Ensayo y error. Continúan las investigaciones científicas en aras de conseguir, a la brevedad, una solución a las complicaciones que se dan ante el pronóstico de Covid-19. En este mes de mayo el uso de plasma de convalecientes ha resultado ser el ensayo que más casos positivos está arrojando y Colombia cuenta con las condiciones para aplicarlo.
La colombiana María Lemos, epidemióloga del equipo científico de la División de Enfermedades Infecciosas y Vacunas en el Fred Hutchinson Cancer Research Center, relató a la Universidad Nacional de Colombia de qué se trata el tratamiento con plasma y cómo el país tiene la capacidad de llevarlo a cabo.
Varios estudios han demostrado, incluso en pandemias anteriores a la del Covid-19, que la mayoría de las personas que contraen la enfermedad de manera leve o moderada son capaces de desarrollar anticuerpos en contra del SARS-CoV-2. “Aunque aún no se sabe si todas ellas desarrollaron anticuerpos capaces de protegerlas a corto o largo plazo. Este descubrimiento es esperanzador porque sugiere que el sistema inmune eventualmente identifica y ataca al virus mediante proteínas –llamadas anticuerpos– que se acumulan en gran cantidad en la sangre de personas que se recuperan”.
La experta explicó que los anticuerpos se producen varias semanas después de la infección y le permite al ser humano generar dentro de sí proteínas capaces de recubrir el virus de manera específica y marcarlo para destruirlo eficientemente. Varios estudios importantes en Estados Unidos esperan dar sus resultados para finales de junio. “De ser así, Colombia tendría en sus convalecientes una posible estrategia de tratamiento”.
Ante, la posibilidad de conseguir en el plasma de las personas recuperadas un tratamiento más efectivo para el nuevo Coronavirus, la coordinadora del Grupo de Investigación Clínica del Invima, Sindy Pulgarín, invitó a la comunidad científica nacional a adelantar ensayos clínicos locales con plasma convaleciente, de manera que soliciten la evaluación y aprobación por parte del ente regulador para iniciarlos. El Invima está en la disposición de acompañar estos desarrollos, para poder- en el menor tiempo posible- tener avances en este sentido.
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Pronto en Colombia
María Lemos, quien además es experta en salud pública egresada de la Universidad Johns Hopkins aseguró que Colombia tiene en sus manos la posibilidad de usar esta alternativa pronto, si se demostrara su eficacia y seguridad en los próximos meses, pues ningún otro tratamiento tendría opciones de producirse y distribuirse en el país tan rápido como este.
Hasta ahora la Universidad del Rosario es la única institución autorizada para hacer ensayos clínicos de este tipo en el país. El Hospital San José en Bogotá ha iniciado, por su parte, un protocolo experimental para la recolección de plasma de convalecientes.
Los más de cinco mil pacientes recuperados resultan una población importante para que el país avance en este tratamiento. Para Lemos “el reto es prepararse para esta estrategia”:
- Los bancos de sangre tendrían que invertir recursos para procesar y guardar el plasma, aunque solo se usará si los estudios de control aleatorio resultan eficaces.
- Los laboratorios tendrían que prepararse para hacer las pruebas en el plasma donado para identificar qué donantes tienen los mejores anticuerpos neutralizantes en contra del SARS-CoV-2.
- Los bancos de sangre tendrían que coordinar sus esfuerzos para distribuir este tratamiento a quienes más pueda beneficiar, incluidas estrategias para el transporte de productos sanguíneos a regiones apartadas del país.
- Se ganará tiempo valioso si los bancos de sangre guardan el plasma de personas convalecientes en estos meses, antes de que la epidemia tenga el potencial de ocupar todos los recursos del sistema de salud.
- Tener plasma acumulado le permitiría a la industria local o al Instituto Nacional de Salud (INS) trabajar en la purificación de los anticuerpos, haciendo la terapia aún más segura y sin los efectos secundarios de los otros componentes de las transfusiones.
- Es necesario preparar voluntarios, bancos de sangre, laboratorios y actores involucrados en el almacenamiento y la distribución de muestras sanguíneas para hacer que este método tenga una real oportunidad de implementación temprana a lo largo y ancho del país.
Dos casos de éxito cercanos
Rodrigo Valderrama, de 31 años de edad, es el primer colombiano en recuperarse del Covid-19 gracias al tratamiento con plasma de convalecientes. El hombre, quien reside en Estados Unidos, se complicó de manera que su familia ya se había resignado a la idea de su muerte.
«La infección se pasó a la sangre, al torrente sanguíneo, y él empezó a tener fallas, no solamente pulmonar porque él tenía una neumonía crónica, sino además una falla renal, y las enzimas hepáticas estaban altísimas», contó un familiar del paciente a la agencia EFE.
La única y última opción propuesta por el grupo de profesionales del hospital de Alexandria, en Washington, fue hacer una transfusión con plasma. Los familiares de Rodrigo de inmediato buscaron un donante a través de las redes sociales. Debía ser un paciente recuperado de la misma enfermedad. Y aunque éste, sigue siendo un ensayo que no está aún establecido como tratamiento efectivo, el joven colombiano superó la enfermedad, que lo mantuvo en Unidad de Cuidados Intensivos por varios días.
Chile es otro país que está adelantando ensayos con este tratamiento. Un médico de ese país, Andrés Meza, con grave estado de salud, es el primer paciente en recuperarse gracias al tratamiento con plasma de convaleciente.
El procedimiento se realizó el pasado 26 de abril en la Fundación Arturo López Pérez de la capital chilena. Al día siguiente la condición de salud del galeno de 41 años ya había mejorado en más del 50%.