Estudio señala: alargar la cuarentena le ofreció «respiros económicos» al sector salud

Un estudio del Observatorio de Desarrollo Económico, auspiciado por la Alcaldía de Medellín, ayudó a determinar que el departamento paisa ahorró $3,3 billones durante la cuarentena obligatoria decretada por el Gobierno nacional, desde el 25 de marzo y hasta el 30 de abril. Los datos que concluye el estudio serán utilizados en la toma de decisiones durante la pandemia.

Según el informe, las medidas de aislamiento, por sí solas, no tienen la capacidad de disminuir el número de contagiados ni de muertes a largo plazo. Si no se descubre una vacuna o un tratamiento efectivo contra el virus. Las medidas de aislamiento sólo tienen efecto de alargar en el tiempo las consecuencias y costos de la pandemia.

“Sin embargo, este alargamiento por sí sólo puede tener aspectos económicos positivos por lo menos en tres sentidos: 1. Permite una mayor adaptabilidad del Estado respecto a sus flujos de ingresos y gastos. 2. Permite que el sistema de salud no colapse por aumentos exponenciales en la demanda en un lapso corto de tiempo. 3. Da una mayor posibilidad de salvar vidas al darle tiempo a la cura de llegar antes de alcanzar al pico máximo de infectados”.

En este sentido, si Medellín hubiera seguido una política de “no cuarentena” los costos sociales habrían ascendido a los $4,9 billones, explicados principalmente por el aumento de los costos del sistema de salud y los costos de oportunidad en productividad y consumo de las personas fallecidas y que se encuentran hospitalizadas. Los $3,3 billones que se ahorró el departamento corresponden a los ahorros en términos de mortalidad, hospitalización y su impacto en el sistema de salud.

«Según nuestros resultados, la medida de cuarentena es económicamente racional si se mantiene por un periodo no mayor a 3,5 meses «, asegura el estudio.

Se pone en la mesa, además, la posibilidad del peor escenario; en el que no se consiga una cura o tratamiento efectivo y recomienda repensar la sociedad “para que se adapte a las nuevas condiciones del entorno y se evite el contacto físico entre las personas”.

En este orden de ideas el estudio sugiere:

  • Desaglomerar las aglomeraciones humanas: repensar la vida productiva en espacios diferentes a las ciudades, con actividades económicas y modelos de hábitat que se impulsen en distanciamiento físico, la sostenibilidad ambiental y el uso de energías limpias.
  • Automatización y transformación digital con base en la nueva economía.
  • Nuevos conceptos de valor de derechos, cuyo fundamento está en generar nuevos acuerdos sociales que rechacen la competencia y el consumo como base de la economía.

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