Para poder recibir los servicios muy apreciados del Régimen Subsidiado es necesario demostrar que el beneficiario realmente puede recibir un subsidio, es decir que es pobre, ya sea través del SISBEN o de listados censales.
Los listados censales son del ICBF con la población infantil abandonada a cargo del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, población infantil perteneciente al Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes a cargo del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, menores desvinculados del conflicto armado, población infantil vulnerable bajo protección en instituciones diferentes al ICBF, adultos mayores en centros de protección, población Rom, personas incluidas en el programa de protección a testigos, víctimas del conflicto armado, población privada de la libertad a cargo de las entidades territoriales, población habitante de la calle, personas que dejen ser madres comunitarias o madres sustitutas y sean beneficiarias del subsidio.
No tener clara una política de subsidios, sin el desarrollo de política de corresponsabilidad, lleva a la entrega “paternalista” de subsidios que ha traído algunos efectos colaterales muy indeseables: en vez de impulsar el desarrollo de las personas, los ha convertido a los beneficiarios en “dependientes del subsidio” y uso inadecuado del Sistema.
La identificación de los beneficiarios del subsidio a través del SISBEN y los listados censales, han tenido serios cuestionamientos: muchos “colados” – La Administradora de los Recursos de la Seguridad Social en Salud -ADRES- encontró en un cruce de base de datos que realizó con la Unidad de Gestión Pensional y Parafiscales (UGPP), 176.876 “colados” en el régimen subsidiado de salud, que tienen capacidad de pago para aportar mensualmente al sistema de aseguramiento en salud- procedimiento difícil, no incorpora personas que pierden capacidad de pago pero que han perdido capacidad de pago, no identifica sino un momento dado y es muy espinosa la decisión de excluir una persona de su “Derecho”.
Las Empresas Sociales del Estado (ESE) se han vuelto dependientes del 60% que las EPS del Régimen Subsidiado están obligadas a contratar con ellas, que son finalmente subsidios a la oferta disfrazados, sin ninguna contraprestación, sin ningún incentivo a hacer bien las cosas, que hacen que la calidad en la entrega de los servicios no pueda ser influida por la EPS de manera significativa. Los subsidios a la oferta para las ESE nunca debieron desaparecer.
La política de subsidios sociales del país se centra en el Sistema de Salud y no en el desarrollo de los determinantes sociales, que son en definitiva los responsables de la calidad de vida de los ciudadanos y en consecuencia de su verdadera Salud. Es así, como en las zonas más pobres de Colombia no ha logrado el desarrollo deseado, lo que sin duda afecta de manera significativa “la Salud” de las personas que ahí habitan y el impacto del Sistema no se ve reflejado en toda su dimensión.
No se ha desarrollado una verdadera política articulada para la entrega de subsidios en el país, no solo los de Salud sino del conjunto, entre otros, Familias en Acción, Jóvenes en Acción, Red Unidos, subsidios educativos y subsidio familiar, que deberían impulsar a las personas a su mejoramiento de calidad de vida. En ese sentido no se logra identificar cuando es conveniente la entrega de un subsidio, si debe ser a la oferta o a la demanda, cuál es su objetivo y cuando se debe suspender y cómo hacerlo de manera efectiva.
*** Espera la cuarta parte de este artículo en nuestro boletín de la próxima semana.
Escrito por: Miguel Uprimny – Líder en Salud, Gestarsalud.