El abuso y uso no medicado de antibióticos generan resistencias bacterianas

El uso no medicado y el abuso de los antimicrobianos, también conocidos como antibióticos, se está convirtiendo en uno de los principales factores de resistencia a las enfermedades infecciosas comunes.

Incluso, representan no solo la discapacidad y hasta la muerte del paciente, sino es una causa de mayor gasto para el sistema de salud, debido a los costos que implican un mayor periodo de hospitalización del paciente.

La resistencia bacteriana ocurre cuando los antibióticos o antivíricos dejan de ser efectivos y las bacterias, hongos o virus persisten en el organismo.

Según un estudio reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), sin antibióticos eficaces para prevenir y tratar las infecciones, intervenciones como el trasplante de órganos, la quimioterapia, el tratamiento de la diabetes o las cirugías mayores como las cesáreas o prótesis de cadera, se convertirán en procedimientos de alto riesgo.

La automedicación y el uso irracional de los antimicrobianos o antibióticos, provocan cambios en la composición de las bacterias generando una mayor resistencia a los medicamentos, que hacen que los fármacos pierdan su efectividad y poder curativo.

Este fenómeno, además, afecta a otros pacientes, pues facilita la transmisión bacteriana a otras personas, generando mayor resistencia de las patologías.

El estudio de la OMS sostiene, además, que las llamadas infecciones intrahospitalarias, es decir aquellas que el paciente adquiere mientras recibe tratamiento hospitalario para alguna condición médica o quirúrgica, van en aumento precisamente por cuenta de la resistencia bacteriana producto del abuso o uso no medicado de los antibióticos.

“Si bien, causas como las complicaciones posquirúrgicas y trasmisión del virus entre pacientes y trabajadores de la salud son muy comunes, también una causa frecuente de estas infecciones es el consumo abundante e incorrecto de antibióticos”, señala el documento.

Según Christian Pallares, Médico Epidemiólogo y Director del Comité de Infecciones del Hospital Universitario del Valle, “es importante no automedicarse y esperar siempre el concepto médico”, pues advierte que “después de la hospitalización es fundamental seguir con las recomendaciones del médico tratante por encima de cualquier otro concepto; de esta manera se evitan complicaciones y reingresos hospitalarios. Incluso se debe tener en mente que aunque los pacientes suelen sentir inquietud al ser enviados a sus casas después de una intervención, es una medida de protección para su salud”.

RECOMENDACIONES FRENTE A LOS ANTIBIÓTICOS

– El paciente debe consumir la cantidad de antibiótico que le recomienda el médico tratante en el tiempo que él ordene, pues de lo contrario las bacterias pueden crecer y mutar generando resistencia a este medicamento e incrementar los riesgos para tratar y controlar enfermedades comunes.

– El riesgo más importante de cambiar una indicación antibiótica es la falla terapéutica, es decir, que el paciente no se recupere.

– En muchos casos los virus pueden incluir el aumento de temperatura en los pacientes, sin embargo  no siempre se requiere el uso de antibióticos en dichos casos. Existen antibióticos específicos para cada tipo de infección por eso auto-formularse o recibir el consejo de personas no capacitadas puede poner en riesgo la salud e incluso la vida.

– No se debe consumir alcohol mientras se toman antibióticos ya que puede generar pérdida de la eficacia del antibiótico, daños secundarios e incluso riesgo de daños hepáticos.

– El consumo de antibióticos puede afectar la flora intestinal, por lo cual se sugiere el consumo de alimentos ricos en probióticos como yogures y alimentos para mejorar la microbiota como: verduras, frutas y cereales.

– Si usted ha tenido reacciones alérgicas como brotes, nauseas, al consumir cierto tipo de antibióticos, debe ser consciente de que no puede volver a utilizarlos y avisarle al profesional de la salud para que haga el reemplazo respectivo.

– Prácticas como el lavado de manos y la aplicación de vacunas podría reducir significativamente la propagación de virus y bacterias que aumenten la resistencia bacteriana.

Fuente: El Universal

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