Las actuaciones policiales y de funcionarios de orden público han sido blanco de polémicas históricamente, pero en el marco de una era en la que todo se hace más notorio, a propósito de la conectividad, ciertas actuaciones han quedado grabadas y demostradas públicamente. Los más recientes acontecimientos, registrados en Bogotá, han puesto en la mesa de debate, un tema que estaba pausado entre las tantas ocupaciones que la pandemia del Covid-19 trajo consigo. ¿Cuál es la pertinencia de los dispositivos de control eléctrico en las actuaciones policiales del país?
Según lo ha informado el periódico El Tiempo, los dispositivos de control eléctrico o dispositivo de disparo eléctrico, conocidos en el país como ‘taser’, llegaron a Colombia hace seis años y su uso está establecido en el protocolo del Modelo del Uso Diferenciado y Proporcional de la Fuerza, detallado en la resolución 002903 de 2017. Solo los integrantes de la Policía Nacional que han cumplido con el seminario taller sobre el Manejo de Dispositivos de Control y Auxiliares pueden utilizarlo y llevarlo como parte de su dotación.
El Taser X2, artefacto utilizado por algunos funcionarios de la Policía Nacional, es uno de los modelos de armas eléctricas conducidas (DEC, por sus siglas en inglés) menos letales que utilizan los organismos encargados de hacer cumplir las leyes y civiles en algunos países. Fue creado por TASER International, Inc. en 2011, después de su popular modelo X26 y el similar, pero más voluminoso y pesado, X3. El X2 Defender, a diferencia de los DEC anteriores, puede disparar dos cartuchos y es semiautomático.
Según explicó al rotativo el editor de la Unidad de Salud de El Tiempo, Carlos Francisco Fernández, el efecto de la corriente eléctrica que desprende el artefacto depende de su intensidad, y no del voltaje. “Se considera que una descarga tiene efectos graves en el organismo cuando está por encima de los 50 miliamperios. Si se aplican corrientes de entre 1 y 10 miliamperios, se pueden producir contracciones musculares (incluso en piernas o brazos), que se aprecian como movimientos involuntarios. En caso de mantenerse el contacto, la contracción permanente se identifica como una parálisis”.
El experto agregó que con estas corrientes no existirían efectos perjudiciales en exposiciones cortas. A partir de intensidades de 50 miliamperios, las contracciones pueden afectar todos los músculos, incluidos los respiratorios. Si el contacto se prolonga, se puede producir asfixia por la contracción sostenida de los músculos de respiración, y puede llevar a paros cardíacos.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) declaró los ‘tasers’ como armas que constituyen mecanismos de tortura, por el nivel de dolor físico que ocasionen y porque tienen altas probabilidades de ocasionar la muerte a quien recibe la descarga eléctrica. Instan a los gobiernos a desestimar su uso.
En este sentido, el Comité contra la Tortura de la ONU ha manifestado en varias oportunidades su preocupación por el uso de estos artefactos en los cuerpos de seguridad de varios países del mundo, considerándolos un instrumento que promueve la tortura. La ONU ha solicitado que se revisen las normas que regulan los dispositivos para que sean aprobados, únicamente, en situaciones extremas, destacando que muchas veces son empleados en contra de personas desarmadas y sin posibilidad de defensa.
En países como España, Alemania, Italia, Reino Unido, Irlanda, Islandia, Noruega y Nueva Zelanda la práctica con ‘tasers’ está prohibida. En algunos sólo se permite en situaciones de extrema exigencia.