Esta es la realidad sobre cómo llegó el Covid-19 a Colombia

Van 40 mil 719 personas contagiadas de Covid-19 en el país y más de mil descensos. La historia, las dinámicas, las relaciones, la vida en Colombia dio un vuelco desde que el pasado 6 de marzo se confirmara el primer caso positivo. Una nacional colombiana de 19 años, residente de Milán, Italia, regresó a su país natal para pasar unos días con su familia. Pisó suelo colombiano el 26 de febrero y sin alguna intención desató una de las enfermedades más temidas de todos los tiempos.

Pasó lo inevitable. Ella o cualquier otra persona procedente de Europa o Asia habrían sido los portadores. Ya el Gobierno nacional- en virtud de la proliferación de casos en países vecinos- comenzaba a preparar a la ciudadanía para la inminente llegada del nuevo Coronavirus. Sin embargo, estudios revelados por el Instituto Nacional de Salud (INS) dan indicios de que el ingreso del virus al país no fue portado por esta mujer proveniente de Italia.

El INS e investigadores de universidades del país insisten en determinar- entre otras cosas- las fechas de entrada del Covid-19 a Colombia, con la intención de establecer cercos epidemiológicos y trazados que lleven a acciones y descubrimientos más concretos en torno a la enfermedad. Colombia se posiciona como el tercer país de la región que se ha encargado de hacer más estudios genómicos sobre el SARS-CoV2, con un total de 155, de los cuales 131 ya se encuentran publicados en la base de datos GISAID- iniciativa científica mundial y fuente principal de los datos genómicos del virus de la Influenza y ahora del nuevo Coronavirus.

El INS explica que los estudios genómicos permiten determinar cadenas de trasmisión, variabilidad genética y evolución viral para la comprensión de la enfermedad, el diseño de test diagnósticos, vacunas e identificación de dinámicas de introducciones y dispersión viral.

El 28 de marzo, y a partir de la primera secuencia genética, el INS informó que la fecha más temprana- descubierta hasta ese momento-la entrada del virus al país corresponde al 26 de febrero, proveniente de España, sin embargo, hoy, cuando la ciencia local ha realizado más de cien secuencias, hay hallazgos de que la entrada habría sido el 17 de febrero.  

En palabras de Juan David Ramírez, director del Laboratorio de Microbiología de la Universidad del Rosario, en los recientes resultados “obtuvimos 88 secuencias adicionales que mostraron la circulación de 11 linajes distintos en Colombia y permitieron observar al menos ocho posibles introducciones durante la dispersión de la enfermedad en el país y que concuerdan con lo previamente reportado por el Instituto Nacional de Salud, en donde se confirmó que el virus ingresó al país en el mes de febrero”.

Imagen: sanidad.es

Explica que las últimas secuencias reportadas por la Universidad del Rosario- y que corresponden a un genoma viral del pasado 17 de febrero- podrían señalar ésta como la fecha más temprana probable de ingreso del virus al país, sin embargo, solo se podrá afirmar esto con el respectivo estudio epidemiológico y los resultados de las nuevas secuencias genómicas que sean investigadas. 

Al respecto, la directora del INS, Martha Ospina, detalló que por análisis bioinformáticos del reloj molecular se puede afirmar que la sepa que infectó al paciente se originó el 16 de febrero, pero hay que tener una evidencia genómica y epidemiológica sobre el ingreso de esa sepa al país, es decir, hay que- además de hacer las pruebas de laboratorios- consultar con Migración Colombia cuál fue la fecha de ingreso de esa persona y su historial migratorio para la fecha. Todo con la intención de saber si esa persona es el resultado de una cadena de contagios o, por el contrario, es quien inició la cadena de transmisión en el país.

Martha Ospina, directora del INS.

Los estudios genómicos y sus respectivas secuencias han permitido a las instituciones expertas del país detectar más de cien importaciones del SARS-CoV2. Estados Unidos, China, Italia y España, entre otros, se han identificado como países de origen de la cadena de transmisión que se desató en Colombia. Su rastreo es muy importante para que la ciencia local continúe obteniendo datos relevantes, que le permitan ajustar los modelos matemáticos y las estrategias de mitigación.

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