Una vez que el biológico de AstraZeneca, uno de los más adelantados en materia de desarrollo y fases de producción haya anunciado la suspensión de su última fase de investigación por una sospecha de reacción grave en un participante, el afán de ésta y de otras farmacéuticas del mundo no cesa frente a la búsqueda de una vacuna que contrarreste el feroz efecto que el Covid-19 ha tenido en el mundo.
Pero, a pesar de ello, ayer, el consejero delegado de AstraZeneca, Pascal Soirot, insistió que la vacuna que desarrolla su compañía, de la mano de la Universidad de Oxford, podría estar lista para finales de año.
Recodó que el estudio se paró tras detectarse un fallo neurológico en uno de los voluntarios a los que se les administró una dosis, “una acción rutinaria en estas situaciones”. A mediados de agosto, la compañía se convirtió en el mayor proveedor de Europa, con 300 millones de dosis vendidas ampliables a 100 millones más.
Soirot aclaró que la decisión de reanudar los ensayos clínicos está en mano de distintos grupos de expertos que analizan la situación. «La realidad es que todos tenemos que ser muy pacientes y ver cómo se desarrolla».
Entretanto Rusia sigue adelantando sus gestiones científicas y de comercialización. Una vez que la vacuna tuviera cierto rechazo por parte de comunidad científica del mundo, el pasado viernes la revista científica The Lancet publicó los resultados de las primeras pruebas clínicas de la vacuna Sputnik V.
Rusia registró la Sputnik V antes de que se hicieran públicos los resultados de las primeras dos fases de ensayos clínicos -que no revelaron efectos secundarios graves y sí una importante respuesta inmunológica en los 76 participantes- y ya la está aplicando localmente entre voluntarios pertenecientes a grupos en riesgo.
Uno de los países que apostó sin titubear a este biológico fue Brasil. El Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF) le apostó desde el inicio al gran país suramericano para la producción de la vacuna en América Latina, a través del Instituto Gamaleya.
El RDIF firmó un acuerdo con el gobierno del estado de Paraná, en Brasil, para la posible fabricación de la Sputnik V. Brasil sería el centro regional de producción de la vacuna en el continente.
Pero, a partir de los avances que el antídoto ruso ha mostrado, otros países de la región también se han abierto a la posibilidad de establecer convenios comerciales para obtenerla. México, que a mediados de agosto anunció ser el encargado de la distribución de la vacuna contra el Covid-19 producida por AstraZeneca en el continente, esta vez también les abre las puertas a negociaciones con Rusia.
Según informó la Secretaría de Relaciones Exteriores (SER) del país centroamericano, el envío de 32 millones de vacunas Sputnik V contra el coronavirus que se dio a conocer, formó parte de un acuerdo entre Rusia y un privado para su comercialización en México.
El fondo de riqueza soberana de Rusia firmó un acuerdo para exportar 32 millones de dosis, que podrían ser entregadas en noviembre, una vez que se obtenga la aprobación de los reguladores mexicanos. Según el canciller Marcelo Ebrard, “en los primeros días de octubre, si la autoridad regulatoria de salud así lo considera, esperemos que así sea, se pueda traer a México esta vacuna”.
Pfizer, una de las farmaceúticas cuyo biológico atraviesa la tercera fase de ensayos clínicos en humanos, aseguró el pasado 3 de septiembre que a finales de octubre se debería saber si el fármaco es seguro y efectivo. La compañía, que ya ha fabricado cientos de miles de dosis, señaló que buscará una aprobación inmediata si los resultados son positivos.
Estados Unidos, que se rehúsa a formar parte de un fondo mundial de vacunas creado por la Organización Mundial de la Salud, ha invertido en tres de las potenciales vacunas que se encuentran en la fase III de ensayos clínicos en humanos: la desarrollada por Pfizer junto al laboratorio alemán BioNTech; la de la compañía estadounidense Moderna y el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EE. UU. y la de AstraZeneca y la Universidad de Oxford. No se ha conocido de manera oficial que la gran potencia norteamericana le haya dado cabida a la vacuna rusa entre su stock de antídotos.
¿Cómo van las investigaciones en China?
De las 32 vacunas que se encuentran realizando pruebas en humanos en el mundo, buena parte pertenecen a empresas chinas. Las tres principales son Sinovac, CanSino Biologics y Sinopharm.
La firma Sinovac Biotech dijo el pasado lunes, 7 de septiembre, que su vacuna contra el Covid-19 parece ser segura en personas mayores, según resultados preliminares de una prueba de etapa inicial a media, aunque las respuestas inmunes provocadas fueron levemente más débiles que en los adultos jóvenes.
La vacuna CoronaVac, de Sinovac, no causó efectos secundarios graves en los ensayos combinados de fase I y II, hechos en mayo y que involucraron a 421 participantes de al menos 60 años, dijo a Reuters el representante de medios de la empresa, Liu Peicheng. Los resultados completos no han sido publicados aún.
Por su parte, la vacuna Ad5-nCoV, de CanSino Biologics, utiliza un virus debilitado del resfriado común -un adenovirus tipo 5- para introducir material genético del nuevo coronavirus dentro del cuerpo humano. Su objetivo es entrenar al cuerpo a que produzca anticuerpos que reconozcan la proteína en forma de lanza del SARS-CoV-2 y lo combatan.
Según una investigación publicada en la revista The Lancet el mes pasado, la fase II del ensayo clínico, que incluyó más a de 500 personas, demostró que es segura y que genera una respuesta inmune en la mayoría de los receptores después de una única inmunización.
En relación con la vacuna de Sinopharm, se sabe que el desarrollo se lleva a cabo a través de dos institutos de su subsidiaria China, National Biotec Group, el Instituto Biológico de Pekín y el Instituto de Productos Biológicos de Wuhan. El último fue el primero en el mundo en empezar pruebas clínicas para una vacuna de Covid-19, en abril y en empezar las pruebas de fase III, en junio, en los Emiratos Árabes Unidos y, más recientemente, en Perú, Marruecos y Argentina.
Con este antídoto también se están haciendo ensayos con empleados del conglomerado petrolero PetroChina. Según el presidente de la empresa, Liu Jingzhen, el biológico estaría en el mercado en diciembre de este año.