En medio de lo que las autoridades consideran el pico epidemiológico más alto de Covid-19, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, anunció para septiembre el inicio de un plan piloto, que le permita al sector educativo comenzar a activarse. La delicada decisión surge en un momento en el que la capital cuenta hoy 136.764 casos positivos del nuevo Coronavirus y un riesgo alto de deserción escolar.
Según datos estimados por el ayuntamiento local, cerca de 200.000 estudiantes de Bogotá- en todos los niveles educativos- no cuentan con las herramientas que les permiten recibir clases virtuales (conexión a internet y/o dispositivos electrónicos). Su inactividad escolar puede incurrir en uno de los problemas más graves y complejos capaz de enfrentar una sociedad: la deserción escolar.
Pero actualmente las condiciones no están dadas para que ello ocurra. La Alcaldía de Bogotá se encuentra definiendo un modelo, de la mano de epidemiólogos y economistas, que permita a los sectores económicos y activos de la sociedad volver a convivir bajo una nueva dinámica, de alternancia seguramente. De este modo la economía continúa su camino de reestructura, tras los embates de la pandemia, y la educación lo comienza.
Las decisiones están pensadas para aplicarse a finales de septiembre, cuando se espera baje el pico de contagio más alto de la enfermedad. En ese momento, la idea es comenzar a alternar la salida de los sectores económicos que ya están activos con el de los estudiantes.
Claudia López explicó que “dado que el sistema educativo distrital tiene más de 780.000 estudiantes, además de los profesores y del personal administrativo, se evaluará quiénes son las personas que pueden adherirse al retorno de las clases por sus condiciones de salud. Una vez que se estructure, dentro del sistema, cómo van a ser las dinámicas, éstas van a prelar con las de sectores como la construcción. Así que, a las horas que salgan los estudiantes, algún sector debe mantenerse guardado”.
Aunque la Alcaldía de Bogotá, con el aval de la Secretaría de Educación Distrital, dé luz verde al retorno de las clases en la ciudad, los padres tendrán la potestad de decidir si envían o no a sus hijos al colegio. Las directrices de reapertura del sector educativo están dirigidas, principalmente, a los niños imposibilitados de continuar con el programa de manera virtual.
El despecho local anunció que garantizará 100.000 dispositivos electrónicos y conexiones para reducir a la mitad el déficit de niños que por falta de insumos no pueden recibir clases virtuales. Además, comenzó la Donatón por los Niños donde las personas pueden donar equipos nuevos, usados o dinero que le permita a la Alcaldía ayudar a los otros 100.000 estudiantes.
“Garantizar que no deserten de la educación y salgan adelante niñas, niños y jóvenes es nuestra gran prioridad en la etapa que se viene a partir de septiembre, una vez pasemos el primer pico de la pandemia”.
Claudia López, acaldesa de Bogotá.
¿Cómo está la situación en la Educación superior?
Los embates de la pandemia sobre la educación superior solo se podrán conocer hasta finales de año, aunque ya hay secuelas importantes evidentes. A través de una entrevista concedida al periódico El Espectador, Óscar Domínguez González, director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Universidades (Ascún) aseguró que “basados en consultas que se hicieron a rectores, estudiantes y docentes, se prevé que el comportamiento de la matrícula para este segundo semestre puede verse afectado entre un 23 y 25 %, por causas relacionadas con la disminución de ingresos de las familias, por la pandemia”.
La peor parte del problema tendrá efectos a largo plazo, pues se mantendría en 2021 con 20 % de afectación y en 2022 con 18 %.
En un momento económico inestable y condiciones sanitarias aún inciertas, la deserción escolar llegaría al país a entorpecer más los esfuerzos por regresar a la normalidad y revertir las afectaciones dejadas por el Covid-19. Ocio en exceso, violencia, vicios y una disminución significativa en el desarrollo del capital humano futuro son apenas algunas de las consecuencias del abandono de los programas estudiantiles, en todos los niveles. Un dato alentador lo ofreció la Secretaría de Educación de Bogotá, al asegurar que en la capital- respecto a la educación básica y media- se han incorporado cerca de cuatro mil estudiantes a los colegios oficiales, lo cual indica el aumento en matrículas más alto en los últimos cuatro años.