Estudio evaluó el efecto de la dieta mediterránea en la prevención de la enfermedad cardiovascular.
Redacción Gestarsalud
La primera causa de morbilidad y mortalidad en el mundo continúan siendo las enfermedades cardiovasculares. Y si bien esta epidemia podría limitarse, reducirse o incluso eliminarse con un cambio en el estilo de vida y una alimentación balanceada y saludable, las personas han preferido seguir ignorando esta realidad.
Varios estudios han buscado demostrar cómo una dieta balanceada y saludable es el secreto para cuidar del corazón, pero uno que acaba de ser publicado en la prestigiosa revista ‘The Lancet’ fue el primero en explorar a largo plazo los efectos de una dieta mediterránea en la salud cardiovascular.
El estudio fue realizado por un grupo de internistas de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) y mostró que la dieta mediterránea es capaz de prevenir enfermedades cardiovasculares incluso más que una dieta baja en grasas.
Precisamente el objetivo de este estudio fue comparar los efectos del consumo de una dieta baja en grasas versus una dieta mediterránea y descubrir la incidencia de eventos cardiovasculares en personas con enfermedad coronaria.
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La razón de este estudio es que la dieta mediterránea ha sido de interés particular debido a las observaciones desde los años sesenta de que las poblaciones de los países de la región mediterránea como Grecia e Italia tenían una baja mortalidad por enfermedades cardiovasculares comparadas con las poblaciones del norte de Europa o de los EE. UU., probablemente como resultado de diferentes hábitos alimentarios.
Es importante acotar que una dieta mediterránea es aquella que incluye un consumo proporcionalmente alto de aceite de oliva, legumbres, cereales sin refinar, frutas y verduras, consumo moderado a alto de pescado, consumo moderado de productos lácteos (principalmente como queso y yogur), consumo moderado de alcohol como vino, por ejemplo, y bajo consumo de productos cárnicos distintos del pescado.
¿Qué mostraron los resultados?
El estudio demostró que frente a la prevención de eventos cardiovasculares mayores la dieta mediterránea fue superior a la dieta baja en grasas. “Nuestros resultados son relevantes para la práctica clínica, apoyando el uso de la dieta mediterránea en prevención secundaria de ventos cardiovasculares”, explicaron los expertos.
José López Miranda, jefe del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Reina Sofía e investigador principal del Proyecto, señala que “el estudio demuestra en pacientes con enfermedad coronaria establecida que la dieta mediterránea tuvo un efecto superior al de la dieta baja en grasas en la prevención de la aparición de eventos cardiovasculares recurrentes como infarto de miocardio, revascularización, accidente cerebrovascular isquémico, enfermedad arterial periférica y muerte de origen cardiovascular evitando la aparición de uno de cada cuatro eventos cardiovasculares mayores”.
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“Además estos hallazgos demuestran la utilidad de recomendar este tipo de dieta a personas que previamente han tenido un evento cardiovascular”, concluyó López”
¿Cómo se llevó a cabo el estudio?
El estudio llamado CORDIOPREV fue un ensayo clínico aleatorizado realizado en el Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba en España. Este se llevó a cabo con pacientes que sufren de enfermedad desde los 20 a los 75 años que fueron asignados aleatoriamente en proporción 1:1 para recibir una dieta mediterránea o dieta baja en grasas, con un seguimiento de 7 años.
El lapso de tiempo en el que se llevó a cabo el estudio fue desde el 1 de octubre de 2009 hasta el 28 de febrero de 2012, y se incluyeron un total de 1002 pacientes. De estos, 500 (49,9 %) estuvieron en el grupo de dieta baja en grasas y 502 (50,1 %) en el grupo de dieta mediterránea. Así mismo 827 de los 1002 pacientes (82,5 %) eran hombres y 175 (17,5 %) eran mujeres con una media de 59 años.
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Cabe resaltar que los investigadores clínicos como médicos, investigadores y miembros del comité de criterios de valoración clínicos no tenían conocimiento de la asignación de dietas de los participantes, sin embargo, los participantes sí lo sabían.
El resultado fue evaluado bajo una combinación de eventos cardiovasculares mayores, incluidos infarto de miocardio, revascularización, accidente cerebrovascular isquémico, enfermedad arterial periférica, y muerte cardiovascular.
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