En manos de cada ciudadano está hacer que luego de estas fiestas bajen o aumenten los contagios por Covid-19. Existen alternativas para minimizar los problemas que pueden surgir en cada situación; así que piense bien como hará su celebración y aplique las restricciones que le proponemos a continuación.
Por: Javier Salas y Mariano Zafra
De: El País de España.
No hay una bala de plata que detenga los contagios. Es la suma de medidas que se complementan. Mascarillas, geles, distancia de seguridad, ventilación o higiene son como capas porosas de protección que juntas obstaculizan la infección. Con la Navidad sucede lo mismo. Cuanto más nos alejemos del escenario seguro ―solos en casa― más medidas tendremos que tomar para minimizar el peligro. Nunca habrá riesgo cero. Pero si se va a celebrar, mejor contar con las mejores herramientas para sacar de la ecuación situaciones innecesariamente arriesgadas.
Ninguna medida es perfecta para detener la expansión del virus. La mejor protección es sumar todas o la mayor cantidad de capas a nuestro alcance:
Las autoridades recomiendan que pasemos estas fiestas solos con nuestra burbuja de convivientes. Y si salimos de ese contexto estable, tendremos que tomar precauciones. Sin embargo, no hay una única encrucijada, no es un todo o nada. Existen muchas alternativas, pero hay tres factores que son decisivos en estos días de celebración. Las personas con las que nos agrupemos, las condiciones del lugar en el que nos juntemos y la forma en la que disfrutemos de esa reunión. Aquí están las opciones:
La Navidad no es un día. Es una temporada muy larga en la que tendemos a vernos con personas que no forman parte de nuestro día a día, por lo que debemos permanecer alerta y planificarlo como un periodo de varias semanas, incluyendo aislamientos previos y posibles cuarentenas posteriores. No es lo mismo preparar solo la cena de Nochebuena que las cuatro o cinco reuniones tradicionales con distintos grupos. El Reino Unido apuesta por crear una burbuja social para todas las festividades, pero en su caso abarca cinco días, y en España se extienden hasta el 6 de enero. Las recomendaciones que planteamos siguen siendo necesarias, pero el riesgo se multiplica de forma notable con cada encuentro y con cada invitado.
La hora de la comida
Al compartir alimentos y bebida, se corre el riesgo de transmitir la enfermedad. Ni ensaladas, ni snacks, ni salsas ni otros acompañamientos en el centro de la mesa que puedan convertirse en vector de contagios. Estas son algunas recomendaciones.
“Las Navidades se van a poder celebrar. Yo las voy a celebrar, pero bien. En mi casa nos solemos juntar 35, pues este año, no”, indicaba Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad. ¿Pero qué quiere decir “bien” exactamente, además de encoger el aforo familiar? “Se debe proporcionar orientación para gestionar el riesgo de celebraciones, de modo que las personas puedan planificar prácticas más seguras”, defienden los científicos que asesoran al Gobierno de Boris Johnson, en contraposición a limitarse a decir que no se celebren. No se debería hacer un planteamiento de las Navidades a “todo o nada”, advierten.
Sobre todo porque muchos pueden optar por el “todo” si no se pueden quedar en el “nada”. Y hay una gama muy amplia de posibilidades. También la Organización Mundial de la Salud pide a los Gobiernos que den instrucciones claras para estas fechas y que cambien el “no lo hagas” por el “hazlo diferente”.
“El mayor problema es dónde te encuentres”, resume Elena Vanessa Martínez, presidenta de la Sociedad Española de Epidemiología. “Hay que limitar al máximo el encuentro, porque normalmente es pasar todo el día hablando y bebiendo. Y en esos contextos, el uso de la mascarilla va a ser complejo”, añade. No todo el que decida compartir las fiestas es un egoísta o un inconsciente: hay muchas circunstancias personales que pueden empujar a celebrar, como tener un familiar que no llegará a las siguientes Navidades. Y necesitan herramientas para manejarse en ese territorio peligroso.
Porque es peligroso. La probabilidad de infección durante estas fiestas “se considera muy alto tanto para la población general como para las personas médicamente vulnerables”, avisa el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC). Por eso, recomiendan encapsular a estos últimos, aislarlos de todo festejo.
En EE UU, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) tienen un listado específico de personas que no deberían asistir físicamente a las celebraciones. En el Reino Unido, los expertos temen que se doblen los contagios en los cinco días que durarán las fiestas: “Otras infecciones respiratorias sugieren que la exposición de los miembros mayores de la familia aumenta durante un periodo festivo normal. No es un riesgo teórico”, advierten. Una importante advertencia para España, donde las fiestas duran dos semanas. La Comisión Europea va un poco más allá y sugiere en su estrategia navideña hacer cuarentenas antes y también después de las celebraciones.
En cualquier caso, los expertos coinciden: mejor mezclarse solo con quienes se comprometan a cumplir las medidas que decidan juntos.