La esperanza del mundo al retorno de su normalidad está puesta en una vacuna. La ciencia va a toda marcha en el logro del objetivo. Ésta, por ahora, es la alternativa más eficaz para minimizar los casos positivos de Covid-19, y, por ende, de muertes. No puede hablarse de fechas en un panorama experimental como el que se tiene en la actualidad. Algunos laboratorios hablan de resultados más concretos para septiembre o finales de este año. Cualquiera que sea el caso, resulta muy poco probable que a Colombia llegue alguna vacuna antes del primer trimestre del próximo año.
Gestarsalud entrevistó a Leonardo Arregocés, director de Medicamentos y Tecnologías del Ministerio de Salud y Protección Social. El experto detalló cuál es el proceso que se requiere antes de que llegue un antídoto al país. Informó que en febrero de este año fue creado el Mecanismo COVAX Facility, una estrategia que- de la mano de la Organización Mundial de la Salud, la Fundación de Bill y Melinda Gates y la Unión Europea, entre otros- busca asegurar el acceso y equidad en la distribución de la vacuna, cuando ésta sea comercializada.
Al respecto, Arregocés explicó que la invitación se extendió para que todos los países del mundo participaran. La estrategia se dividió en dos grandes grupos: por un lado, están los países pobres o de bajos ingresos (unos 73), que recibirán la vacuna de manera gratuita. Esta porción de dosis será financiada por la Fundación GAVI. El segundo grupo está conformado por los países que sí tienen la capacidad de financiar sus dosis. Se habla, por ahora, de unas 170 naciones.
“En este segundo grupo se ubica Colombia. La idea de este mecanismo COVAX es comprar dos billones de dosis de vacunas durante el 2021 para ponerlas a disposición de todos los países que aceptaron ingresar a él. Colombia desde el principio, manifestó su interés de vincularse. Aún no ha llegado la fecha de vinculación formal porque el mecanismo sigue en desarrollo. La primera fase es la intención de participar y ya nosotros lo hicimos”.
El experto reiteró que lo que busca este mecanismo es reunir los recursos para ofrecerle apoyo económico a las empresas cuya investigación y resultados aseguren un volumen de vacunas considerable y para que el desarrollo científico continúe. La idea es garantizar el dinero para que sigan el desarrollo de la vacuna y vayan aumentando la capacidad de producción. COVAX le está apostando a los desarrollos que han mostrado resultados más veraces.
“Producir dos billones de vacunas por año es un reto. Este mecanismo ofrece acceso a la vacuna y una distribución equitativa para evitar que los países con menos recursos sean los últimos en tenerla. En la medida en que va habiendo disponibilidad se van distribuyendo más y más”.
En Colombia, la distribución, una vez que llegue la vacuna y el INVIMA apruebe su comercialización, se va a hacer a través de unos lineamientos establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El primer año se estarían vacunando 10 millones de personas priorizadas de la siguiente manera: personal de salud, sobre todo aquellos que deben tener contacto con pacientes Covid positivos, mayores de 70 años y personas con comorbilidades determinantes frente a la enfermedad.
“No vemos viable que vaya a haber una vacuna en el país este año, sin embargo, Colombia está haciendo las gestiones para garantizar las primeras dosis, una vez ya esté la vacuna en circulación. Este tiempo debemos aprovecharlo para prepararnos en la introducción de la vacuna, estrategias de aplicación, definir a la población a vacunar y de qué manera se va a hacer. Asegurar las cadenas de frío del medicamento, preparar a las personas que van a salir a vacunar y preparar las tácticas de identificación de la población priorizada. Es un trabajo previo al ingreso de la vacuna el que hay que hacer”.
Sí bien no es la solución para el total de la población nacional, de esta manera, las complicaciones en las Unidades de Cuidados Intensivos reducirían, el personal médico disponible estaría trabajando de manera segura para seguir atendiendo a los 40 millones de personas que siguen vulnerables de contraer la enfermedad y la capacidad instalada en cuanto a infraestructura asistencial sería más amplia. Al tiempo que las condiciones mejoran, el resto de la sociedad, que no estaría vacunada, debe mantener el autocuidado como premisa, considerando que las complicaciones del Covid-19 suelen ser inesperadas.