La sobre exposición de los niños y jóvenes al internet, sobre todo en momentos de confinamiento donde las opciones de entretenimiento dentro de las casas parecen escasas, aumenta los riesgos ante los enemigos virtuales. Y es que, dentro de la ‘seguridad del hogar’ existe una ventana sumamente peligrosa y amplia que permite la cercanía de los más vulnerables a cazadores de menores y niños que buscan, con ellos, satisfacer sus aberrantes deseos sexuales.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) define como grooming la acción deliberada de un adulto de acosar sexualmente a un niño o niña mediante el uso de internet. Siempre es un adulto quien ejerce el grooming.
“Estos adultos suelen generar un perfil falso en una red social, sala de chat, foro u otro tipo de espacio cibernético, en donde se hacen pasar por un chico o una chica y entablan una relación de amistad y confianza con el niño o niña que quieren acosar. El mecanismo del grooming suele incluir un pedido de foto o video de índole sexual o erótica (pedido por el adulto, utilizando el perfil falso). Cuando consigue el material, comienza un período de chantaje en el que se amenaza a la víctima con hacer público ese material si no entrega nuevos videos o fotos o si no accede a un encuentro personal”.
Advierte la UNICEF que el internet es una herramienta que brinda nuevas posibilidades a problemáticas previamente existentes. En este sentido, el abuso o acoso sexual a menores y la pedofilia no tienen su fundamento en la web, sino que ésta se usa como un instrumento capaz de potenciar los distintos tipos de abuso.
En una guía publicada por UNICEF para entender y prevenir el acoso sexual a través de internet, el organismo explica que existen dos tipos de grooming:
- Cuando no existe la fase previa de relación y generación de confianza: el acosador logra tener fotos o videos sexuales de los chicos mediante la obtención de contraseñas o hackeo de cuentas. Con el material sexual o erótico en mano, extorsiona al chico o chica con mostrarlo si este no le entrega más material o accede a un encuentro personal. En este caso el material es obtenido a la fuerza.
- Cuando existe una fase previa donde el acosador busca generar confianza en el niño o niña: en este caso, el material es entregado por el joven y la confianza se vuelve el instrumento indispensable. Para generar esa confianza el adulto se vale de distintas herramientas:
- Se hace pasar por una persona menor. Esto lo logra manipulando o falsificando fotos o videos.
- Toma los gustos y preferencias que los chicos vuelcan en la web para producir una falsa sensación de familiaridad o amistad. Aprovecha la información para que su víctima piense que comparte sus preferencias y de esa forma acelera y afianza la confianza.
- Utiliza el tiempo para fortalecer el vínculo y generarle mayor intensidad. El tiempo transcurrido varía según los casos, pero el abusador puede lograr su objetivo en una conversación o esperar meses e incluso años. Esto ayuda a que el joven se olvide o deje de tener presente que del otro lado hay un desconocido y pase a considerarlo un amigo.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia asegura que la principal forma preventiva en estos casos es que los jóvenes comprendan que más allá de la confianza ganada y de la amistad que se haya generado, los desconocidos con los que chatean continúan siendo desconocidos.
“Es indispensable trabajar la noción de anonimato y falsa identidad en la web, explicándoles lo fácil que es abrir un perfil con datos falsos. La identidad en Internet no es fácil de corroborar como lo es en el contacto cara a cara. Los chicos, nativos digitales, no distinguen entre lo que es offline, de lo que es online. Nacieron con un universo donde los amigos pueden ser tanto los del colegio o los del barrio, como los del chat o alguna red social, y en muchos casos no distinguen la diferencia entre estos”.
La UNICEF considera indispensable que el adulto, sin importar sus conocimientos técnicos sobre el funcionamiento de internet, redes sociales y TIC en general, pueda inculcarles a los jóvenes la noción de anonimato en la web y por ende la distinción entre alguien a quien se conoce personalmente y alguien a quien no se ha visto jamás. Incluso, en el caso de que sea una persona conocida, la privacidad sexual y sus implicaciones demostrativas no deben ser compartidos con nadie. Hablar con los menores sobre la pedofilia y los riesgos que tiene la web es imprescindible. La confianza y observación por parte de los padres también se tornan necesarios a la hora de prevenir este tipo de situaciones.
Más allá de la web
Un trabajo publicado por la BBC el año pasado demuestra cómo en el computador de un médico en Brasil fue hallado un documento de 170 páginas en inglés con autoría no identificada, que es una especie de tutorial con descripción detallada de dónde encontrar niños, cómo acercarse a ellos y cómo seducirlos poco a poco.
El tutorial recomienda primero buscar a niños dentro de la propia familia, que estén junto a madres solteras o en parques y plazas. Inclusive ofrece simulacros de qué conversaciones tener. El texto no sólo enseña cómo hacer para tener una relación sexual, también reitera que el sexo con los niños no es repugnante.
Según explica la agencia de noticias, una versión del manual fue encontrada a finales de 2018 en la computadora del médico Fabio Lima Duarte, de 36 años, en la ciudad brasilera Belo Horizonte, capital de Minas Gerais.
“En el caso de Fabio Lima Duarte, los expertos no identificaron si compartió el material que produjo. Sin embargo, había indicios de que parte del contenido que descargó mediante la llamada red P2P (Peer to Peer) también quedó a disposición online. La mayor parte de ese contenido ilícito está en la llamada ‘dark web’, el ‘lado oscuro’ de internet, que es fácilmente accesible desde enlaces, normalmente compartidos en foros y grupos, con el uso de un navegador específico”.
El profesor de ciencia de la computación del centro universitario FEI, en São Bernardo do Campo, Rodrigo Filev Maia, le explicó a BBC que no todo lo que está en la deep web es ilícito. Internet y las redes sociales son terreno fértil para que depredadores atrapen víctimas, en especial por medio de chats.
Para el experto, los predadores no se identifican como adultos inicialmente. El tono normalmente es pasivo-agresivo. «Hay momentos que tratan de agradar, después se vuelven agresivos, amenazan con romper y vuelven al tono afable del principio».