Por la cantidad de horas que las personas dedican a sus responsabilidades laborales, de manera presencial o remota, se considera que el trabajo es el segundo hogar y que un clima laboral sano, eficiente y seguro es ideal para cumplir, efectivamente, con las obligaciones profesionales y reducir los riesgos de estrés y enfermedades desencadenantes de situaciones tóxicas en el trabajo. Si bien el ambiente laboral no significa el clímax de la felicidad, porque, como en cualquier entorno de la vida, no todo es perfecto, tampoco implica la exposición a una vida tóxica y estresante, todos los días, al menos, seis horas de la vida diaria.
Numerosos estudios han demostrado que estar inmerso en ambientes laborales tóxicos se traduce en impactos en la salud física, enfermedades cardíacas, trastornos musculoesqueléticos, mala salud mental y burnout. También en consecuencias organizacionales, como menor asistencia, compromiso, productividad e innovación. Trabajar en una empresa con una cultura tóxica va más allá de odiar el trabajo o tener malos días por picos en los compromisos.
«Trabajar en una cultura tóxica significa sentir malestar a diario, trabajar en un ambiente competitivo negativo donde priman los intereses individuales por encima de los intereses de los empleados. Es convivir con estresores constantes y con comportamientos que pueden considerarse de acoso«, explica Mercedes Valladares Pineda, psicóloga experta en Coaching Transcultural.
Lea también: teletrabajo en pandemia: más responsabilidades, carga laboral y reuniones
Manuela Priesemuth, profesora asistente en el departamento de Administración y Operaciones de la Universidad de Villanova en Pensilvania; Estados Unidos, quien se ha dedicado a estudiar a los gerentes abusivos y los lugares de trabajo tóxicos, le explicó a BBC Mundo que la mayoría de las culturas laborales tóxicas tienen su origen en una mala dirección, cuyos malos hábitos pueden ser contagiosos.
«Si los ejecutivos se involucran en comportamientos tóxicos, la gente de la organización asume que este comportamiento es aceptado y ellos también se involucran en él. Muy pronto, se forma un clima tóxico, donde todo el mundo piensa: así es como actuamos aquí».
Pineda ofrece un checklist con 10 señales que indican que se está inmerso en un ambiente laboral tóxico:
- Mala comunicación: diferentes empleados reciben diferentes mensajes. Hay una comunicación pasivo – agresiva, comunicación constante fuera de los horarios de trabajo y falta de escucha.
2. Grupos privilegiados dentro de la empresa: se asignan los proyectos al mismo grupo de personas con independencia de su talento. Estos grupos son cerrados y solo pueden formar parte de él las personas que comparten sus mismas características. Menosprecian a otras personas a través de acciones ofensivas o degradantes, que devienen en exclusión.
3. Liderazgo pobre: por ejemplo, «está el jefe que siempre echa balones fuera y nunca asume su responsabilidad. Hay jefes que no respetan, bien a través del uso de un lenguaje inapropiado o de comportamientos inadmisibles, como enviar mensajes en horas de descanso. Están los jefes que hacen micro correcciones, es decir, corrigen hasta el más mínimo detalle del trabajo, lo que se convierte en una tortura que menoscaba la autoestima del trabajador».
Lea también: conozca de qué forma la inestabilidad laboral altera la psicología humana
4. Compañeros desmotivados: estos se caracterizan porque lo han dado todo y al final han decidido tirar la toalla.
5. Carrera profesional estancada: las empresas con culturas tóxicas no dan ninguna posibilidad de crecer profesionalmente. No imparten formación para que los trabajadores mejoren sus habilidades personales y profesionales. No ofrecen ningún tipo de mentoría.
6. Alta rotación de personal: se producen despidos por falta de organización y un liderazgo pobre.
7. Falta de conciliación entre la vida personal y profesional: es cuando el trabajo no le permite al trabajador desconectarse en horarios que deben ser de descanso. «No puedes dejar de ver el correo electrónico, ni programar tus citas médicas, ni coger tus vacaciones en tiempo y en forma. Estos son solo unos ejemplos».
8. Síndrome del quemado o bornout: en este punto se pueden encontrar a trabajadores víctimas de un bornout frenético porque lo han dado todo y no han conseguido nada. También se da el bornout de las personas trabajadoras subestimadas a pesar de tener grandes talentos y el bornout de personas agotadas por haber vivido situaciones inaguantables durante mucho tiempo.
9. Sin movimiento hacia adelante: es cuando las empresas se alejan de su misión y están sobreviviendo sin ningún rumbo.
10. La intuición o instinto: «si sientes que ya no puedes más, hazle caso a tu cuerpo porque ha llegado la hora de marcharte».
¿Cómo superar o salirse de una cultura laboral tóxica?
Tal y como le explicó Priesemuth a BBC Mundo, deshacerse de una cultura laboral tóxica “no solo significa que los empleados tengan que esperar que las cosas mejoren. Educarse sobre sus derechos, ya sea a través de las políticas de su empresa o las leyes locales, puede ser un primer paso empoderador».
En este sentido, la estudiosa de estas situaciones asegura que la primera decisión que tienen las personas sumergidas en culturas laborales negativas es conocer sus obligaciones legales. Priesemuth les recomienda a las personas víctimas de entornos laborales tóxicos ejecutar las siguientes acciones, a fin de poder defenderse en un futuro o de poder argumentar en contra del maltrato laboral al que ha estado expuesto.
- Recopilar evidencia de hostilidades: guardar correos electrónicos o chats, o escribir lo que se dijo en las llamadas. «En estos casos es beneficioso tratar de encontrar aliados, tal vez colegas que tengan experiencias similares o hayan sido testigo de alguna transgresión, que puedan servir como un sistema de apoyo o ayudar para abordar el problema».
- Establecer límites más estrictos entre el trabajo y la vida: las investigaciones han demostrado que puede reducir el estrés relacionado con el trabajo y aumentar el bienestar de los empleados. «Si bien esto puede ser muy desafiante con un jefe tóxico, puedes intentar dar pequeños pasos como apagar tu teléfono después de cierta hora de la noche, cerrar sesión en el correo electrónico y simplemente dejar de estar disponible».
Priesemuth enfatiza que estos mecanismos solo pueden mitigar temporalmente los efectos de un entorno de trabajo tóxico, no resolverlos permanentemente.
Si el liderazgo de la empresa finalmente no acepta la retroalimentación e implementa el cambio de arriba hacia abajo, es probable que la toxicidad persista, al igual que los sentimientos de ansiedad y miedo.