco Mundial, las decisiones estratégicas sobre política sanitaria y política económica podrían ayudar a mitigar los costos. Ampliar la cobertura de una atención sanitaria de calidad y mantener asequibles el acceso a los medicamentos debería ayudar a la salud. Fomentar la formalización de una manera que no penalice la generación de empleo y, paulatinamente, a recreación del espacio fiscal reduciría los costos económicos. Son algunas de las propuestas que hace el ente internacional, de cara a ofrecer soluciones a la región antes de que haya una solución sanitaria viable y colectiva, a través de una vacuna.

Así las cosas el Banco Mundial propone:

  1. Vivir con el virus mientras llega la vacuna

En este contexto, es posible que los gobiernos deban centrarse en proteger a los más vulnerables mientras ajusta la salud y estándares de seguridad en todos los sectores y actividades, de modo que la probabilidad de contagio permanezca baja mientras la vida continúa.

La escolarización es una de las actividades que merece la mayor atención. El aprendizaje a distancia, incluso si es factible, es poco probable que ofrezca el mismo conocimiento que la enseñanza presencial. Para muchos niños de segmentos más pobres de la sociedad, puede que, simplemente no sea una opción. Si los cierres continúan afectando al sector educativo por más tiempo, muchos niños tal vez nunca regresen a la escuela.

  1. Ampliación eficaz de la cobertura de salud

En todos los países los sistemas de salud deben ajustarse a la realidad del Covid-19. En aquellos donde la pandemia se encuentra entre las principales causas de muerte, proporcionar un tratamiento eficaz a los afectados por el virus es una prioridad. Y en los países donde la pandemia está bajo control, se necesita un esfuerzo sostenido para contener repetidamente los brotes tan pronto ocurren. Se requieren así capacidades efectivas de prueba y rastreo. En todos los casos, también es necesario incorporar lecciones sobre el tratamiento eficaz de la enfermedad, para aumentar la probabilidad de supervivencia de quienes se infectan.

  1. Mantener los medicamentos con costos asequibles

No se puede ampliar la cobertura sanitaria eficaz y asequible sin prestar atención al precio de los productos farmacéuticos. Dado que los gobiernos son grandes compradores de medicamentos, la contratación es particularmente importante a este sentido. Lograr una contratación pública de productos farmacéuticos más eficiente es aún más importante en un momento en que los gobiernos de la región están considerando la forma cómo asegurar las dosis necesarias de vacunas contra el Covid-19 para sus poblaciones.

En los últimos años, muchos gobiernos han abogado por la utilización de medicamentos genéricos como medio de controlar el gasto sanitario y mejorar el acceso a los medicamentos. Pero hacerlo requiere contar con agencias reguladoras fuertes, capaces de certificar la bioequivalencia de genéricos y convertirlos en la primera opción de los médicos. Idealmente, estas agencias también deberían tener la capacidad de influir en el precio de los productos farmacéuticos de una manera que no disuada la innovación y, al mismo tiempo, mantener el costo de los medicamentos al alcance de la población.

 4. Reevaluación de la informalidad

Llegar a los trabajadores del sector informal y a sus familias con las transferencias sociales también ha resultado un desafío. Los instrumentos tradicionales de protección social, como las prestaciones por desempleo, pueden resultar irrelevantes en su caso. Pero, incluso los programas de asistencia social dirigidos a los pobres, los hogares pueden no protegerlos. Mucho depende de la cobertura y calidad de los registros poblacionales, así como de la disponibilidad de una identificación individual adecuada. Muchos países de la región adoptaron generosos programas de transferencias sociales, pero es probable que la proporción de hogares en el sector informal no esté registrada.

La crisis del Covid-19 es un llamado a reflexionar sobre cómo fomentar la formalización de una manera que no impida la creación de empleo, al tiempo que se extiende la protección social a los trabajadores y a sus familias. Mientras tanto, se necesitan registros de población completos para que las transferencias sociales alcancen a muchos de los que viven al día y son desproporcionadamente afectados por cuarentenas y cierres.

5. Recreando el espacio político

Muchos países de la región movilizaron paquetes de estímulo muy importantes para enfrentar la crisis, a pesar de tener un espacio fiscal limitado. Este extraordinario esfuerzo fue posible gracias al apoyo que recibieron de instituciones financieras internacionales.

Pueden ser necesarias transferencias sociales de base amplia para el momento. Sin embargo, en el futuro, los gobiernos de la región tendrán que considerar caminos hacia la consolidación fiscal. La mayor tranquilidad que los gobiernos que puedan ofrecer a sus poblaciones, mientras vivan con el virus, es que tendrán los medios para responder y ayudar según sea necesario.

Reorientar los impuestos y el gasto público de manera que apoye la creación de empleo, la entrega y el desarrollo de la infraestructura también serán necesarios para volver a poner a la región en un camino de inclusión y crecimiento sostenible. Después de muchos años de resultados económicos decepcionantes y una de las peores recesiones, no hacerlo podría ser el presagio para nuevas olas de malestar social y, posiblemente, para un regreso de políticas populistas a la región. Ese, después de todo, podría ser el mayor costo del pandemia del Covid-19.

En el caso de Colombia, el Banco Mundial considera que el Covid-19 ha provocado una contracción sin precedentes en la actividad económica del país, revirtiendo los avances logrados en la reducción de la pobreza. Las autoridades respondieron con decisión a la crisis dentro de su sólido marco macroeconómico. En el escenario base, se estima que el PIB se contraerá un 7,2% en 2020 y la pobreza aumentará. La profundidad de la crisis y la exposición a la demanda externa y los choques de los precios del petróleo afectarán las perspectivas.

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