El Covid-19 se está presentando en el mundo en dos momentos distintos. En América, las condiciones que vive Europa, de cara a la enfermedad, sirven como una especie de espejo, cuyos acontecimientos son usados para considerar qué medidas son o no oportunas en aras de mitigar la propagación y de contener el colapso de los sistemas de salud. Colombia fue uno de los países de la región en cerrar sus puertas a la posibilidad de un contagio desmedido de Covid-19, tomando como referencia lo que ocurría en España e Italia a principios de año, lugares donde los hospitales se desbordaron de casos y las muertes encabezaban los titulares noticiosos del mundo.
En esa dinámica se han mantenido los países de América: observando lo que ocurre en Europa, continente que lleva la delantera en tiempo de desarrollo de la nueva enfermedad, para ajustar medidas. Hoy, cuando la situación parecía estabilizarse en el viejo continente, países como España parecen estar a punto de volver a un rebrote peligroso. Y es que, el lunes 21 de septiembre, buena parte de Madrid amaneció de nuevo encerrada.
El preocupante repunte de casos, ha obligado a las autoridades locales de la capital española a tomar medidas al respecto. Habitantes de 37 zonas básicas de salud (ZBS), repartidas por siete municipios de la región y seis distritos de la capital, podrán salir de las “zonas afectadas” solo para actividades imprescindibles, como ir a trabajar, acudir a la universidad o cuidar a un mayor.
La presidenta regional Isabel Díaz Ayuso, aseguró ayer que no descarta la posibilidad de ampliar las restricciones impuestas en 37 áreas sanitarias a «otras muchas zonas» de la comunidad con alta incidencia del virus. De todas las zonas confinadas, la más afectada por la pandemia es el distrito madrileño de Puente de Vallecas, con 1.240 casos de Covid-19 por cada 100.000 habitantes.
Además del confinamiento, también entran en vigor medidas como la limitación de reuniones a seis personas, la reducción de aforos al 50%, los velatorios se limitan a quince personas al aire libre y a diez en sitios cerrados, el aforo de los lugares de culto se reduce a un 33% de la capacidad máxima y se cierran de parques y jardines.
La vigencia de estas limitaciones durará, en principio, 15 días, aunque una vez transcurrido este periodo de tiempo se valorará si continúan o no el confinamiento.
“El virus no se ha ido”, insisten las autoridades colombianas, y aunque las dinámicas cotidianas cada día parecen más normales, existe aún en el país una situación sanitaria que no está controlada. La ocupación en las Unidades de Cuidados Intensivos ha bajado, sin embargo, la enfermedad continúa y a la brevedad de un descuido por parte de los individuos está presta a invadir. Queda, por parte de cada persona, y todos como sociedad, mantener las condiciones idóneas para seguir viviendo en medio de la pandemia: la distancia física, el uso obligatorio y correcto del tapabocas y el constante lavado de manos, por ahora, son las únicas acciones eficientes para impedir un rebrote desmedido.
Evitar sitios en los que sea imposible respirar aire natural y mantener una distancia de dos metros con respecto a los demás, incluso evitar aglomeraciones familiares, cuando se trata de varios núcleos en los que se amplía el espectro de contagio, son determinantes para el éxito de esta nueva etapa.
Aún a la ciencia le queda mucho por descubrir en torno al nuevo Coronavirus, por tanto, aún son muchas las cosas que quedan por descubrir en este sentido, por ello, resulta imprescindible mantenerse al margen de cualquier intento de relacionamiento físico descontrolado. Un segundo rebrote amenaza a América, y específicamente, a Colombia y las condiciones en las que se pueda presentar sólo dependen del compromiso de cada uno, a partir de su responsabilidad, prudencia y cuidado.
A diferencia de España, Italia, que también se vio abatido por la primera ola de Covid-19 a principios de año, logró establecer un desconfinamiento más responsable, con sitios como bares que aún permanecen clausurados, razón por la cual un segundo brote parece lejano y de difícil alta afectación.