El tercer pico del COVID-19 llegó en pleno programa de inmunización y, aun así, sigue cobrando vidas. El Instituto Nacional de Salud (INS) confirmó ayer la circulación en Colombia de 50 linajes o variantes del virus SARS-CoV-2, entre las que se cuentan la brasilera y la británica, que aún no llegan a ser las dominantes en el territorio nacional.
Aún es mucho lo que se desconoce de la COVID-19 y del virus que provoca la enfermedad (SARS-CoV-2) lo cierto es que la llegada de los nuevos linajes, más contagiosos que los anteriores, han desatado aún más interrogantes en el país, como, por ejemplo: ¿se ven los niños más afectados con estas nuevas variantes? Algunos casos en Medellín, ciudad donde se registró un alza de casos en población pediátrica, han levantado preocupaciones en este sentido.
Martha Ospina, presidenta del INS, explicó que en el mundo hay 1.500 linajes circulando. A la fecha, según datos de la vigilancia genómica, el linaje más común que circula en el país es el B.1.111, pero con el paso del tiempo es probable que los linajes brasileros y británicos, que son más transmisibles, sean los predominantes.
En efecto, según Ospina, la variante sudafricana, la del Reino Unido y la brasileña tienen mayor capacidad de transmisión y son más eficientes porque requieren menor tiempo de contacto y menos inóculo o menos gotículas de persona a persona, pero no son más agresivas, ni más letales. Además, las vacunas existentes han demostrado ser efectivas contra todas ellas.
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«Si bien los estudios han mostrado que las vacunas funcionan contra estos linajes, también sugieren que la mutación continuará a futuro y hará que las vacunas evolucionen. Esto es lo normal porque las vacunas deben estar cada año actualizándose».
En Colombia, el actual pico epidémico se explica por tres condiciones: hay aún mucha población susceptible (ciudades con 50 % de afectación o menos), aumento en el contacto social sin protección, agotamiento en la población, menos apego a las medidas de protección y la presencia de linajes más transmisibles.
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Por su parte, la líder del INS insiste en que “si cada persona usa bien su tapabocas, si se mantiene a distancia de otros, no hace reuniones, no promueve aglomeraciones, no se quita su tapabocas ni siquiera en su círculo cercano, no se necesita ningún tratamiento extraordinario para manejar estos linajes, ni ningún otro”.
¿Qué pasa con la población infantil?
El 14 de abril, ante las alarmas que sugerían complicaciones dadas por los nuevos linajes en la población pediátrica, la Sociedad Colombiana de Pediatría alzó su voz y, en un intento por llamar a la cordura, informó lo siguientes:
- A la luz de los datos observados hasta ahora no se ha observado un aumento inusual en la relación de los casos de COVID-19 pediátricos en comparación con el de adultos.
- La Sociedad Colombia de Pediatría permanece haciendo vigilancia estrecha a fin de detectar oportunamente si se presentan cambios en el comportamiento de la enfermedad.
- La información que se maneja es que la infección por SARS-CoV-2 en niños suele tener menores tasas de gravedad y complicaciones, si se compara con la población adulta.
- No se ha demostrado que las nuevas variantes afecten de manera más intensa a la población pediátrica.
- En la medida que aumentan los casos generales de COVID-19 aumentan también los casos en la población pediátrica.
- Todavía se maneja la hipótesis de que el ingreso de población pediátrica en Unidad de Cuidados Intensivos está relacionado con factores como la edad (menores de un año), prematurez y enfermedades de base.
La Sociedad Colombiana de Pediatría asegura que las medidas de bioseguridad siguen siendo determinantes en el manejo de la COVID-19, al menos, hasta que el 70 % de la población se haya vacunado.