Foto: El Tiempo
La entrada en vigor de la Ley 1805 del 2016, por la cual todos los colombianos que no expresen su negativa en vida son potenciales donantes de órganos –y que cumplió en los primeros días de febrero su primer aniversario– trajo consigo una buena noticia. De acuerdo con un balance del Instituto Nacional de Salud (INS), conocido en primicia por EL TIEMPO, el número de trasplantes realizados en el país creció 21 por ciento en el 2017.
En concreto, la cifra pasó de 1.068 en el 2016 a 1.287 en el último año, según la información del INS, que además muestra incrementos en el número de donantes potenciales (1.692 colombianos que perdieron la vida y eran aptos para donar sus órganos). Sin embargo, de estos solo 441 fueron donantes reales (aptos). Los demás se descartaron por razones familiares, médicas o logísticas.
En ese sentido, la tasa nacional de donantes aumentó casi un dígito, hasta 8,8 por cada millón de habitantes. En cuanto al trasplante de tejidos, en el 2017 se distribuyeron 2.373 tejidos oculares, con un aumento del 24 por ciento frente al 2016. De estos, el 85 por ciento correspondió a córneas.
El informe del INS también da cuenta de que en este año de vigencia, apenas 856 personas hicieron notar por escrito su negativa de ser donantes, tal como lo avala la ley. Y si bien hay 217.462 ciudadanos que han expresado su voluntad positiva de donar, vale recordar que cualquier colombiano es potencial donante para favorecer a los 2.488 pacientes en listas de espera.
Para Martha Lucía Ospina, directora del INS, “estas cifras revelan que el camino emprendido por el país es el correcto y confía en que la donación y el trasplante seguirán un proceso incremental mientras haya crecimiento de la red de prestación”.
Ospina hace énfasis en la red porque, justamente, el número de grupos de trasplante que existen en el país no ha crecido y hoy hay solo 153 instituciones habilitadas.
No obstante, resalta que se ha fortalecido todo el sistema de donación y trasplantes con el documento único nacional de criterios de asignación de riñón e hígado, la consolidación de las listas de espera nacionales y de las voluntades anticipadas positivas y negativas.
Fuente: El Tiempo – Artículo completo