La Organización Mundial de la Salud aplaudió la resolución aprobada el pasado 26 de febrero por el Consejo de Seguridad, que pide el cese al fuego de todos los conflictos armados para permitir la vacunación contra la COVID-19 en zonas de conflicto. Aprovechó la ocasión para sugerir otras formas de apoyo, en el contexto sanitario actual, una de ellas es abordar las provisiones de propiedad intelectual de las vacunas contra la COVID-19.
La resolución, redactada por el Reino Unido, pide a todos los Estados miembros el acceso equitativo a las vacunas, incluidas las zonas en conflicto, también solicita financiar la iniciativa COVAX, así como incluir a los refugiados en los programas de vacunación de cada país. Según informó la misión británica ante la ONU, el documento ha sido copatrocinado por más de 110 países, incluidos los 15 miembros del Consejo de Seguridad.
«Estoy contento de que el Consejo de Seguridad haya votado a favor de la equidad en las vacunas, pero si queremos soluciones prácticas, entonces hay que tomar en serio la exención de propiedad intelectual y el Consejo de Seguridad puede hacerlo si hay voluntad política. Votar por la equidad es importante y lo apreciamos, pero hay que dar pasos concretos para aumentar la producción, la vacunación y acabar con este virus lo antes posible».
Tedros Adhanon Gebreyesus, director de la OMS.
El director de la OMS explicó que en el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (TRIPS, por sus siglas en inglés) hay provisiones para compartir propiedad intelectual, pero este asunto sigue siendo «el elefante en la habitación» del que nadie quiere hablar.
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«Especialmente cuando hablamos de propiedad intelectual vemos falta de cooperación y una seria resistencia. Para ser honesto, no puedo entenderlo. Esta pandemia no tiene precedentes y el virus ha tomado al mundo entero como rehén. Este tipo de cosas pasan una vez cada 100 años. ¿Si la provisión no puede ser aplicada ahora, entonces cuándo? Si no podemos aplicar provisiones durante tiempos difíciles y bajo condiciones sin precedentes ¿entonces cuando?, esto es serio”, exclamó el máximo representante de la OMS.
Cabe recordar que cada farmacéutica o desarrollador de vacunas tiene una patente de invención que evita que terceros fabriquen, vendan, usen o importen la vacuna protegida por un periodo de tiempo, con el fin de recuperar los costos de investigación y desarrollo, a cambio de que la información técnica sobre la vacuna se haga pública.
El titular de una patente concedida o en trámite puede licenciar a uno o más terceros, de forma voluntaria, sus derechos sobre una vacuna para que estos la fabriquen vendan, usen o importen, a cambio de una remuneración económica, explicó el ingeniero de patentes Germán Cortés a Asuntos Legales.
Entre otras, la resolución del consejo del 26 de febrero:
- Pide que se fortalezcan los enfoques nacionales y multilaterales y la cooperación internacional, como el Mecanismo COVAX en situaciones de conflicto armado, situaciones posconflicto y emergencias humanitarias complejas. Destaca la necesidad de forjar alianzas internacionales, en particular, para ampliar la capacidad de fabricación y distribución, reconociendo los diferentes contextos de cada país, hace notar la necesidad de mantener los incentivos para que se desarrollen nuevos productos sanitarios y reconoce el papel de la inmunización generalizada contra la COVID-19 como bien público mundial en materia de salud.
- Exhorta a los Estados Miembros y a todas las instancias pertinentes a que promuevan iniciativas de investigación y creación de capacidad, y a que aumenten la cooperación y el acceso en materia de ciencia, innovación, tecnologías, asistencia técnica e intercambio de conocimientos, incluso mejorando la coordinación entre los mecanismos existentes, especialmente con los países en desarrollo, de manera colaborativa, coordinada y transparente para responder a la pandemia de la COVID-19. Pide, además, que se tomen medidas para evitar la especulación y la acumulación indebida, que pueden obstaculizar el acceso a vacunas inocuas y eficaces, en especial en situaciones de conflicto armado.