En un momento en que las políticas públicas no están del todo garantizadas para que los individuos mantengan una condición de salud ideal, las comunidades comienzan a tener un papel protagónico en la búsqueda y ofrecimiento de alternativas de soporte y apoyo social. La salud, en su máxima expresión, no sólo depende de la capacidad del Estado en proveer suministros que la mantengan en buenas condiciones, sino también de factores sociales indispensables en el bienestar integral de cada persona.
En una reciente conversación con Pedro Pablo Ochoa, director del Equipo de Respuesta Psicológica frente al brote del Covid-19 del Colegio Colombiano de Psicólogos, conocimos que estudios han encontrado que el aislamiento y la exclusión social están asociados a índices de muerte prematura. Además, considera que la probabilidad de sobrevivir a un infarto es menor cuando la persona está aislada o no tiene buenas redes de apoyo social.
“Las mujeres que no tienen apoyo social, por ejemplo, tienen más probabilidades de tener complicaciones durante el embarazo, tienen niveles más altos de discapacidad frente a enfermedades crónicas. El apoyo social es algo muy importante y eso significa pertenecer a redes sociales de comunicación que hace que las personas se sientan amadas, valoradas y respetadas. Eso tiene un efecto protector en la salud muy importante”.
Pedro Pablo Ochoa, Colegio Colombiano de Psicólogos.
En el contexto sanitario actual, cuando el distanciamiento social es uno de los lineamientos a seguir en la mitigación del Covid-19, resulta indispensable la creación de estrategias- desde la comunidad- para mantener las relaciones emocionales, las cuales no tienen que ver con el distanciamiento físico. Distanciamiento físico no es lo mismo que distanciamiento social, aclara el experto.
Para Ochoa es más efectivo promover estrategias que generen bienestar en salud desde la comunidad, pues la presión social influye más eficientemente en algunos individuos. La colaboración, compañía y la composición de acciones que, desde lo individual, se convierta en colectivo incide directamente en el bienestar de los más vulnerables en estas condiciones de aislamiento físico.
“Hay algunos asuntos que se escapan del control individual y donde es importante que existan políticas públicas que las promuevan, pero eso también va en nuestro comportamiento como comunidad. Como comunidad puedo llegar a acuerdos con los vecinos para desarrollar estrategias que promuevan la salud: si hay un adulto mayor que no puede salir a hacer mercado, por ejemplo, entre los demás podemos ayudarle a llevarle la comida. Si hay una persona sola, por lo menos visitarlo a través de la ventana y estar pendientes de él. Y de sus necesidades Ese tipo de vínculos, que se construyen en las comunidades y que a veces se pierden en las ciudades grandes, son muy importantes para el bienestar físico y mental”.
Pedro Pablo Ochoa, Colegio Colombiano de Psicólogos.
Como comunidad, además, estamos en la capacidad de exigir condiciones que promuevan un sistema de salud más preventivo, concluyó.