La piel hay que cuidarla. Más allá de estética, se trata de un tema de salud, pues la piel es tan importante como cualquier órgano del cuerpo. Para estos días de Semana Santa, en la que buena parte de las personas se dedican a vacacionar- bien sea en la playa o en la montaña- es importante tener presente el cuidado de la piel, evitar los excesos y saber qué tipo de productor utilizar a fin de evitar complicaciones futuras.
La Academia Americana de Dermatología ha confirmado que el cáncer de piel se ha vuelto uno de los más comunes en Estados Unidos, y es el que causa más muertes en personas jóvenes.
Aunque los rayos ultravioletas son indispensables para la vida, tenderse al sol sin ningún tipo de protección causa alteraciones en las células de la piel. Si bien la piel bronceada se descama y se regenera, el organismo no olvida los excesos y cada vez que la piel se quema, se producen cambios irreversibles. Las consecuencias aparecen tarde o temprano: manchas, arrugas, pecas y hasta melanoma o cáncer de piel.
Para conocer en detalle cómo debe darse el cuidado de la piel conversamos con la doctora María Bernarda Durango, dermatóloga y oncóloga de piel. La experta asegura que no hay cabida para errores en cuanto al uso de protectores solares. La fecha de vencimiento es muy importante, pues, de la utilización de un protector vencido surgen consecuencias como dermatitis o enrojecimiento severo.
«Lo ideal es que tengan una fecha de vencimiento lejana. Si usamos un protector solar vencido podemos vernos ante la presencia de una dermatitis o algún problema de picazón o de prurito en el sitio de aplicación».
La doctora asegura que los protectores solares deben usarse según el tipo de piel. En el mercado se encuentran presentaciones en cremas, lociones y geles. Sobre las pieles grasas se deben usar protectores solares en gel, fluidos o lociones. Para las pieles secas, lo ideal es que el protector se use en crema.
«Las cremas las recomendamos cuando la piel es seca y se usan sobre todo para el rostro. Las lociones se usan para grandes áreas: cuerpo, brazos y piernas. Suelen ser más livianas y menos grasosas y ruedan mucho mejor en la aplicación. Los geles funcionan muy bien en las zonas donde hay pelo: cuero cabelludo, el tronco, espalda y pecho y también funcionan muy bien en la cara. Las barras están muy de moda y son muy prácticas de usar, sobre todo en los niños. También las usan mucho los deportistas por su portabilidad. La forma de aplicación de este tipo de bloqueador debe hacerse de manera uniforme. Los aerosoles también son recomendados en los niños, pero para el cuerpo. Como no deben inhalarse, en ellos es recomendable aplicarles crema en la cara».
María Bernarda Durango, dermatóloga y oncóloga de piel.
La experta asegura que los protectores solares deben conservarse en sitios frescos. Su uso debe ser diario. Cuando un bloqueador solar se deja de usar por mucho tiempo presenta daños en su textura y olor.
La recomendación de los expertos en el cuidado de la piel, incluida la doctora Durango, es la de usar protector solar todos los días, según la intensidad de la exposición.
Invita a que esta práctica se convierta en un hábito, más allá del contexto de las vacaciones. Asegura que cualquier producto con un factor de protección mayor a 30 es recomendable para el cuidado de la piel.
Cuando hay exposición al sol, la protección solar debe hacerse todos los días, cada tres o cuatro horas; en el caso contrario, recomienda hacerlo- al menos- dos veces al día. Durante el contacto con el agua o la transpiración los protectores solares se caen, aunque su anuncio comercial diga lo contrario. «Algunos protectores dicen que son resistentes al agua. Por lo general el factor de protección dura hasta 40 minutos. Cuando dice esto es que aguanta hasta 80 minutos en agua, no más».
Es importante tener en cuenta lo que contienen los protectores solares; pues no solo bloquean los rayos ultravioleta sino que algunos también tienen filtros orgánicos que, además, absorben los rayos ultravioletas y los convierten en una cantidad pequeña de calor.
También hay protectores inorgánicos, que reflejan y dispersan la radiación ultravioleta; son más gruesos y cremosos. Contienen dióxido de titanio, oxido de zinc y por ende son los que menos irritan la piel. Para las personas alérgicas es recomendable el uso de protectores solares con fluidos minerales, que ayudan a evitar enrojecimiento y dermatitis.
Los protectores solares se deben aplicar 15 minutos antes de salir al aire libre y siempre deben usarse en todas las superficies del cuerpo que están expuestas al sol. «El uso de protector solar no solo es para las vacaciones sino para el día a día. Recordemos que deben usarse tanto en lugares calientes como en fríos, pues los rayos del sol también atraviesan las nubes. A los niños menores de seis meses no se les puede aplicar ningún tipo de producto. La recomendación es evitar exponerlos».
Más del 60 % de los rayos ultravioleta alcanzan a traspasar las nubes, y el efecto es el mismo, aunque en menor intensidad.
Es un error creer que para quemarse hay que estar en la playa o piscina.
Las superficies como el pasto, la arena, el pavimento y la nieve reflejan los rayos solares y generan un efecto de lupa, que llegan a lesionar la piel aún más que la exposición directa al sol.
Recomendaciones de cuidado de la OMS
- Evitar la exposición solar en las horas centrales del día. Los rayos UV solares son más fuertes entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde. Tenga especial cuidado con la exposición al sol durante esas horas.
- Tenga en cuenta el índice UV. Este importante dato le ayuda a planificar sus actividades al aire libre para evitar una exposición excesiva a los rayos del sol. Es necesaria protección solar siempre que el índice UV prevea niveles de exposición de moderados a altos, por ejemplo un índice UV de 3 o superior.
- Aproveche las sombras. Póngase a la sombra cuando los rayos UV sean más intensos, pero no olvide que los árboles, las sombrillas o los toldos no protegen totalmente contra la radiación solar.
- Use ropas que le protejan. Un sombrero de ala ancha protege debidamente los ojos, las orejas, la cara y la parte posterior del cuello. Las gafas de sol con un índice de protección del 99 %-100 % frente a los rayos UVA y UVB reducen considerablemente los daños oculares debidos a la radiación solar. Las prendas de vestir holgadas y de tejido tupido que cubran la mayor superficie corporal posible también protegen contra el sol.
- Utilice cremas con filtro solar. Aplíquese una crema protectora de amplio espectro, con factor de protección igual o superior a 30. Extiéndala generosamente sobre la piel expuesta y repita la aplicación cada dos horas, o después de trabajar, nadar, jugar o hacer ejercicio al aire libre.
- Evite las lámparas y las camas bronceadoras. Las lámparas y las camas bronceadoras aumentan el riesgo de cáncer de la piel y pueden dañar los ojos si no se usa protección. Debe evitarse completamente su uso.
- Proteja a los niños. Los niños suelen ser más vulnerables a los riesgos ambientales que los adultos. Cuando estén al aire libre, hay que protegerlos de la exposición a los rayos UV como ya se ha explicado. Los bebés deben permanecer siempre a la sombra.