El 15 de junio la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó su primer informe sobre los desechos electrónicos y la salud de los niños, cuyos preocupantes resultados obligaron al ente internacional sanitario a considerar necesaria la adopción «urgente» de medidas eficaces y de cumplimiento obligatorio para proteger a millones de niños, adolescentes y embarazadas en todo el mundo, «cuya salud corre peligro como consecuencia de la eliminación o el reciclaje irresponsable de aparatos eléctricos y electrónicos».
Tal y como manifestó Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, los volúmenes crecientes de artículos producidos y desechados están causando en todo el mundo lo que, recientemente, se denomina ‘tsunami de desechos electrónicos’, que pone en peligro la vida de las personas. «Si el mundo se ha podido poner de acuerdo para proteger los océanos y sus ecosistemas de la contaminación por plásticos y microplásticos, también puede aunar esfuerzos para proteger la salud de nuestros niños, que son nuestro recurso más valioso, de la creciente amenaza de los desechos electrónicos».
Según cálculos de la OMS, 12,9 millones de mujeres trabajan en el sector no regulado de los desechos, lo cual las expone a residuos electrónicos tóxicos que ponen en riesgo la salud del feto. Paralelamente, más de 18 millones de niños y adolescentes, algunos a edades tan tempranas como los 5 años, trabajan en sectores industriales no regulados, como el tratamiento de los residuos.
A menudo, los niños se ven involucrados en el reciclaje de desechos electrónicos por sus padres o sus cuidadores porque, al tener las manos más pequeñas que los adultos, son más diestros realizando esa tarea.
Según la OMS, hay muchos niños que viven, acuden a la escuela y juegan cerca de lugares donde se reciclan desechos electrónicos que contienen altas concentraciones de sustancias químicas tóxicas, como el plomo y el mercurio, que pueden afectar a su desarrollo intelectual.
Lea también: nuevo código de colores para separar y reciclar residuos sólidos en Colombia
Se ha demostrado que la exposición al plomo durante el reciclaje de desechos electrónicos da lugar a unas puntuaciones significativamente más bajas en las evaluaciones neuroconductuales de los recién nacidos, un aumento de las tasas de trastorno por déficit de atención/hiperactividad, problemas de comportamiento, cambios en el estado de ánimo en los niños, dificultades de integración sensitiva y menores puntuaciones en las evaluaciones cognitivas y lingüísticas.
Los desechos electrónicos también pueden empeorar la función pulmonar y la respiración, dañar el ADN, afectar a la función tiroidea y aumentar el riesgo de padecer ciertas enfermedades crónicas en etapas posteriores de la vida, como el cáncer y las cardiopatías.
OMS
Marie-Noel Brune Drisse, autora principal del informe, explicó que «un niño que coma un solo huevo de gallina procedente de Agbogbloshie, un vertedero situado en Ghana, consumirá 220 veces la ingesta diaria tolerable de dioxinas cloradas establecida por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria. La causa es la gestión incorrecta de los desechos electrónicos, un fenómeno creciente que muchos países aún no reconocen como problema de salud. Si los países no actúan ahora, estos efectos tendrán consecuencias devastadoras en la salud de los niños y consumirán muchos recursos del sector de la salud en los próximos años».
En el informe Niños y Vertederos de Desechos Electrónicos se pide a los exportadores, los importadores y los gobiernos que adopten medidas eficaces y vinculantes para que estos residuos se eliminen sin perjudicar el medio ambiente y la salud y la seguridad de los trabajadores, sus familiares y sus comunidades; que estudien la exposición a estos desechos y sus efectos en la salud; que faciliten una mejor reutilización de los materiales y que fomenten la fabricación de equipos electrónicos y eléctricos de mayor durabilidad.
En el informe se pide también que el sector de la salud, en todo el mundo, actúe con el fin de reducir los efectos deletéreos para la salud de los desechos electrónicos, aumentando la capacidad para diagnosticar, controlar y prevenir la exposición de los niños y las mujeres a sustancias tóxicas; creando conciencia sobre las ventajas añadidas de reciclar de forma más responsable; trabajando con las comunidades afectadas y procurando que se mejoren la investigación sanitaria y los datos sobre los riesgos para la salud a los que se enfrentan los trabajadores del sector no regulado de tratamiento de estos desechos.
Según el Ministerio de Ambiente de Colombia, Hay tres fuentes principales de sustancias que se pueden liberar durante la recuperación de materiales y el reciclaje de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), que son motivo de preocupación mundial: los constituyentes originales de los equipos, como el plomo, el cadmio y el mercurio; las sustancias que pueden añadirse durante algunos procesos de recuperación, como el cianuro y las sustancias no intencionales que pueden formarse durante estos procesos, como las dioxinas y furanos.
La política tiene cuatro estrategias:
1. Sensibilización y educación hacia la producción y el consumo responsable de aparatos eléctricos y electrónicos, para la extensión de su vida útil y para la promoción de medidas orientadas al eco-diseño.
2. Desarrollo y establecimiento de instrumentos para la recolección y gestión de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE).
3. Transferencia tecnológica y desarrollo de infraestructura ambientalmente segura para el aprovechamiento de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE).
4. Conformación de esquemas de trabajo conjunto entre el sector privado y el desarrollo de alianzas público-privadas para promover la gestión integral de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE).