En el mundo, el Covid-19 ha funcionado con un efecto espejo, en el que mientras una parte de planeta atraviesa por una fase, la otra apenas la comienza. Asia fue el epicentro de la enfermedad, a finales de 2019. Luego, visitó a su vecino más cercano durante el primer cuatrimestre de 2020. Ahí, en Europa, las consecuencias fueron mayúsculas. España e Italia, se vieron especialmente afectados por los embates del primer brote. Rápidamente, África, Oceanía y América recibieron a la nueva enfermedad.
Por su ubicación geográfica el territorio americano ha visto cómo se desarrollan los hechos en el viejo continente, cuyas experiencias han servido de ejemplo para no cometer errores y, por el contrario, copiar prácticas efectivas. Hoy Europa atraviesa por un segundo brote de Covid-19 que, aunque menos invasivo que el primero, sigue contando muertes en masa.
En América, desde marzo, el primer brote se ha desarrollado con altos y bajos, pero no ha bajado lo suficiente como para declarar que terminó. Según el subdirector de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Jerbas Barbosa, en Europa hubo nítidamente una primera ola porque crecieron muy rápido los casos, adoptaron las medidas de contención, los casos disminuyeron y durante un par de meses se pasó casi sin casos. Luego, con la apertura de la economía, la llegada del verano y los viajes volvió a crecer la transmisión. Por eso se habla de una segunda ola. En América la situación ha sido diferente.
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BBC Mundo consultó con varios expertos sobre las recomendaciones y lecciones que América debe considerar antes de enfrentar una nueva ola de Covid-19:
- La lección principal es no bajar la guardia.
- No mirar solamente los promedios nacionales, sino también lo que está pasando en cada estado, provincia o municipalidad, para actuar rápidamente a nivel local cuando es evidente que el virus está creciendo en un territorio específico.
- Lo más efectivo y menos dañino, probablemente, sería un sistema de restricciones territoriales diferenciadas.
- No hay que esperar que los casos aumenten para tomar cualquier tipo de medidas, pues los casos aumentan de forma mucho más rápida de lo que bajan, después de que se toman medidas.
- Hay que tratar de mantener el apoyo del público. En Europa se han dado manifestaciones de protesta que objetan las medidas. Para eso hay que ser más transparente con lo que está pasando en cada país.
- Balancear los aspectos económicos, sociales y de salud pública.
- Mantener las medidas de mitigación, equilibradas y coherentes con cada realidad, porque todavía no hay vacuna.
Para el profesor de la Universidad de East Anglia, Paul Hunter, la simple constatación de que ningún país de Europa haya escapado a la segunda ola -y que países asiáticos como Corea del Sur y Japón estén sufriendo el embate de una tercera- sugiere que la gran lección para América Latina tal vez sea que una segunda oleada es simplemente inevitable.
En la actualidad, el país con más casos positivos y muertes en el mundo por cuenta del Covid-19 está ubicado en América. Estados Unidos no ha dejado de encabezar la lista negra desde que se desató el brote en la región. Según la Universidad Johns Hopkins, de los 10 países con más casos comprobados de la nueva enfermedad, cuatro están en territorio americano: EE.UU. Con 12.780.047, Brasil con 6.166.606, Argentina con 1.390.388 y Colombia con 1.270.991. Muy cerca se ubican México con 1.070.487 y Perú con 952.439.